Es indiscutible que en los últimos años se han hecho esfuerzos por incorporar la perspectiva de género en los distintos poderes del Estado. La tarea ha resultado más exitosa a nivel del Poder Judicial y el Ejecutivo, especialmente con la puesta en marcha de talleres de capacitación para funcionarias y funcionarios de la Justicia, y representantes de ministerios o programas gubernamentales. Sin embargo, “ponerse los lentes de género” parecer ser una deuda todavía pendiente en el Poder Legislativo.

Ayer las autoridades del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y el Poder Legislativo firmaron un convenio de cooperación para intentar dar respuesta a esa necesidad. Las dos instituciones entienden que hace falta “incorporar medidas para la igualdad de género a nivel de las políticas de gestión y en la producción legislativa, así como en la formación en género, políticas públicas y violencia basada en género”, según dice el texto del acuerdo, al que accedió la diaria.

La idea es transversalizar este enfoque en distintas áreas de trabajo para apuntar a la igualdad de género “en la planificación y el presupuesto quinquenal” del Poder Legislativo. El convenio establece instancias de formación y sensibilización dirigidas a las legisladoras, los legisladores y el funcionariado.

El Inmujeres será el encargado de brindar el asesoramiento técnico para aterrizar el plan a la práctica y también deberá monitorear el cumplimiento de estas estrategias. El Poder Legislativo, por su parte, tiene la obligación de crear un equipo de trabajo sobre este tema, garantizar los recursos necesarios y asegurar la implementación de los espacios de capacitación.

“Es la primera vez que el Parlamento nacional expresa su intención de empezar a trabajar su gestión con perspectiva de género”. Mónica Bottero

El convenio fue firmado por la vicepresidenta, Beatriz Argimón, el presidente de la Cámara de Representantes, Martín Lema, y la directora del Inmujeres, Mónica Bottero, quienes reflexionaron sobre la importancia de la medida. El documento tenía también la firma del ministro de Desarrollo Social, Pablo Bartol, que no pudo asistir al evento. El acuerdo ya empezó a regir y tendrá vigencia por un año, con la posibilidad de renovarse automáticamente hasta cumplir con las metas fijadas.

Una nueva línea de trabajo

“Es la primera vez que el Parlamento nacional expresa su intención de empezar a trabajar su gestión con perspectiva de género”, aseguró Bottero antes de la firma del convenio, que se realizó en la Antesala del Senado. La directora del Inmujeres reconoció que el instituto que dirige “siempre enfocó el trabajo” en las necesidades de formación de los poderes Ejecutivo y Judicial pero que “justamente en el Legislativo, que es el que representa los intereses de toda la ciudadanía, no estaba previsto”. En ese sentido, aseguró que a raíz del acuerdo se generará “una línea de trabajo nueva que, ante la convicción de los dos actores más involucrados, ya nos está indicando que esto va a salir muy bien”.

La jerarca recordó que, en realidad, incorporar la perspectiva de género en la gestión legislativa es algo que “mandata la ley” y que ahora se puede lograr gracias a la “sensibilidad” de quienes hoy presiden las dos cámaras del Parlamento.

La ley integral de violencia de género, aprobada en 2017, efectivamente atribuye al Inmujeres la responsabilidad de prever los mecanismos y procesos para “transversalizar” la temática en los tres poderes del Estado. En uno de los incisos de ese mismo artículo le designa, además, el trabajo de “impulsar y coordinar la formación especializada para legisladores y legisladoras en materia de violencia hacia las mujeres”.

Bottero dijo que si bien la tarea de formación en el resto del Estado es quizás “uno de los cometidos del Inmujeres menos conocidos”, es uno de los más importantes “porque es un instrumento fantástico para lograr el cambio cultural”. “Se trata de hacer justicia y de ir acortando las brechas de género” en el ámbito legislativo, abogó.

Entre las tareas que tendrán las especialistas del instituto en el Parlamento, mencionó el asesoramiento en el diseño del presupuesto y la formación a funcionarias y funcionarios tanto en materia de acoso sexual y laboral como en el conocimiento de leyes que garantizan derechos fundamentales para las mujeres, en particular la Ley 19.580.

