Gladis Duarte tenía 87 años y vivía junto a su esposo, de 90 años, en Neptunia, Canelones. Todas las mañanas hacía un pedido al almacén del barrio. Desde el comercio, al no recibir la llamada, intentaron contactarla.
Al llegar a la casa que compartía el matrimonio, encontraron a su marido, que tiene Alzheimer avanzado y baja movilidad, en estado de shock y con manchas de sangre. Gladys fue asesinada con un golpe en la cabeza.
Los vecinos dijeron que las peleas eran cotidianas y que la noche anterior escucharon gritos. Hay una investigación en proceso para determinar si fue un caso de femicidio u otro tipo de homicidio. En la casa no había desorden ni otros indicios de hurto.