“No es abuso, es violación”. La consigna se repitió en gritos, banderas y pancartas de manifestaciones que inundaron las calles de varias ciudades españolas desde el jueves. Ese día, la Audiencia Provisional de Navarra condenó a nueve años de cárcel a los cinco miembros de “la manada” por el delito de abuso sexual contra una joven durante las fiestas de San Fermín de 2016, en la ciudad de Pamplona.

En videos e imágenes presentados por las partes, se ve cómo los hombres, “valiéndose de su superioridad física y numérica, y de la imposibilidad de la víctima de ofrecer la más mínima resistencia, ante el temor a sufrir un daño aun mayor”, obligaron a la mujer, que en ese entonces tenía 18 años, a realizar actos sexuales, asegura la Fiscalía en la denuncia. También hay capturas de pantalla de una conversación en el grupo de Whatsapp que compartían los agresores con otros amigos (que se llamaba “La manada”) en los que se jactaban de haber agredido sexualmente a una joven, que, se comprobó, estaba bajo los efectos del alcohol. “Follándonos a una entre cinco. Hay video”, decía uno de los mensajes.

La Fiscalía y los abogados de la víctima habían solicitado 22 años y diez meses de prisión para los responsables. La denuncia establecía que, además de abuso sexual, los hombres cometieron los delitos de agresión sexual, robo con violencia (se llevaron el celular de la joven) e intimidación. Por estos cargos fueron absueltos.

Uno de los tres jueces encargados del caso, Ricardo González, votó a favor de absolver a los cinco acusados porque, a su entender, la joven accedió a mantener relaciones sexuales y “no hubo intimidación”. En una extensa carta de 136 páginas, el magistrado aseguró, en base a lo que vio en el video, que no se puede apreciar “signo alguno de violencia, fuerza, o brusquedad ejercida por parte de los varones sobre la mujer”. Además, consideró que la joven no muestra “en su expresión, ni en sus movimientos, atisbo alguno de oposición, rechazo, disgusto, asco, repugnancia, negativa, incomodidad, sufrimiento, dolor, miedo, descontento, desconcierto o cualquier otro sentimiento similar”. Su postura ignora la versión de la víctima, que en el pasado declaró que durante la violación permaneció “inmóvil, con los ojos cerrados y en estado de shock”.

El fin de semana, las partes acusadoras aseguraron que recurrirán el fallo de la Audiencia de Navarra. La Fiscalía aseguró el viernes que lo hará porque mantiene su “consideración oficial” de que los cinco hombres incurrieron en “un delito de agresión sexual” y, por lo tanto, son culpables de violación. Por su lado, el abogado Miguel Ángel Morán, que representa a la denunciante, dijo el sábado a la agencia de noticias Efe que “por supuesto” que recurrirá la sentencia.

En tanto, los defensores de los cinco procesados adelantaron que también recurrirán el fallo. En su caso, reclamarán la absolución de todos sus clientes, tomando como base el voto particular del juez González.

Esta segunda instancia judicial tendrá lugar ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra. Los acusados se encuentran en prisión preventiva desde el 8 de julio de 2016, pero la medida expira el 7 de julio. Sin embargo, al existir una condena en primera instancia, esa situación se puede prorrogar hasta tres años más, lo que da un plazo bastante extenso para que el Tribunal Superior se pronuncie.

La sentencia del jueves causó la indignación inmediata de miles de personas, que a las pocas horas del anuncio ya estaban rodeando el Palacio de Justicia de Pamplona, la capital navarra, en respuesta a una convocatoria de distintos colectivos feministas. Los manifestantes mostraron su desacuerdo con el actual Código Penal –que establece que para que haya violación tiene que haber necesariamente “violencia” o “intimidación”– y con la interpretación de la norma que hicieron los jueces.

El llamado en Pamplona se extendió durante los siguientes días a Madrid, Sevilla –de donde son originarios los condenados– y otras ciudades españolas. “Tranquila, hermana, aquí está tu manada”. “No es no, el resto es agresión”, “Los jueces y las leyes también son cómplices” y “No es un caso aislado: se llama patriarcado” fueron algunas de las consignas que se renovaron en las protestas. El sábado, las manifestaciones en Pamplona llegaron a reunir 32.000 personas, y ayer continuaban por cuarto día consecutivo.

Una representante del movimiento feminista de Pamplona, Uxue Álvarez, dijo ese día que la movilización era la respuesta a la sentencia de “la manada”, pero también “a la violencia patriarcal” que sufren las mujeres a diario. “No hay que poner el foco sólo en esta agresión, porque esto pasa todos los días y se invisibiliza”, afirmó.

La oleada de protestas llevó al gobierno español a anunciar que el Ministerio de Justicia revisará la tipificación de los delitos sexuales en el Código Penal. El portavoz gubernamental, Íñigo Méndez de Vigo, dijo que el Ejecutivo decidirá si se “precisa una actualización” una vez que termine ese estudio. Ayer, el vicesecretario de Política Social y Sectorial del gobernante Partido Popular, Javier Maroto, se manifestó a favor de esa reforma del código y argumentó que es “perfectamente posible” que se cometa una agresión sexual, como en este caso, y que la víctima no sufra otro tipo de violencia física porque decide no enfrentarse a sus agresores.

En paralelo, la oposición –liderada por el Partido Socialista Obrero Español y Podemos– convocó para este jueves a la Comisión contra la Violencia de Género del Parlamento para debatir sobre la necesidad de revisar el Código Penal.