“Acá no hay ninguna ideología. Acá lo que hay es avanzar en nuestros derechos y que la norma, en la práctica, se haga efectiva”. Beatriz Argimón

Llevar la teoría a la práctica en las dos cámaras

“Este convenio tiene que ver con hacer efectiva una ley que nosotros mismos sancionamos en otro período pero que evidentemente tenía algunos artículos que teníamos que aterrizar para el funcionamiento”, dijo por su parte Argimón. La vicepresidenta y titular del Senado aclaró que la medida tiene que ver con lograr “el ejercicio auténtico de los derechos” de las mujeres. “Acá no hay ninguna ideología”, aclaró; “acá lo que hay es avanzar en nuestros derechos y que la norma, en la práctica, se haga efectiva. [...] Eso es lo que estamos haciendo nada más ni nada menos que aquí, en el Parlamento nacional”.

En una breve revisión histórica de cuánto se ha avanzado, Argimón recordó que cuando ingresó al Parlamento por primera vez “no había baños para las legisladoras porque no había mujeres legisladoras” y hasta hubo que considerar una ley “que tuviera en cuenta que las mujeres legisladoras también podían ser madres y tenían que tener licencia para maternidad”.

Acerca de las instancias de formación, la vicepresidenta dijo que uno de los temas por los que más la han consultado ha sido el acoso laboral y el pedido de que haya “un acercamiento de lo teórico a lo práctico”. “Todos esos temas forman parte también de ese aprendizaje que en lo cotidiano está bueno que técnicos, técnicas y especialistas de Inmujeres nos trasladen en estos talleres”, consideró.

Al mismo tiempo, Argimón resaltó la importancia de hacer además el seguimiento de este plan de género, “para ver cómo es la evolución de nosotros mismos en un tema que tiene que ver con la calidad de la democracia”. “Uruguay tiene un alto grado de adhesión democrática, pero no debemos perder el cuidado de esa democracia y tenemos que trabajar todos los días para que sea mejor”, dijo. “Me parece que con estas cosas es lo que estamos haciendo”.

En su turno, Lema celebró la posibilidad que brinda este convenio de ir más allá de las expresiones de deseo. “Cuando uno lleva adelante un diagnóstico, inmediatamente tiene que disponer de un tratamiento porque, si no, nos quedamos solamente en una expresión. Y si bien las expresiones son importantes, no alcanzan; tienen que ser acompañadas de acciones. Entonces, en el marco de este convenio, que en definitiva también cumple con la normativa, lo que se intenta es promover, a raíz de un diagnóstico, acciones que intentan un trabajo de cooperación, de complemento y de esfuerzo conjunto”, puntualizó el titular de la cámara baja.

En ese sentido, destacó el aporte que brinda cada una de las instituciones involucradas para lograr los objetivos. Por un lado, el Inmujeres, que tiene la rectoría de las políticas de género y “conoce de primera mano desde lo estadístico, desde las realidades y desde los testimonios, que son sumamente importantes porque a este tema, como a todas las causas justas, hay que ponerle cara y corazón”. Por otro, el Parlamento, “que tiene dentro de sus funciones la elaboración nada más y nada menos que de las leyes”.

El diputado dijo que la idea de implementar este acuerdo es “pasar a la acción” en aspectos como la igualdad y la violencia de género. Y, para eso, es importante anunciar “medidas concretas, que son las que ayudan a las transformaciones”, como la partida presupuestaria que la Cámara de Representantes destinará a “la capacitación en igualdad de género”, dijo. “Primero porque está en la ley y la ley está para cumplirse”, argumentó. “Segundo, porque este tipo de intercambio nos ayuda a aprender, a ser conscientes y a ser mejores”.

“Más que nada, lo que queremos es que la formación y la capacitación no sean un peso, sino un insumo que les sea de utilidad para el desarrollo de su trabajo”. Nancy Penna

Las características del plan de capacitación

La capacitación es la base más importante a la hora de incorporar la perspectiva de género en el trabajo de cualquier institución. ¿Cómo se piensa bajar a tierra las instancias de formación en el Poder Legislativo? El Departamento de Formación y Contenidos en Género del Inmujeres es el encargado de diseñar el plan, que tiene que adaptarse a cada cámara y a las funciones de cada persona que trabaje entre las paredes del emblemático palacio.

