Cuando la principal avenida de Montevideo todavía estaba caliente por los pasos de las miles de mujeres que marcharon en la tarde del 8 de marzo, una serie de audios grabados en una escuela y vinculados con esa fecha empezaron a circular por Whatsapp. En las grabaciones se escuchaba a una mujer que cuestionaba a ocho maestras que adhirieron a la huelga feminista convocada en el Día Internacional de la Mujer y amenazaba con imponerles sanciones. Se supo después que el escenario era la escuela 55, del barrio de Maroñas, durante una reunión de madres y padres que tuvo lugar el mismo 8 de marzo, y que la principal expositora era la inspectora de la zona correspondiente al centro, según confirmaron fuentes del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) a la diaria.

La funcionaria asegura en los audios que las maestras que no se presentaron ese día a trabajar no estaban “haciendo un paro” porque “la mayoría no decretó un paro”, sino que “se juntaron para faltar por su cuenta”. Anuncia entonces que responderá con una sanción económica y la presentación de un “acto administrativo” ante la División Jurídica del CEIP. A su entender, la causa por la que faltaron las maestras es digna, y aunque reconoce que ella misma apoyó las movilizaciones del 8M otros años “como trabajadora, como ciudadana, como mujer y como madre”, considera que no presentarse a trabajar es una cuestión de “ética profesional”. En ese sentido, dice que lo fundamental es que las niñas y los niños no pierdan un día de clase, y que esa debería ser siempre la prioridad.

Esto le dio pie para pedir a las madres y padres que le muestren cualquier aviso que las maestras hayan hecho a los niños que notificara que no se presentarían a trabajar ese día. Y advirtió que los estudiantes que no asistieran a clase tendrían la falta. “Si en el cuaderno de algún niño está escrito que la maestra no venía hoy me lo tienen que dar porque el niño no va a tener la asistencia, va a tener la falta, y ese documento va a ser importantísimo para seguir procediendo y para seguir dando calidad educativa. Porque nos llenamos la boca con que queremos ofrecer calidad y resulta que por una causa loable, todo lo que quieran, no me presento a trabajar”, se escucha que dice la inspectora. Más adelante, insiste: “Por favor, si alguno tiene escrita una hojita o [un comunicado] en el cuaderno del niño [en el que diga] que estas maestras no venían hoy, me lo tienen que acercar porque es una falta gravísima. ¿Está claro? [...] Ningún maestro puede decir verbalmente que no viene al otro día”.

La funcionaria avisa que para contrarrestar la ausencia de las maestras la dirección de la escuela “consiguió suplentes” para “atender a todos los niños”. No especifica cuántos suplentes son, pero más adelante recuerda que la dirección de la escuela no puede autorizar más de dos maestras que falten por día y, por ende, tampoco permite más de dos suplencias.

El lunes 11, el colectivo Maestras Feministas explicó en un comunicado que las trabajadoras que pararon el 8 hicieron uso del derecho a faltar con aviso que contempla el Estatuto del Funcionario Docente de la Administración Nacional de Educación Pública, precisamente porque el sindicato adhirió a la huelga “sin paro”. El texto menciona en particular el artículo 77 de esa normativa, que establece que “las inasistencias con aviso implicarán descuento de la remuneración del día y las sin aviso la pérdida de haberes correspondientes a dos días, incluido el de la inasistencia, sin perjuicio de las sanciones a que hubiere lugar y de lo dispuesto en el artículo 72”. Este último artículo plantea: “La concesión de una licencia extraordinaria sin goce de sueldo determinará a su titular la pérdida del puntaje correspondiente a la actividad computada”.

Los tres audios llegaron a los oídos del secretariado general del PIT-CNT, que como primera reacción pidió una reunión con el CEIP para manifestar su preocupación por la situación. En ese encuentro, que tuvo lugar el lunes 11, la central sindical pidió que no se aplicara ningún tipo de sanción a las maestras que adhirieron al paro internacional de mujeres. El CEIP accedió, en el entendido de que el marco normativo establece de manera muy clara cuál es la situación cuando una docente falta con aviso. El siguiente paso fue pedirle a la Inspección Técnica del CEIP que haga un acompañamiento al grupo de maestras y a la comunidad de inspección para intentar “recomponer los vínculos”, aseguraron las fuentes del consejo. En eso están ahora. El objetivo es “generar las condiciones y el clima de bajo riesgo que se necesita para trabajar en una escuela y para tener una supervisión”. Por otro lado, desde el CEIP aseguraron que por el momento no les llegó ningún pedido de “acto administrativo” por parte de la inspectora.

El comunicado de Maestras Feministas –que fue respaldado por más de 40 colectivos feministas y organizaciones de mujeres– denuncia en general los “cuestionamientos” y “difamaciones” que recibieron muchas de “las 100 maestras, talleristas y profesoras del Consejo de Educación Inicial y Primaria que faltaron a trabajar el 8M en distintos puntos del país”. Sin mencionar a la escuela 55, critican específicamente un caso en el que “se llevó a cabo un procedimiento dudoso de suplentes a las que el mismo día se les negó trabajar.

Las maestras de este colectivo, creado hace un año, también “repudian” cualquier caso en que “se destrate y/o acose a compañeras, sobre todo cuando se usufructa el poder jerárquico para eso”. En esa línea, aseguran que las maestras constantemente luchan “contra violencias patriarcales (llevadas a cabo por varones y mujeres) que, amparadas en la verticalidad del sistema, se abusan de su lugar”, y que estas lógicas “son las mismas que llevan a la desprofesionalización del magisterio”, un espacio “feminizado”.

El colectivo resalta a la vez que las maestras que faltaron el 8 de marzo tomaron esa decisión “por ellas” pero también “por todas las mujeres de la comunidad, por las madres, tías, niñas y abuelas” con las que trabajan “diariamente”. Por eso rechazan además “las actitudes que pongan a mujeres contra mujeres” y “a maestras contra la comunidad educativa”. “Sabemos que los motivos de esta reacción no son independientes a que nuestras faltas hayan sido por adherir a una huelga internacional de mujeres”, reconocen las trabajadoras de la educación, “pero más allá de los motivos y de las diferencias de posturas ante los mismos, defendemos ante todo los derechos que tenemos como trabajadoras”.

El miércoles pasado, la Asociación de Docentes de Enseñanza Secundaria difundió un comunicado en el que expresó “su más absoluto repudio al hecho protagonizado por la dirección e inspección en la escuela Nº 55, donde dando muestra de un pensamiento de claro contenido fascista se amenaza a maestras y padres en un acto público por haber faltado con aviso el 8 de marzo”. El gremio manifiesta, además, su “solidaridad con las ocho maestras involucradas” y exige al CEIP que “se investigue y sancione este repudiable episodio”.

En clave mundial

Un paneo por el globo terráqueo muestra que las centrales sindicales de sólo dos países adhirieron al paro internacional de mujeres este año. Según informó el PIT-CNT a la diaria, las únicas que se sumaron fueron la de España, que llamó a un paro de dos horas, y precisamente la de Uruguay, que al convocar al paro parcial a partir de las 16.00 paralizó sus actividades durante ocho horas. La central uruguaya se basó en información solicitada a ONU Mujeres y a la Organización Internacional del Trabajo, entre otros organismos mundiales.