Según datos del Instituto de Estadística de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, sólo 28% de los investigadores en ciencia alrededor del mundo son mujeres. Solamente uno de cada cinco países ha alcanzado la paridad de género en esta área, dado que entre 45% y 55% de sus integrantes son mujeres. En América del Norte y Europa Occidental representan apenas 32%. En el África subsahariana, 31%; en los países árabes, 39%; en Asia oriental y el Pacífico, 23%; y en Europa central y oriental, 40%. En América Latina y el Caribe el promedio de participación de mujeres es de 45%. Bolivia es el país con más mujeres en investigación, con 63% del total de personas que investigan. Lo siguen Venezuela con 62%, Trinidad y Tobago con 54% y Argentina y Guatemala con 53%. El país con menos mujeres investigadoras en ciencia es Perú, con sólo 32% de investigadoras; un poco más arriba se ubican Chile, Santa Lucía y México con 33%.

Uruguay cuenta con 50% de investigadoras en ciencia, que prevalecen en los ámbitos académicos y públicos, mientras que los varones predominan en el sector privado. El sector público también es prácticamente paritario: 53% mujeres y 47% varones. El sector privado registra mayor desigualdad: 29% mujeres y 71% varones. En la educación superior hay paridad.

Dentro de las ramas de la ciencia, tanto en ciencias médicas (57% a 43%) como en las humanidades (53% a 47%) predominan las mujeres. La casi paridad está en las ciencias naturales (49% son mujeres y 51% varones). Hay un leve predominio de varones en las ciencias agrícolas (47% son mujeres y 53% varones) y en las ciencias sociales hay 54% de varones y 46% de mujeres. El área de investigación más desigual es ingeniería y tecnología (36% son mujeres y 64% varones).

Chicas en la tecnología

Año a año aumenta la cantidad de mujeres que deciden dedicarse a la ciencia. Esto se debe, en parte, a las organizaciones o grupos de activismo que incentivan a las mujeres a desafiar los estereotipos de género y dedicarse a hacer lo que quieren hacer.

Girls in Tech (GIT; Chicas en la Tecnología) es una organización global que tiene como objetivo el empoderamiento de las niñas y las mujeres apasionadas por la tecnología. Tiene una sede en San Francisco y alrededor de 100.000 voluntarias y voluntarios en todo el mundo. Fue fundada por Adriana Gascoigne en 2007, “para crear un marco de apoyo para ayudar a las mujeres a avanzar en sus carreras en los campos de STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, por sus siglas en inglés)”. El acrónimo se creó para referir a las mujeres en estos ámbitos. Contribuye a crear nuevas empresas en las que inserta a las mujeres que pertenecen a la industria de alta tecnología. “GIT no es sólo para mujeres profesionales. Existimos para cualquier persona con un interés en la tecnología, para las nuevas empresas y para proporcionar a las mujeres una plataforma para el crecimiento. Operamos con el espíritu de la niña que hay dentro de todos nosotros: valiente, vivo y decidido”, sostiene.

Ejemplo e incentivo: Barr Yaron, científica de datos

A fines de agosto de este año, Barr Yaron visitó Uruguay para participar en el evento Fintech Forum 2018. Allí intercambió con GIT y conversó con la diaria.

Barr Yaron nació en Filadelfia, Estados Unidos. Estudió matemática, informática y economía en la Universidad de Harvard y desde 2016 vive en Tel Aviv, Israel. Entre lo más destacado de su currículum se encuentra su trabajo como científica de datos e investigación en eBay Research Labs y como gerenta de análisis de productos en Brigade Media. También fue parte del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, en Washington DC, como pasante. Trabajó como científica de datos en Facebook y como estratega digital en Parkwood Entertainment para el equipo musical de la cantante Beyoncé. Esta experiencia es muy particular, ya que fue Yaron quien se acercó a la compañía de la artista. Su admiración por la cantante la llevó a explicarle a ese grupo por qué era necesario que contaran con una científica de datos en su equipo, y su interés por ser ella misma quien ocupara el cargo.

Pero como científica hizo mucho más que eso. Diseñó y creó programas de asesoramiento en matemática para niñas interesadas en la robótica en Medio Oriente. En ese marco dirigió una conferencia nacional para mujeres en STEM.

