El análisis de la composición de las listas con una perspectiva de género y feminista se impone este año, que condensa en tan sólo una semana la celebración de elecciones nacionales en Argentina, Bolivia y Uruguay. ¿Cuál es el porcentaje de mujeres que se presentan en las listas al Senado y a la Cámara de Representantes? ¿Cuántas son mujeres trans, lesbianas, travestis o afrodescendientes? ¿Ocupan los primeros lugares? ¿Incluyen en sus agendas la defensa de los derechos humanos, los reclamos de los feminismos o el abordaje de las desigualdades específicas que atraviesan mujeres y disidencias sexuales y de género?
Durante la última década estos países han registrado avances en materia de participación de las mujeres en el sistema político, en parte gracias a la aprobación de leyes de cuotas o de paridad de género tanto en Uruguay (2009) como en Bolivia (2010) y en Argentina (2017). Sin embargo, lejos de lo que establecen los textos formales, el poder real sigue siendo masculino. La realidad de Bolivia es un claro ejemplo: si bien es el segundo país del mundo que logró alcanzar la paridad en términos formales (hoy el Parlamento está integrado por 53% de mujeres), las legisladoras aseguraron el mes pasado en un encuentro nacional que continúan estando “a la periferia del poder político”. “El poder central y los niveles de poder estratégico permanecen como ejercicio masculino”, cuestionaron en un documento.
Las cuotas femeninas tampoco aseguraron que las mujeres que efectivamente llegan a ocupar los espacios tuvieran una agenda de derechos feminista, antirracista y antifascista, ni resolvieron cómo incluir a las disidencias en los ámbitos políticos, que todavía les aparecen como espacios impenetrables. “En la política no hay mujeres trans, por ejemplo”, dijo Viviana García, integrante de Mediared, a la diaria. “Lo que empezamos a ver fue que las compañeras trans manifestaron el malestar de que las llamen sólo para la foto o para la entrevista, pensando en la Marcha de la Diversidad, por ejemplo, pero no para ocupar espacios. Entonces, bueno, que los ocupen. Y para eso tenemos que organizarnos y pensar estrategias para poder no darles voz, porque ellas ya tienen su voz, pero sí para que puedan tener la misma voz que los varones han tenido siempre”, explicó la activista.
La Campaña Feminista surge de la voluntad de poner todos estos temas arriba de la mesa y con el objetivo particular de impulsar más candidaturas de mujeres y disidencias a los parlamentos argentino, boliviano y uruguayo en este año electoral. La iniciativa fue lanzada a fines de agosto en las redes sociales –Facebook, Instagram y Twitter– por los colectivos Emergentes (Argentina), Mediared (Uruguay) y Telartes (Bolivia). “Elegir más mujeres, afro, lesbianas, travestis y trans requiere más votos. Para obtener más votos, nuestras ideas deben ir más allá. Para esto necesitamos más feministas en el Congreso”, aseguran los grupos convocantes en el sitio web oficial.
La idea, en concreto, es que las candidatas que estén alineadas “con la defensa de la democracia, los derechos del pueblo y la lucha por el fin de la desigualdad” se anoten a través de un formulario que está disponible en campanafeminista.org. “Si sos una candidata que va a colocar a las mujeres y disidencias como prioridad en su mandato, te invitamos a que te sumes a nuestra plataforma. Porque el tiempo de las feministas en las urnas es ahora”, señala la convocatoria. El llamado también está dirigido a comunicadoras, diseñadoras, redactoras y fotógrafas que quieran “participar en la construcción de la campaña” para “fortalecer las voces de las parlamentarias”.
La iniciativa de los tres países se basa en la experiencia Campanha de Mulher, impulsada durante las elecciones brasileñas de 2018 por el medio independiente y autogestionado Mídia Ninja. Esa campaña reunió a más de 100 candidatas de distintos partidos políticos con el objetivo de visibilizar sus propuestas, planes de gobierno y perfiles, gracias al trabajo de más de 200 profesionales de la comunicación.
En Uruguay, la primera reunión con la mirada puesta en la Campaña Feminista se realizó a mediados de agosto entre integrantes de Mediared y mujeres políticas, trans, lesbianas y afro autónomas. En ese encuentro inicial las participantes coincidieron acerca de un proceso electoral en el que mujeres y disidencias están en segundo plano y aseguraron que este elemento cobra especial relevancia en un contexto de “avance de la derecha en la región”, explicó García.
La integrante de Mediared dijo que la idea de la campaña en nuestro país es que se inscriban candidatas que ya están en listas o que posiblemente lleguen a integrar una. La representante aseguró que se disparó una alarma concreta cuando Gustavo Serafini –alias El Gucci– anunció que sería candidato a diputado por el sector Baluarte Progresista del Frente Amplio (FA). “Nos pareció muy poco estratégico por parte del FA ni siquiera tener presentes todas las denuncias que tenía El Gucci. Ahí no se tuvo en cuenta y no se escuchó a las compañeras. Se lo bajó después de que el movimiento feminista salió a cuestionar la decisión”, afirmó García. Este episodio funcionó de catalizador para quienes ya venían gestando la Campaña Feminista, que plantean en ese sentido no sólo que haya más mujeres y disidencias en las listas, sino que además sean tenidas en cuenta.
Para las impulsoras de la campaña en Uruguay, se trata en definitiva de pensar y construir otras formas de hacer política, que no tengan que ver con las luchas de poder –que es lo que históricamente se pone en juego durante las campañas electorales–, sino que estén vinculadas con la lógica antipatriarcal y de equidad que promueven los feminismos. “La idea es que esta lógica empiece a hacer carne, a hacer cuerpo, ocupando los lugares. Eso mismo va a hacer que la violencia de género, por ejemplo, se transforme en otra cosa, en una capacidad de acción que no tenga que ver con luchas de poder”, explicó García, y para ilustrarlo recordó una cita de la escritora afro, lesbiana y feminista estadounidense Audre Lorde: “Las herramientas del amo nunca desmantelarán la casa del amo”. A eso apuntan estos colectivos: a usar otras herramientas que, lejos de responder a las lógicas patriarcales dominantes, buscan crear algo nuevo.
La iniciativa sigue moviéndose en las redes, en las que además de promover las inscripciones de candidatas y comunicadoras feministas, las organizadoras publican noticias vinculadas a las campañas en cada país. En paralelo, los colectivos están realizando un mapeo para publicar en los próximos días información sobre referentes políticas que hayan marcado la historia en Argentina, Bolivia y Uruguay, como forma de reconocer y visibilizar el aporte de las mujeres que hace décadas abrieron el camino a otras mujeres.
El cierre de la campaña será el sábado 19 de octubre, con el desarrollo de un Parlamento feminista en el Cabildo de Montevideo. La entrada será libre para toda persona que quiera asistir. En las próximas semanas se irán conociendo más detalles.
Minuto a minuto
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