La arremetida ultraconservadora que en los últimos meses ha buscado restringir, ilegalizar o penalizar el aborto en Estados Unidos se mueve rápido y podría dejar al estado de Missouri sin la única clínica que lo practica. Esto sin necesidad de modificar leyes o aprobar decretos: las autoridades del centro de salud advirtieron que seguramente tendrán que cancelar el servicio porque hoy caducaba la licencia y el gobierno local se negó a renovarla otro año.

El Ministerio de Salud del estado investiga a la clínica por supuestas “prácticas deficientes” y aseguró que no renovará la licencia hasta que no entreviste a los siete profesionales que integran el equipo de salud. Sin embargo, la organización civil que provee servicios de salud sexual y reproductiva y que gestiona el centro, Planned Parenthood, detalló esta semana que sólo podría proporcionar entrevistas con dos de sus empleados, ya que los demás no estaban contratados por la organización y no querían ser interrogados.

El martes, al no observar avances en la investigación a pocos días de la fecha de caducidad de la licencia, Planned Parenthood presentó una demanda contra el estado de Missouri para tratar de impedir que la clínica, que funciona en la ciudad de Saint Louis, deje de practicar abortos. En la tarde de este viernes, la Justicia decidió prorrogar la licencia de manera temporal hasta que se celebre la próxima audiencia, el 4 de junio.

La directora de la organización, Leana Wen, alertó el martes en una conferencia de prensa telefónica que, si la Justicia termina fallando a favor del estado, Missouri se convertiría en “el primer estado del país sin un centro de salud que provea cuidados de aborto legales y seguros”. A la vez, dijo que “más de un millón de mujeres en edad reproductiva en Missouri dejarán de tener acceso a un centro de salud que provea servicios de aborto en el estado en donde viven”.

La ginecóloga de la clínica, Colleen McNicholas, denunció en la misma llamada que la negativa de las autoridades a renovar la licencia constituye un “acoso” y “un intento de intimidación de doctores al nivel más alto del gobierno”. Según la profesional, el Departamento de Salud de Missouri justificó su decisión después de iniciar “una investigación que parece no tener base”.

Planned Parenthood recibió una notificación del Ministerio de Salud local el 20 de mayo en la que avisaba que la renovación de la licencia dependía de tres asuntos, según documentos a los que tuvo acceso la cadena CBS. La cuestión de las “prácticas deficientes” era uno de los temas y el único que la organización dijo que estaba fuera de su control. Los otros dos –que incluían realizar cambios en la asesoría legal de la clínica y añadir un examen pélvico adicional a las mujeres que quieren abortar– ya fueron gestionados, afirmó Wen.

Cientos de personas marcharon el jueves por el centro de Saint Louis para exigirle al gobierno del estado que renueve la licencia de la clínica. “Si se apaga la luz en Missouri, los abortos seguirán ocurriendo [de forma ilegal]. Se lo están poniendo muy difícil a las mujeres para que simplemente puedan vivir”, denunció durante la movilización Kawanna Shannon, directora de los servicios quirúrgicos en la clínica. Shannon fue la encargada de “presentar los papeles” al estado durante la investigación y prometió que todo “se hizo a tiempo, de forma legal y correcta”, pero fue insuficiente.

En caso de que la Justicia no frene la decisión del estado de Missouri, la clínica podrá seguir funcionando para ofrecer otros servicios como controles de natalidad y despistajes de salud sexual –los que se hacen para descartar la presencia de enfermedades de transmisión sexual, por ejemplo–, pero no abortos.

La noticia del posible cierre de la clínica llega días después de que el gobernador de Missouri, el republicano Mike Parson, promulgó una ley que prohíbe y penaliza el aborto después de las ocho semanas de embarazo, sin que se permitan excepciones en caso de incesto o violación. Bajo esta legislación, cualquier mujer que realice el procedimiento después del límite podría ser condenada a entre cinco y 15 años de prisión.

El estado se suma así a otros que han aprobado una veintena de legislaciones similares desde que empezó el año. El último fue Alabama, cuyo Senado aprobó a mediados de mayo una ley que limita los casos en los que se considera legal interrumpir un embarazo al establecer como únicas excepciones la existencia de un “riesgo grave de salud para la madre”, cuando el feto tenga “una anomalía letal” o en caso de embarazo ectópico.

Además de Missouri, otros cinco estados tienen actualmente una sola clínica donde se pueden practicar abortos, de acuerdo con un artículo de la cadena NPR: Kentucky, Mississippi, Dakota del Norte, Dakota del Sur y Virginia Occidental.