En octubre de 2019 había en cada cuarto secreto unas 53 listas para votar a Daniel Martínez, Luis Lacalle Pou, Ernesto Talvi u otro de los candidatos a la presidencia. El próximo 27 de octubre habrá alrededor de 91 listas disponibles distintas. En total, el número de hojas de votación en todo el país aumentó de 998 a 1.734 entre una elección y la otra, un incremento de 74%.

El Partido Colorado (PC) es el que proporcionalmente tuvo el mayor crecimiento: pasó de 106 a 301 listas. El Partido Nacional (PN) también aumentó, aunque en menor medida: pasó de 137 a 219. A medio camino, el Frente Amplio (FA) registró para estas elecciones 896 listas a nivel nacional, esto es, 496 más que en 2019.

Según un informe del Programa de Estudios Parlamentarios de la Facultad de Ciencias Sociales (FCS), 49% de las hojas de votación del FA apoyan la candidatura al Senado de Carolina Cosse (La Amplia), 13% respaldan la candidatura de Felipe Carballo (Compromiso Frenteamplista) y 38% se diluye en las 18 candidaturas restantes. La candidatura de Alejandro Sánchez (Movimiento de Participación Popular, MPP), que probablemente sea la más votada, reúne 2% de las listas del FA. En Artigas, por ejemplo, hay 24 formas de votar a Cosse y una sola de votar a Sánchez, a través de la lista 609.

Esto depende de la estrategia electoral. En el caso de Cosse, el informe de la FCS la define como la estrategia de la “colectora”, utilizada con éxito en las elecciones pasadas por la Vertiente Artiguista (VA). En 2019, gracias a los votos que juntaron 76 listas nucleadas en torno al sector Baluarte Progresista, cuyo principal referente es Humberto Castro, la VA consiguió dos senadores, pero ningún diputado. El informe señala que estas listas aportaron “más del doble” de los votos alcanzados por la propia VA, y “sus candidatos a diputado compitieron sin chance alguna en cada departamento del país, pero contribuyeron a la elección de dos bancas en el Senado”.

El principal objetivo de la colectora es “ganar bancas en el Senado, donde sí se puede acumular por sublemas y obtener bancas adicionales por cocientes decrecientes”, señala el informe. Así, dicha estrategia “reivindica el papel de los [sectores] minoristas”, si bien “fue interpretada por analistas y políticos como una estratagema oscura porque incrementa dramáticamente la oferta de hojas de votación del partido, generando confusión y poca transparencia sobre el destino final del voto”. Con todo, este método también responde a los incentivos que tiene el sistema electoral y, en ese sentido, es “una estrategia lógica”, apunta el informe.

Según relevó la diaria, 51% de las listas del PC apoyan la candidatura al Senado de Robert Silva y 18% respaldan la de Gustavo Zubía. A la candidatura de Andrés Ojeda le corresponde 9% de las hojas de votación del PC y a la de Pedro Bordaberry, 7%. En el PN, en tanto, hay una distribución más pareja. La candidatura que tiene más listas, con 30%, es la de Luis Alberto Heber, quien se postula al Senado como primer suplente de Lacalle Pou.

En el FA hay dos estrategias diferentes

En estas elecciones, Castro, secretario general de Baluarte Progresista y exconsejero político del Congreso de Intendentes, alcanzó un acuerdo electoral con La Amplia y se postula en el segundo lugar de la lista al Senado encabezada por Cosse. Según el informe de la FCS, las 438 hojas de votación que apoyan a la exintendenta de Montevideo suponen “la colectora al Senado más grande de la historia electoral del país”.

Algunos de los sectores que forman parte de este bloque son Movimiento Social de Izquierda (545), Movimiento del Sur (817), Compromiso Social Evangélico (1940), Frente Izquierda (1962), Compromiso Artiguista (7010), Movimiento Verde Ecologista (8008), Congreso Frenteamplista (8009) y Corriente de Unidad Frenteamplista (9393), entre otros.

