La campaña electoral llega a la recta final con dos temas que dividen las aguas entre el oficialismo y la oposición: la economía y la seguridad pública. En materia económica, los desafíos planteados por los candidatos muestran una estrategia muy parecida entre blancos y colorados, que eligen la continuidad de la línea marcada por el gobierno actual, en clara discrepancia con el Frente Amplio (FA), que critica a la coalición por haber hecho más pronunciada la desigualdad y descuidado a los sectores más vulnerables de la población.
Referentes económicos del Partido Nacional (PN), el Partido Colorado (PC) y el FA plantearon a la diaria sus visiones sobre la situación económica del país y dejaron en evidencia sus semejanzas y discrepancias a la hora de analizar la realidad actual y proponer los principales desafíos del próximo gobierno. La situación de los salarios, la inflación, los impuestos, el déficit fiscal y el crecimiento del país aparecen entre los temas más polémicos.
“La experiencia demuestra que mientras que los gobiernos de izquierda apuestan por los impuestos, el Partido Nacional lo hace por la reducción del gasto”, señaló Agustín Iturralde, coordinador de los equipos técnicos del PN, acusando al FA de prometer cambios pensando en aumentar impuestos.
“Esta afirmación no resiste ningún análisis”, responde el economista Martín Vallcorba desde la coalición de izquierda, y denuncia al PN de querer imponer un relato para ocultar que el gobierno de la coalición ha tenido un pobre crecimiento económico y ha aumentado la desigualdad, sin atender adecuadamente los salarios más bajos.
En tanto, Isaac Alfie, quien fue director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) durante la primera parte del gobierno de Luis Lacalle Pou y ministro de Economía y Finanzas durante la administración de Jorge Batlle, dejó claro que se alinea con los principales postulados económicos de sus socios del PN y apunta contra los frenteamplistas, a quienes acusa de promover “una asistencia social que tiende a perpetuarse y a crear dependencia”.
Principales diferencias
Para Iturralde, la estrategia económica del PN tiene “varias diferencias bien notorias” con la del FA y muchas similitudes con la del PC. “Si uno mira cómo hablamos del tema tributario, es notorio que hay una diferencia con el FA. Nosotros tenemos un compromiso muy claro, muy marcado, que defiende la imposibilidad de subir los impuestos. Creemos que Uruguay no lo resiste y nos comprometemos, en la medida en que sea posible, a bajarlos. En cambio, el programa del FA dice que hay que fortalecer la tributación al patrimonio y a la renta [...] con lo que claramente habla de una suba de impuestos”, afirmó.
Otra discrepancia refiere a la inflación. “Con este gobierno se logró que esté dentro del rango meta, algo que claramente no fue la política que tuvo el FA en los años anteriores”, consideró.
“Además, nosotros apostamos por una baja de la cantidad de funcionarios públicos, que se haga de forma gradual y sin echar a nadie, porque tenemos que ir perfeccionando la forma en que vamos reponiendo los cargos que se retiran. Para ello, queremos reducir en el orden del 1% por año el número de empleados, lo que al final del quinquenio tendría un impacto de unos 15.000 funcionarios públicos, lo que significa una baja relevante en el gasto público”, añadió.
Asimismo, el PN plantea algunas fusiones de organismos del Estado con competencias similares. “El ejemplo más claro de esto es todo lo que es la promoción de las pymes [pequeñas y medianas empresas] y el emprendedurismo, donde tenemos varios organismos con competencias similares y decimos que tiene que haber un organismo con más potencia, con más masa crítica y no cuatro o cinco organismos haciendo lo mismo. También estamos planteando algunas otras cosas que tienen impacto fiscal, como es un plan de formalización”, dijo.
A la hora de comparar las estrategias económicas con las del PC, explicó que no existen “grandes diferencias”, sino sólo matices en algunas visiones.
El gasto público, la otra polémica
“La izquierda aumenta el gasto”, dijo a la diaria Isaac Alfie, y de esta forma puso sobre la mesa la que considera otra de las grandes diferencias de blancos y colorados con el partido de oposición.
“Con el FA tenemos una diferencia de concepción de base, que es que el batllismo siempre fue reformador y se adaptó al mundo real, al mundo moderno. El PC nunca vivió de la nostalgia; de hecho, decía que era un partido inquieto y sigue siéndolo”, afirmó el colorado, quien integra el equipo económico del candidato colorado Andrés Ojeda.
