Ya no hay más spots, no hay más actos, ni recorridas, ni jingles, ni encuestas, ni entrevistas, ni debates. Sólo queda incertidumbre hasta el domingo. Porque ni los spots, ni los actos, ni las recorridas, ni los jingles, ni las encuestas, ni las entrevistas, ni el debate parecen haber definido la preferencia de la ciudadanía por uno de los dos candidatos que compiten en el balotaje: Yamandú Orsi y Álvaro Delgado.
Todas las proyecciones de voto de las consultoras publicadas esta última semana de campaña concuerdan en que el escenario del domingo será ajustado y no hay nada definido. Si bien el candidato del Frente Amplio, Orsi, se ha mantenido primero en todas las encuestas, la diferencia que lo separa de su contrincante es mínima y está dentro del margen de error de la mayoría de las mediciones. En este punto es que entra el concepto de empate técnico.
Empate y empate técnico
En la segunda vuelta gana la fórmula presidencial que reúna más votos, así sea uno. La posibilidad de un empate, es decir, que las dos fórmulas tengan exactamente la misma cantidad de votos, es posible pero muy improbable, como comentó en entrevista con En perspectiva José Garchitorena, ministro de la Corte Electoral. Si se diera esa situación, la ley no establece cómo actuar, por lo que la Corte Electoral tendría que tomar una decisión.
Si bien es muy difícil que ocurra un empate, de cara a este domingo las proyecciones de las consultoras dan un empate técnico. En diálogo con la diaria, el politólogo Daniel Chasquetti explicó que el concepto es propio de la jerga de los estudios de opinión pública y significa que “el rango de confianza de la estimación de ambos candidatos está superpuesto. O sea, el límite inferior del margen de error del que va primero está superpuesto con el límite superior del margen de error del que va segundo” y por tanto, “la votación podría caer en cualquier punto de esos rangos”.
En palabras de la politóloga Tamara Samudio, consultada por la diaria, el empate técnico “es una forma de establecer que técnicamente no se puede decir que hay uno que vaya a triunfar sobre otro u obtener un resultado mejor que otro”. Según Chasquetti, los antecedentes teóricos e históricos respaldan la idea de un resultado ajustado, lo cual indicaría que “el Frente Amplio crece y los partidos de la coalición no logran retener todo”.
El voto swing
En el escenario de balotaje, y aún más en uno que se anticipa ajustado, la existencia del voto swing tomó relevancia. Este concepto, proveniente de la política de Estados Unidos, según Chasquetti, “resulta relevante y muy cómodo para indicar que, en competencias entre dos candidatos, cada cambio supone una suma cero, o sea, todo lo que gana uno lo pierde el otro”.
El voto swing es aquel que un bando consigue captar del otro y por esto vale doble. Es decir, son aquellos electores que no están alineados a ninguno de los partidos y pueden virar o cambiar su preferencia entre una elección y otra.
Consultado sobre si considera que estos movimientos pueden resultar definitorios, Chasquetti consideró que en las elecciones de 2019 entre el presidente Luis Lacalle Pou y Daniel Martínez lo fueron. En aquel balotaje, las últimas encuestas daban un escenario mucho más holgado hacia el ganador y “es evidente que hubo movimiento en el último momento” que acotó la diferencia, dijo Chasquetti.
En estas elecciones, Chasquetti afirmó que “podría pasar, porque la proporción de votantes cuyo voto no es seguro es bastante grande”.
Por su parte, el politólogo Daniel Buquet explicó a la diaria que los 3,7 puntos de ventaja con los que partió Delgado luego de las elecciones de octubre, por la sumatoria de todos los votantes de la coalición, “se van a reducir en la medida en que el saldo de esas transferencias beneficie a Orsi”. Entonces, para Buquet, podría especularse que la paridad actual está representada en que aproximadamente un 10% de los votantes del Partido Colorado se inclinan a votar a Orsi. “Porque si los colorados votaron un 16% -en octubre-, un 10% de eso es uno y medio. Y si partimos de un bloque que tiene tres puntos de ventaja, un punto y medio al otro bloque los empata”.
Chasquetti se inclina a pensar que, tal como anticipan las encuestas, la elección será reñida, con una diferencia de uno o dos puntos. Sin embargo, consideró que al final de la jornada se podrá tener un ganador.
Por su parte, Buquet apuntó que el escrutinio, a diferencia de las elecciones de octubre, es mucho más fácil, ya que solo hay dos opciones. Por lo que “es mucho más probable que a las 20.30 -las proyecciones de escrutinio- tengan el 75, 80% de la muestra”, opinó Buquet y agregó que si la diferencia a ese momento de la noche “excede un punto”, el resultado estaría definido.
¿A qué candidato benefician los votos observados?
Otra situación que se podría dar, dado el escenario reñido, es que el resultado del escrutinio primario de la Corte Electoral (que no cuenta los votos observados) sea tan ajustado que la cantidad de votos observados sea mayor a la diferencia entre ambos candidatos. En ese caso, para determinar un ganador será necesario esperar al escrutinio departamental de la Corte Electoral, que se realiza los días siguientes a la elección y abre los sobres de los votos observados.
En las elecciones de octubre, los votos observados fueron 34.586, de los cuales 14.311 fueron al FA, 11.279 al PN y 6.907 al Partido Colorado.
Actualmente, sólo pueden votar bajo esta modalidad los miembros de las mesas de votación, custodios y personal similar que no pueden trasladarse a su circuito asignado, así como las personas con discapacidad motriz, transitoria o permanente, que necesiten cambiar su lugar de votación o comisión receptora de votos por uno que cuente con condiciones de accesibilidad.
Ambos politólogos concuerdan en que, en el escenario de balotaje, Delgado tendría una ventaja sobre Orsi en el conteo de votos observados, pero tendría que ser muy pequeña la diferencia entre los candidatos para que estos votos modifiquen la tendencia.
Buquet consideró que, si al llegar a una “cantidad muy grande de circuitos con el escrutinio primario la diferencia es del 1%”, los observados no darán vuelta el resultado.
Para Chasquetti, si se da un resultado en el que Delgado esté delante de Orsi, no tendría sentido que el candidato del FA no reconozca los resultados y espere al conteo de observados, como lo hizo Daniel Martinez en las elecciones de 2019. Sin embargo, si es al revés, y la ventaja que Orsi le saque a Delgado es menor a un punto, “ahí hay que esperar”, apuntó el politólogo.