La sapiencia es equitativa

De las mujeres que ocupan espacios habló Yaron durante su visita en Uruguay. En una ronda formada por una docena de mujeres y dos varones, se mostró entusiasmada por contar su historia de vida, sus objetivos y su pasión por compartir su profesión con muchas más mujeres. “Somos nosotras quienes tenemos que lograr que a las niñas y a las adolescentes les importen la ciencia, la tecnología, la ingeniería y la computación desde jóvenes. Tienen que conocer cómo es el trabajo; sólo así se podrá acortar la brecha entre varones y mujeres en estos ámbitos. A través de eventos como las hackathons es que podemos hacerlo”. Una hackathon es un evento en el que los profesionales y la comunidad se encuentran para crear, en unas horas o en unos pocos días, herramientas que solucionen problemas relacionados con la calidad de vida de determinado grupo de personas.

Sus ojos brillan y su voz es fuerte cuando explica qué la llevó a donde está hoy en día. “Elegí dedicarme a la ciencia de los datos porque estoy constantemente pensando en cómo puedo utilizar mejor este conjunto de habilidades cuantitativas para marcar una diferencia en el mundo. Trabajé en muchos campos que dependen, en gran medida, de las estadísticas: política económica en el gobierno, finanzas, investigación académica, diseño de mercado e incluso entretenimiento. Si bien algunas de estas disciplinas se basan en herramientas similares, la ciencia de los datos en tecnología es fascinante debido a la gran cantidad de información y al ritmo de cambio rápido e iterativo”.

De Israel al mundo

Yaron fundó Women of Startup Nation, un espacio virtual que busca destacar ejemplos de mujeres emprendedoras (sobre todo israelíes) en el rubro de la tecnología de todo el mundo, para fomentar el trabajo de las profesionales en estos espacios que, a lo largo de la historia, han sido considerados lugares de desempeño masculino.

Un ejemplo de estas mujeres profesionales que rompen estereotipos es el de Avital Zipori, una ingeniera de software de Google. “Como ingeniera de software, tengo el poder de crear algo de la nada y pensar en formas creativas para resolver problemas difíciles. Había muchas más mujeres en mis clases en la universidad que las que veo trabajando en este campo. Es muy importante para mí alentarlas a quedarse y no abandonar. Sabemos que es un camino particularmente difícil para las mujeres, por lo que queremos proporcionar recursos, apoyo, conexiones y oportunidades para que prosperen en sus carreras técnicas. Mi consejo para todas es que no tengan miedo al fracaso. Tener miedo sólo te detiene. Ponte a prueba, porque así es como crecerás”, dice Zipori en su testimonio en Women of Startup Nation.

Hasta hace muy poco tiempo Yaron trabajó como científica de datos para Facebook y para Internet.org, una organización que se dedica a crear herramientas para que las 4.000 millones de personas en todo el mundo que no tienen acceso a internet puedan tenerlo. En cuanto a esta última experiencia, explicó que considera que lo más valorable es que las decisiones no sean jerárquicas, que no se toman “desde arriba hacia abajo”, sino que las cuestiones sobre la experiencia del usuario se resuelvan en base al entendimiento de los datos, lo que es totalmente objetivo.

Además, manifestó que no todos los trabajadores vinculados a los datos de Facebook tienen acceso a ellos, ya que es algo delicado. “Creo en la responsabilidad y en el compromiso que debe tener cada compañía para proteger los datos de las personas”. “Ser un científico de datos en Facebook significa empoderar a mi equipo para que tome las decisiones más inteligentes posibles con el fin de brindar a nuestros usuarios experiencias maravillosas. El rol del científico de datos es amplio e implica establecer objetivos de equipo, encontrar oportunidades en los datos para cambiar el enfoque de nuestro producto, modelar predicciones y establecer una cultura de pruebas experimentales rigurosas. Más allá del rigor analítico, el rol también requiere tomar decisiones estratégicas e influir en los demás”.

Su afán por fomentar y acercar a las mujeres a la tecnología fue lo que la hizo mudarse a Israel, porque consideraba que tenía mucho trabajo para hacer allí. “Fui cuestionada por mis amigos sobre la escena tecnológica israelí, también sobre qué roles desempeñan allí las mujeres. Les preocupaba que eso afectara mi trabajo, no por el trabajo en sí, sino porque soy mujer. Fue justamente eso lo que me llevó a tomar esa decisión”, explicó.

En Israel su militancia no cesa. Yaron brinda charlas y capacitaciones continuamente, además de intentar fomentar la eliminación de actos machistas, como el hecho de que en las presentaciones y en los foros relacionados con la ciencia no haya voces femeninas. Por medio de su plataforma invita a sumar nombres y currículums a una lista de mujeres profesionales para luego acercar a los organizadores de dichos encuentros y recomendarlas como panelistas.