Todo empezó en febrero de este año cuando la actriz y escritora japonesa Yumi Ishikawa se quejó en Twitter del requisito de usar tacos altos para las mujeres que buscan trabajo en los hoteles. La denuncia fue acompañada por el hashtag #KuToo, un juego de palabras entre kutsu (zapato en japonés) y kutsuu (dolor), pero también un guiño al movimiento #MeToo de Estados Unidos. El tuit se hizo viral en poco tiempo. “Cuando me di cuenta de que había tanta gente con el mismo problema, decidí lanzar la campaña”, reconoció Ishikawa.
Esta semana, la escritora japonesa presentó un manifiesto ante el Ministerio de Trabajo para reclama una ley que prohíba a los empresarios obligar a las mujeres a llevar tacos, un requisito que a su entender es “discriminatorio” y “constituye acoso sexual”. Para las activistas que lideran la campaña, los zapatos de taco son incluso el equivalente moderno de los pies vendados. El documento presentado ante el gobierno fue firmado por cerca de 19.000 personas.
El uso de tacos altos en Japón es obligatorio en casi todos los lugares de trabajo y también a la hora de asistir a entrevistas de trabajo. De hecho, en algunos casos, el uso o no de estos zapatos puede definir la decisión de la empresa al contratar mujeres.
Dos días después de que fuera presentado el manifiesto, el ministro de Trabajo de Japón, Takumi Nemoto, aseguró que no apoyará la petición porque usar tacos en los lugares de trabajo es “necesario” y “razonable”. Pese a esto, las activistas del #KuToo aseguran que el manifiesto es sólo un primer intento.