“Más que nada, lo que queremos es que la formación y la capacitación no sean un peso, sino un insumo que les sea de utilidad para el desarrollo de su trabajo”, explicó la directora de ese departamento, Nancy Penna, consultada por la diaria. El plan va a ser diseñado para ser cumplido en etapas y tendrá “mucho concepto, para entender”, pero también una parte de aplicación, a través de la cual se puedan aterrizar los conocimientos de acuerdo a áreas de trabajo y las temáticas.

Penna dijo que entre los temas estrella del plan estarán “conocimiento en género, la aplicación de un presupuesto con perspectiva de género y todo lo que tiene que ver con violencia de género”. Otro eje será el conocimiento de las leyes que protegen a las mujeres en distintos ámbitos, como la de violencia de género o la de igualdad. “Son leyes que se promulgan y se discuten pero después su contenido y su aplicación es todo un gran tema. Para nosotras es fundamental que desde el Parlamento se discuta el tema que se va a legislar desde esta perspectiva. Por eso la formación es la herramienta para que se lleve adelante la introducción del tema género en lo que se va a realizar”, dijo la funcionaria. “Es un desafío enorme que, si bien el instituto hasta ahora no lo había desarrollado, nos place y estamos muy congratuladas por hacerlo”, agregó.

Por otro lado, dijo que el abordaje del plan tiene que ver no sólo con diseñar el contenido temático de los talleres y sus diferentes módulos, sino “de qué manera lo vamos a hacer llegar”. Ese es otro de los desafíos: que participen todas las personas involucradas en la gestión legislativa y, sobre todo, quienes más necesitan la capacitación. En ese sentido, Penna recordó la experiencia de las convocatorias abiertas de formación en género que realiza Inmujeres a través de la Escuela Nacional de la Administración Pública. “Van las personas que siempre van, que incluso repiten sus cursos, o personas que individualmente tienen interés en el tema”, lo cual se traduce en que muchas veces “hacés un curso sobre presupuesto y no viene nadie de presupuesto o hacés un curso de violencia y no viene nadie de recursos humanos ni de salud ocupacional”. Lo mismo pasó en unas instancias de capacitación que hubo en el Parlamento en 2011, recordó, en donde “el público no era el diputado o la diputada sino la asesora o la secretaria”.

La directora de Formación y Contenidos en Género se mostró optimista de cara a lo que se viene esta vez porque en el convenio hay un compromiso de llegar a todo el personal del Poder Legislativo: “Ahora queda en evidencia quién se compromete a llevar adelante la formación y la introducción de este tema en su quehacer como legisladora y legislador, y eso es importantísimo”.

¿Por qué el Poder Legislativo es la pata del Estado que hasta el momento se ha capacitado menos en materia de género? En su opinión, porque los poderes Ejecutivo y Judicial “estructuran en qué áreas se tienen que formar y lo dirigen”, casi de manera directa. En cambio, el Legislativo “tiene una función más libre y además comisiones que asesoran a cada legisladora y legislador en las distintas temáticas”.

“Cuando las políticas y las legislaciones son ciegas o neutras al género, no son igualitarias, y eso es terrible para la democracia y para la justicia”. Nancy Penna

El problema es que formarse en género no es sólo asesorarse sobre qué pasa con la violencia hacia las mujeres o con la igualdad de género, explicó Penna, sino que hay que abordar el tema desde la vida cotidiana y personal, que es a lo que apunta el Inmujeres. “Tienen que poder asumir que el tema tiene que trascender y tienen que profundizarlo en su vida. Cuando empezamos con los temas de género hablábamos de esto de ponerte una lente que te hace cambiar la visión del mundo y de tu vida. De alguna manera, si esto no sucede, la persona sólo con la asesoría es cortada y recortada en un punto”, dijo la funcionaria. Y remató: “Cuando hablamos de transversalizar género en todo, hablamos de cambiar la forma de ver el mundo. Cuando las políticas y las legislaciones son ciegas o neutras al género, no son igualitarias, y eso es terrible para la democracia y para la justicia”.