El domingo es el Día de las Niñas y los Niños. Las fechas especiales en la cárcel se viven con emociones mezcladas. Son días en los que el encierro pesa especialmente y el “no poder estar” con la familia acentúa la angustia.

“Tu dolor va conmigo”

“Queridos hijos, los quiero mucho con todo mi corazón. Los extraño mucho. Espero pronto estar con ustedes. De acá se sale. Mamá”

En el marco de este día, las mujeres privadas de libertad de la Unidad 5 Femenino se preparan para recibir a sus familias en la cárcel y festejar junto a sus hijas e hijos. Organizaciones sociales e iglesias se suman a los esfuerzos de las y los trabajadores del Instituto Nacional de Rehabilitación para sacar este día adelante.

Foto: Jerónimo López

Foto: Jerónimo López

Según Juan Miguel Petit, comisionado parlamentario penitenciario, las mujeres privadas de libertad son “mujeres pobres, jóvenes, que han sufrido privaciones y violencia de diverso tipo a lo largo de sus vidas”. En la inmensa mayoría de los casos, son responsables unilateralmente de la crianza y el sostén de sus hijas e hijos, “lo que las lleva a generar distintas estrategias de supervivencia”.

“Son mi felicidad. Mi vida: ustedes tres. Son la razón por la que vivo y lucho”

“Te amo y tu mirada triste me duele”

En distintos espacios socioeducativos, las mujeres preparan canciones, poemas, elementos de decoración y juguetes manufacturados para poder regalarles a los suyos el domingo. Parte de la preparación para esta jornada implicó la reflexión en estos espacios sobre su propia infancia. Casi todas las trayectorias de vida de estas mujeres están marcadas por la violencia y el abuso.

Foto: Jerónimo López

Foto: Jerónimo López

La ausencia es lo que está más presente a la hora de preparar recuerdos con frases para entregar al cierre de la jornada.

“Volveremos a estar juntos”

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