En su primer día como presidente de Estados Unidos, Joe Biden firmó 17 órdenes ejecutivas que buscan revertir algunas de las políticas más controvertidas de su antecesor, Donald Trump, en distintos terrenos como salud, inmigración, cambio climático y derechos humanos. En la extensa lista de lo que se podría interpretar como prioridades del nuevo gobierno, aparece una orden ejecutiva para “prevenir y combatir la discriminación basada en la identidad de género u orientación sexual”.

La medida se basa en el fallo que la Corte Suprema de Justicia pronunció en junio del año pasado contra la discriminación de las personas LGBTI en el lugar de trabajo. En concreto, la sentencia determinó que la Ley de Derechos Civiles de 1964, que prohíbe la discriminación laboral por “raza, color, religión, sexo y origen nacional”, incluya la orientación sexual y la identidad de género en la categoría “sexo”.

La orden ejecutiva de Biden toma esta premisa pero va más allá del ámbito laboral y establece garantías contra la discriminación hacia las personas LGBTI en otras áreas como la salud, la educación y la vivienda. “Toda persona debe ser tratada con respeto y dignidad y debe poder vivir sin miedo, sin importar quién es o a quién ama”, dice el texto, publicado en la página web de la Casa Blanca.

“Los niños deben poder aprender sin preocuparse de si se les negará el acceso al baño, al vestuario o a los deportes escolares. Los adultos deben poder ganarse la vida y seguir una vocación sabiendo que no serán despedidos, degradados o maltratados por la persona con la que conviven o porque la forma en que se visten no se ajusta a los estereotipos basados en el sexo. Las personas deberían poder acceder a la atención médica y asegurarse un techo sobre sus cabezas sin ser objeto de discriminación sexual”, señala la orden. “Todas las personas deben recibir el mismo trato ante la ley, sin importar su identidad de género u orientación sexual”.

Bajo esta nueva directiva, las agencias federales en Estados Unidos deben asumir a la hora de recibir denuncias que la Ley de Derechos Civiles prohíbe también la discriminación por razones de orientación sexual e identidad de género.

“Es la orden ejecutiva más sustantiva y de mayor alcance sobre orientación sexual e identidad de género emitida por un presidente de Estados Unidos. Hoy, millones de estadounidenses pueden respirar aliviados al saber que su presidente y su gobierno creen que la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género no sólo es intolerable sino ilegal”, aseguró el presidente de la organización Human Rights Campaign, Alphonso David, en un comunicado. El referente en materia de derechos humanos dijo que si bien la implementación de esta orden a nivel nacional “llevará tiempo”, “comenzará a cambiar de inmediato las vidas de los millones de personas LGBTI que buscan ser tratadas con igualdad ante la ley”.

Durante la campaña electoral, Biden había prometido que trabajaría para garantizar derechos a la población LGBTI, por lo que se espera que la orden ejecutiva sea la primera de otras medidas en esta dirección. Entre otras cosas, el demócrata se comprometió a asignar recursos para prevenir la violencia contra las personas trans y dijo que revertiría otras medidas adoptadas por Trump como la prohibición del ingreso de personas trans en el Ejército.

La administración de Trump intentó eliminar las protecciones a la población LGBTI en otros ámbitos, muchas veces en base a la interpretación más conservadora de la ley de 1964 respecto del significado de “sexo”. El año pasado, por ejemplo, el Departamento de Salud revocó una regulación de la era de Barack Obama que prohibía la discriminación hacia las personas trans en los centros de salud. Dos meses después, un juez federal impidió que la medida avanzara, bajo el argumento de que estaba “en conflicto” con el fallo de la Corte Suprema.