En esa línea, criticó el enfoque de la izquierda hacia una asistencia social que, según él, tiende a perpetuarse, creando dependencia. “La asistencia de corto plazo está bien, pero la asistencia de corto plazo no puede ser permanente, no puede perpetuarse, porque en realidad se convierte en dependencia y en esclavitud. Las políticas del FA han ido apuntando a la asistencia permanente, y esa es la verdad”, agregó.
Alfie enfatizó la importancia de evaluar el impacto de los gastos públicos y de adoptar políticas que generen valor, y destacó que Uruguay necesita gastar mejor y no necesariamente más. “Nosotros partimos de una base muy clara: tenemos que lograr –cosa que ha sido muy difícil– medir los resultados de las políticas. En Uruguay hay un convencimiento de que yo cumplo, yo puse los recursos, gasto tanto y el gasto es valor. Pero no, el gasto no es valor. Valor es si ese gasto genera el efecto deseado. Hay formas de gastar mejores que otras. En la propuesta del PC hay una cantidad de propuestas sobre cómo gastar en las áreas sociales, cómo invertir y cómo controlar los resultados”, reflexionó.
Para el economista colorado, durante los gobiernos del FA se gastó, pero no se midieron los resultados. “El ejemplo más relevante son los resultados en la enseñanza y en materia de seguridad. Ciertamente, las erogaciones aumentaron y los resultados no. Entonces, hay un problema. Estamos dedicando recursos y no mejoramos los resultados. Además, empeoramos los resultados en términos generales. Entonces, eso quiere decir que ese bien público no está generando el valor que tiene que dar a la sociedad”, agregó.
FA defiende la inclusión y la igualdad
En contraste con el PN y el PC, el FA se puso énfasis en las políticas redistributivas, complementando las medidas de crecimiento económico “con inclusión social”. “No es suficiente promover el crecimiento económico, sino que es necesario también implementar políticas para que ese crecimiento se dé con inclusión, con equidad y con sostenibilidad en el largo plazo”, explicó Vallcorba.
“El FA pone el foco en la importancia de las políticas redistributivas como complemento de las políticas de crecimiento, que son esenciales. Más allá de lo que digan los programas del gobierno, me parece que lo que más vale son los resultados en materia económica que se han generado. Y si hay algo que ha caracterizado a este período es, precisamente, que no sólo ha sido de muy bajo crecimiento económico, sino también de una distribución muy desigual”, afirmó.
Cuando se analiza el salario real, se observa que, a pesar de que en promedio está levemente por encima del de 2019, los ingresos que mejoraron son los que pertenecen al 10% de los trabajadores de más altos ingresos, evaluó el economista del FA.
“El 90% restante todavía está con salarios reales inferiores a los máximos. Todos estos elementos muestran que este período de gobierno no tuvo una preocupación central en la distribución y que no existieron políticas específicas para eso. Cuando uno leía el programa de PN de 2019, advertía un compromiso formal de que iba a haber una política específica destinada a los salarios más sumergidos. Sin embargo, durante estos cuatro años y medio de gobierno, en cada una de las rondas de negociación de los Consejos de Salarios no existió un solo lineamiento del Poder Ejecutivo que estableciera un tratamiento diferencial para los salarios sumergidos”, sentenció.
“Este gobierno aumentó impuestos”
Vallcorba refutó las críticas de que un eventual gobierno del FA aumentaría los impuestos y destacó que en el programa “no está contemplado aumentar la carga tributaria”, pero sí un fuerte compromiso con la estabilidad fiscal.
“Cuando arrancó este gobierno y antes de que surgiera la pandemia, el Ejecutivo decidió aumentar el IVA que cada uno de nosotros paga cuando hace compras con medios electrónicos, con tarjetas. Después creó el impuesto covid, que el FA acompañó, por lo que no se puede decir que acá no se aumentaron los impuestos. Tampoco parece responsable afirmar que bajo ninguna situación lo harán ahora, porque para enfrentar la pandemia crearon un impuesto. Por lo tanto, es falso sostener que no se aumentaron impuestos”, agregó.