Un dirigente de Baluarte Progresista dijo a la diaria que gracias a este método los sectores pequeños “se pueden presentar electoralmente”, dado que “hay un Senado común que los respalda”; de lo contrario, “capaz que no se presentan”, apuntó. También señaló que estos sectores buscan marcar votos en las elecciones nacionales de cara a las elecciones departamentales, en las que “tienen más posibilidades”. Asimismo, mencionó que la mayoría de estas listas corresponden a grupos políticos que “no forman parte de la orgánica del FA” y, por lo tanto, “no participan de la vida interna del FA”.

Por su parte, Carballo, cuya candidatura al Senado es apoyada por 115 hojas de votación a nivel nacional, dijo a la diaria que la estrategia de Compromiso Frenteamplista (711) es “tratar de abrigar a todos aquellos sectores que quieran comenzar a tener una expresión electoral y política hacia adelante”. Agregó que el método “está basado sobre lo que plantea la ley electoral”.

Foto del artículo '¿Por qué hay tantas listas del Frente Amplio y qué sectores apuestan a la estrategia de la “colectora”?'

Dentro del mismo FA hay estrategias que van en el sentido contrario. El MPP (609) y Seregnistas (95), por ejemplo, presentaron listas conjuntas en siete departamentos con el propósito de competir por la diputación. Esto implica que uno de los dos sectores tenga que resignar su lista al Senado en esos departamentos, dado que han presentado listas diferentes al Senado (Sánchez en el MPP y Mario Bergara en Seregnistas). Así, en Rocha no hay forma de votar a Sánchez y en Flores no hay forma de votar a Bergara.

Aníbal Pereyra, dirigente del MPP, exintendente de Rocha y actual candidato a la diputación departamental, dijo a la diaria que en el MPP se priorizó “un acuerdo que de alguna manera pueda fortalecer el triunfo electoral, pero que también garantice la gobernabilidad” en caso de que el FA retorne al gobierno. Dijo que en Rocha “el MPP perfectamente podía ir solo” y “tendría chances de repetir la diputación que tenemos desde 2004”; no obstante, optaron “por una construcción que incorporara otras miradas y que también les diera la posibilidad, si se gana la banca, de que su voz y su mirada esté en el Parlamento”, señaló. En cuanto a la estrategia de la colectora, Pereyra dijo que “son estrategias electorales” y “cada uno podrá tener una opinión”.

Para Rubio, es un tema para “analizar después de las elecciones”

En diálogo con la diaria, el histórico dirigente de la VA Enrique Rubio admitió que el éxito electoral que tuvo la estrategia de la colectora en 2019 fue sorpresivo. “Nos permitió tener dos senadores cuando pensábamos que no había ninguna posibilidad”, comentó, y contó que esto “sorprendió al propio Humberto”, quien “ni siquiera planteó ir en la lista del Senado”.

Sobre la cantidad de listas que presentó el FA en estas elecciones, Rubio consideró, por un lado, que “es conveniente que el FA acumule la mayor cantidad de votos para poder llegar al gobierno”. “Este método sin duda favorece una acumulación en los márgenes que quizás de otra manera no se daría”, apuntó.

Pero, por otro lado, Rubio señaló que la proliferación de hojas de votación “expresa otro tema sobre el cual deberíamos ser autocríticos”, esto es, la “brecha” que a su entender existe entre “sectores políticos y pueblo frenteamplista”. “Estos son fundamentalmente actores locales de territorio que tienen incidencia en barrios, que no desean incorporarse a sectores políticos y que quieren marcar su voto y luego hacerlo valer en elecciones de alcance territorial”, expresó, en referencia a las elecciones departamentales.

Asimismo, desde la perspectiva de “la fortaleza de los sectores políticos”, Rubio consideró que este fenómeno “implica una atomización muy grande” para el FA y recordó que en el documento de balance y autocrítica que la fuerza política aprobó en 2021 “hay referencias a ese tema”. En ese documento, el FA advertía sobre el surgimiento de “proyectos personales” que, en busca de una expresión electoral, “ponen en riesgo la esencia del FA”, y aconsejaba “generar condiciones para la construcción de grandes espacios para no seguir reproduciendo esta fragmentación política”. De cualquier manera, Rubio sostuvo que este “es un tema que el FA tiene que analizar después de las elecciones”.