Hijo de Pablo, El Bebe, y Carmen, La Beba, Yamandú Orsi Martínez nació el 13 de junio de 1967 y pasó sus primeros años en el paraje rural conocido como Tierra de Campeones, cerca de la intersección de la ruta 11 con la ruta 32, en Canelones. Allí pasaba el tiempo con su hermana Luján y jugaba al fútbol (es hincha del Club Atlético Peñarol), antes de que su familia se mudara a la capital del departamento, cuando él tenía cinco años, a causa de una hernia de disco que le impidió al padre seguir haciendo trabajo de fuerza en la viña.
Sus padres pusieron un almacén de barrio, de esos con mostrador de madera larguísimo, que oficialmente se llamaba “Luya” (por Luján y Yamandú, los dos hijos del matrimonio), pero al que todo el mundo se refería como “lo del Bebe”. Al principio, el depósito del almacén era también la casa de la familia. Años después, compraron una casa a unas cuadras y se mudaron. En esa época Luján le enseñó a leer valiéndose de diarios.
Desde chico, Orsi ayudaba en el almacén. Cortaba zapallos, entraba querosén y charlaba con la gente. Con los años tuvo más responsabilidades: dos veces a la semana iba al mercado con su padre a las 4.30 para conseguir mercadería.
En la escuela pública 110, Tres Esquinas, fue abanderado. Durante esos años también tomó la primera comunión e incluso fue monaguillo en la Capilla de Fátima.
Siguió en el almacén mientras iba al liceo, a mediados de los 80. En esa época también era bailarín de folclore. A los 15 años se presentó al concurso para ser parte del elenco municipal de ballet folclórico de la Intendencia de Canelones y quedó. De hecho, fue la música popular la que despertó su interés por la política, a pesar de que en su familia no se hablaba del tema.
En su adolescencia, previo al regreso de la democracia, Orsi comenzó a militar en el centro estudiantil del liceo Tomás Berreta. Por intermedio de sus compañeros se acercó, con el tiempo, a los comités de base del Frente Amplio. Militó primero en la Vertiente Artiguista y luego en el Movimiento de Participación Popular (MPP).
Sus primeras acciones militantes fueron a favor del voto verde en el referéndum sobre la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado.
Siguió ayudando en el almacén mientras estudiaba Historia en el Instituto de Profesores Artigas (IPA) y daba clases en diferentes departamentos, y también cuando su padre, en los 90, tuvo que abandonar del todo las jornadas extensísimas (de seis de la mañana hasta la tarde) al frente del local.
Ejerció la docencia en Maldonado, Canelones y Florida, hasta que la tarea docente se volvió incompatible con sus responsabilidades políticas, porque no podía dedicarle el tiempo que necesitaba, y decidió abandonar esa profesión.
En Maldonado conoció a su compañera, Laura Alonso Pérez, con quien se casó años más tarde. En 2012 tuvieron dos hijos mellizos: Lucía y Victorio.
Orsi vivía en Maldonado desde hacía ya varios años cuando en 2005 Juan Carlos Souza, edil del MPP, le ofreció ser suplente de Marcos Carámbula en el gobierno canario. Hasta ese momento había sido, durante décadas, militante del sector que lidera José Mujica. Así llegó a su primer cargo político: secretario general de la Intendencia de Canelones.
Sus años en el gobierno departamental
La faceta más reconocida de Orsi es la de intendente de Canelones, cargo que ejerció durante dos períodos, entre 2015 y 2019 y desde 2020 (fue reelecto con el 51% de los votos) hasta principios de 2024, cuando renunció para lanzar su precandidatura presidencial. En ese momento contaba con un 70% de aprobación de la comunidad canaria.
En el rol de gobernante departamental fue sucesor de Carámbula, con quien trabajó codo a codo durante los gobiernos de 2005-2010 y 2010-2015 desde su rol de secretario general.
Sobre esa década de trabajo conjunto, Carámbula dijo a la diaria: “[Orsi] era muy joven cuando asumimos y teníamos un enorme desafío: sacar adelante Canelones, que tenía una situación económica y financiera comprometida. Ahí trabajamos codo a codo y aprecié virtudes de Yamandú. Es muy inteligente, muy sensible, tiene una cercanía extraordinaria con la gente, sobre todo con la más humilde, es transparente, no tiene dobleces, es muy derecho y muy confiable”.
Una anécdota que tiene marcada sobre esa época es una imagen repetida: el padre de Orsi pasando de lunes a viernes, a eso de las 11.00, por la puerta de la intendencia, levantando la mirada hacia el primer piso, saludándolos con una sonrisa, confirmando que estuvieran bien.
Otra rutina repetida: todos los jueves Orsi iba a la casa de sus padres a comer los famosos ravioles de su madre, conocida, además de por sus habilidades para la costura, por su mano para la cocina. Carámbula recordó esto y dijo que Orsi “es un hombre de sus raíces, de su pueblo natal, de los afectos”.
Cuando Carámbula fue reelecto le propusieron distintos nombres para el cargo de secretario general, pero él insistió con que siguiera siendo Orsi porque “tenía condiciones extraordinarias”. Contó que en el auto, la noche de la victoria, le dijo: “A partir de ahora la intendencia la hacemos los dos. Yo quiero que vos asumas conmigo todas las responsabilidades, porque no tengo dudas de que vas a ser el intendente de Canelones y seguramente, más allá, tenés condiciones”.
El exintendente destacó la apuesta de Orsi por el diálogo interpartidario, que, sostuvo, comenzó durante sus períodos de gobierno con el fideicomiso para pagar las deudas de la comuna, idea que planteó Alberto Perdomo, referente del Partido Nacional: “Yamandú siguió cultivando la idea de que cuando los temas de Canelones están por encima de los partidarios hay que generar acuerdos, buscar acuerdos y consensos. Le sale natural”.