Más adelante, se refirió al déficit fiscal: “Vale la pena recordar también que este período de gobierno va a terminar con un déficit que va a ser verdaderamente superior al que teníamos en 2019. O sea, este gobierno no habrá mejorado la situación fiscal. La próxima administración se va a encontrar con una situación que va a ser peor, por lo que estamos seguros de que la actual coalición de gobierno no está en condiciones de dar lecciones sobre manejo prudente de las finanzas públicas”, agregó.
“Asumieron con el mandato de ahorrar 900 millones de dólares en el gasto público, ese fue el caballo de batalla que utilizaron durante la campaña electoral pasada. Y no sólo el gasto no se redujo, sino que aumentó en 935 millones de dólares en lo que va de este período”, aseveró.
Por último, abordó las discrepancias en los datos sobre la creación de empleo y señaló que las cifras actuales no son comparables con las de 2019 debido a cambios metodológicos en el Instituto Nacional de Estadística. “Según un estudio del Instituto de Economía [de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de la República], el crecimiento del empleo es menor que el que afirma el gobierno, situándose en unos 30.000 nuevos empleos, en lugar de los 75.000-100.000 mencionados. Aunque ha habido una recuperación en el mercado laboral tras la pandemia, el empleo actual es similar al de 2019 y persisten desafíos en términos de dinamizar el mercado y mejorar la calidad de los trabajos y los ingresos”, expresó.
Propuestas para todos los gustos y colores
A la hora de exponer las propuestas con que cada partido busca enfrentar los desafíos del próximo gobierno, desde el PN se destaca la necesidad de “promover la competitividad de Uruguay, la estabilidad macroeconómica y reducir costos de vida y producción”. Se propone una agenda microeconómica centrada en aumentar la competencia y reducir precios en áreas como la energía, productos de higiene y alimentos.
El enfoque macroeconómico del PN prioriza la baja de la inflación y la estabilidad fiscal, con el objetivo de alcanzar una inflación anual del 3% en el próximo quinquenio.
Iturralde explicó que el PN cree que es necesario “dar un salto al desarrollo” promoviendo una “agenda de la competencia”. “Uruguay tiene una oportunidad de pasar a otro nivel de desarrollo, de salir de alguna forma de la trampa del ingreso medio en la que estamos, en la que somos un país muy caro para algunas cosas, pero no suficientemente productivo para otras. Y ahí planteamos un salto de competitividad, o un país más barato para vivir y para producir”, agregó.
Desde el PC, Alfie afirmó que el objetivo central del PC es alcanzar una tasa de crecimiento del 3%. Para lograrlo, destaca la importancia de implementar reformas estructurales, como la “desburocratización”, la “desregulación” y un impulso a la innovación mediante una nueva institucionalidad que fomente la cooperación público-privada, aunque sin depender completamente del Estado. Además, propone la modernización del Estado mediante una comisión de reforma que incentive a los jerarcas a generar ahorros.
Sostuvo que es necesario un “impulso especial” a la innovación y apostar por el “método moderno que está usando el mundo, que consiste en “desregulación a corto plazo”, “desburocratización” y “eficiencia del sector público”. “Hay que volver a formar una nueva comisión de desburocratización y de reforma del Estado”, señaló.
Por su parte, Vallcorba afirmó que en materia económica, la principal orientación de las medidas del FA va en la dirección de “promover y generar políticas que permitan alcanzar un crecimiento económico sostenido y sostenible”.
“Este es un elemento clave para poder consolidar la matriz de protección social que asegure derechos a toda la población, y también en la lógica de cuidar el ambiente. Entonces, básicamente, el foco de las medidas está en el crecimiento con inclusión y bienestar, promoviendo la equidad y la sostenibilidad a largo plazo”, afirmó.
El economista sostuvo que para alcanzar este “crecimiento con inclusión y bienestar” se necesita preservar y consolidar la estabilidad macroeconómica. “Es un elemento necesario para que se pueda desarrollar el resto de las políticas, pero por sí solo no es suficiente para alcanzar ese crecimiento económico sostenido y sostenible con bienestar y equidad”, agregó.
Sostuvo que en el programa del FA se establece como prioridad la promoción de las inversiones, el aumento de la productividad y la mejora de la inserción internacional. “De la mano de esas medidas está también el conjunto de medidas sociales que apuntan al cuidado y la protección social. Potenciar el sistema de protección social con foco básicamente en las infancias y las adolescencias es una prioridad central de un futuro gobierno”, concluyó.