Al igual que hace tres semanas lo hizo el candidato del Frente Amplio (FA), Yamandú Orsi, este lunes el presidenciable por el Partido Nacional, Álvaro Delgado, participó en un almuerzo organizado por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción del país vecino. Delgado habló para varios de los principales empresarios argentinos y viajó con una comitiva bastante amplia, como su compañera de fórmula, Valeria Ripoll, varios legisladores blancos –como Javier García, y su suplente, Sebastián da Silva–, el intendente de Colonia, Carlos Moreira, y el economista Diego Labat, el ministro de Economía de Delgado si gana las elecciones.

El almuerzo lo abrió Marcos Pereda, presidente del consejo y de la Sociedad Rural Argentina, y luego le dio paso a Delgado, quien en un discurso, de cerca de media hora, hizo un compendio de lo que viene siendo su mensaje de campaña en cada rincón de Uruguay, enfocándose en que él representa la continuidad de la actual gestión.

En la segunda parte del evento, Delgado contestó preguntas de los empresarios. Consultado sobre el comercio exterior, el candidato dijo que tiene una visión que coincide con la del gobierno argentino, que, “además, permitió avanzar en algunos temas que estaban trancados hace tiempo”. Subrayó, por ejemplo, que el gobierno argentino permitió el dragado a 14 metros en el puerto de Montevideo, algo “histórico”.

“La idea de hacer un Mercosur más flexible, que se abra al mundo, la compartimos con el gobierno argentino, [algo] que mucho agradecemos, porque me parece que vamos en la misma sintonía”, sostuvo. Delgado agregó que Uruguay está en una línea “liderada” por el presidente Luis Lacalle Pou y el canciller Omar Paganini –que estaba presente en el evento– y que él va a continuar, “de abrir el Uruguay al mundo”. Delgado aclaró que no están planteando irse del Mercosur, pero “es una zona de libre comercio imperfecta, que ha tenido vulnerabilidades”.

“El Mercosur se fue estancando, entonces, Uruguay decidió empezar a trabajar en acuerdos bilaterales, como un Mercosur a dos tiempos. Preferimos hacerlo con el Mercosur, pero si el Mercosur, muchas veces, por algunos aspectos ideológicos o de intereses comerciales, no quiere hacerlo, nosotros preferimos hacerlo en dos velocidades. Creo que tenemos el respaldo legal para hacerlo. Tan es así que Uruguay tiene un tratado de libre comercio [TLC] con México, por ejemplo”, subrayó. En ese sentido, Delgado destacó que Uruguay “empezó varias líneas de trabajo”, como el “cronograma del TLC con China”, con un estudio de factibilidad, que ha avanzado “mucho más que con todos los otros gobiernos”.

Luego se le preguntó qué política de incentivo a las inversiones extranjeras llevaría adelante en su eventual gobierno y “qué medidas evalúa para mejorar la competitividad y el costo país”. Delgado subrayó que él no tiene “ningún prejuicio ideológico con la inversión extranjera”. Además, destacó que la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones “no distingue inversión extranjera o nacional, y les da una serie de beneficios” que están “estudiando para generar más estímulos, aquellos que generen más empleo”. “Ahí somos diferentes con la oposición, que está proponiendo subir impuestos o reestudiar el tema de los beneficios fiscales a la promoción de inversiones”, sostuvo.

Diferencias con el FA

Más adelante, Pereda le consultó, teniendo en cuenta la posibilidad de que Delgado no sea presidente, sobre “esta idea de que en Uruguay las políticas públicas se mantienen más allá de los colores políticos”. Delgado subrayó que si se compara con la oposición, “obviamente, son modelos diferentes”, por ejemplo, en materia de seguridad. “La oposición tiene un complejo ideológico con la Policía, no confía en la Policía, no le dio respaldo político ni jurídico; nosotros le dimos respaldo político y jurídico, con legítima defensa, la creación del delito de insulto a la Policía y permitir pedir la cédula en la calle”, apuntó.

Delgado subrayó que “no hay seguridad pública sin represión” y dijo que “represión” es una palabra que “también genera urticaria ideológica en algunos”. “Y también [se necesita] rehabilitación, pero sin represión no hay seguridad. Y bajamos los delitos; ¿todo lo que quisiéramos? No, pero el camino es este”, indicó. Agregó que también son diferentes con el FA sobre el plebiscito para habilitar los allanamientos nocturnos, porque la oposición está en contra, y “es un arma necesaria para la Policía y para la Fiscalía”.

Más adelante subrayó que en política exterior “ni que tal vez” tienen una diferencia con la oposición: “No tenemos que andar dribleando ni dando vueltas para decir que Venezuela es una dictadura, ni para condenar el ataque de Hamas a Israel: estuvieron siete días para poder decir que condenaban el ataque. Si es dictadura y es terrorismo, no se justifica, se condena”, insistió.

Por último, Delgado fue consultado sobre cómo observa “el proceso político y económico” actual de Argentina, a cargo del presidente Javier Milei, pero prefirió no contestar. “Me van a excusar, pero no voy a hablar del proceso político argentino, ni del proceso económico; yo aspiro a que sea el mejor, porque miro desde el lado uruguayo. Soy orgullosamente uruguayo y quiero que a Uruguay le vaya bien, y para que le vaya bien, también a Argentina le tiene que ir bien, en términos políticos, de estabilidad y en términos económicos. Así que le deseo el mejor proceso del mundo, por convicción y también por interés”, finalizó.