“Debemos profundizar sobre el valor de la libertad, incluyendo la libertad de amar y formar familia con el ser amado, y también sobre el valor de la dignidad de todas las relaciones de amor y de afecto entre dos personas”, dijo el martes el presidente de Chile, Sebastián Piñera, durante un discurso ante el Congreso. Inmediatamente después, agregó: “Pienso que ha llegado el tiempo de garantizar esa libertad y esa dignidad a todas las personas. Pienso que ha llegado el tiempo del matrimonio igualitario en nuestro país”.

En concreto, el mandatario adelantó que le otorgará “carácter de urgencia” a un proyecto de ley que fue presentado por su antecesora, Michelle Bachelet, y que se discute en el Congreso desde 2017. “De esta forma, todas las personas, sin distinguir por orientación sexual, podrán vivir el amor y formar familia, con toda la dignidad y protección que ellas necesitan y merecen”, recalcó.

El anuncio de Piñera, un presidente católico, conservador y que gobierna con una coalición de cuatro partidos de derecha y centroderecha, generó sorpresa tanto en la oposición como en algunos sectores del oficialismo, que cuestionaron que la decisión se haya manejado con “completo hermetismo”, según informó el diario La Tercera.

En cualquier caso, la noticia fue celebrada por el movimiento LGBTI chileno. El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), una de las organizaciones de la diversidad que participaron en la elaboración del proyecto, aseguró que es “un vuelco histórico y definitivo para la derecha”. “Hoy, sin duda, el matrimonio igualitario está en la puerta del horno […] El presidente Piñera llegó tarde, bien tarde, con compromisos internacionales incumplidos de por medio, pero finalmente llegó. Esperamos que otros opositores a la igualdad de derechos sigan este camino”, dijo el portavoz, Oscar Rementería, en un video publicado en Twitter.

Este miércoles, representantes de Movilh acudieron al Palacio de la Moneda, la sede presidencial, para solicitar a Piñera que otorgue “discusión inmediata” al proyecto de ley de matrimonio igualitario y garantice que no se introducirá a la iniciativa ninguna modificación que pueda constituir alguna forma de discriminación por razón de la orientación sexual, la identidad de género o la expresión de género.

El proyecto de ley presentado en 2017 contempla, además de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, la adopción y la filiación homoparental.

En Chile actualmente rige el Acuerdo de Unión Civil, aprobado en 2015, que habilita las uniones de personas del mismo sexo –con iguales obligaciones y derechos que un matrimonio entre un hombre y una mujer–, pero no permite la adopción.

De aprobarse, Chile se convertiría en el octavo país de América Latina en contar con una ley de matrimonio igualitario, junto con Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México y Uruguay.