Las palabras visibilizan y lo que no se nombra, por lo tanto, no se ve. El rechazo del uso del genérico masculino para referirse a todas las personas y la exclusión de las mujeres y otras identidades de género en el discurso no son nuevos. Pero el debate en torno al tema ganó terreno en los últimos años con la expansión de las redes sociales. Bajo esas circunstancias, una empresa española creó Themis, un software de inteligencia artificial que detecta el lenguaje “no inclusivo” en textos para evitar la discriminación de género.
La “versión cero” de Themis nació en 2007. “En ese entonces, ya había una preocupación por el lenguaje inclusivo. Muchas personas empezaron a darse cuenta de que había una parte de la población excluida de las formas de hablar”, expresó a la diaria Sara Llorens, socia fundadora y actual directora de operaciones de Themis. Sin embargo, consideró que, por esos años, aún no existía el mismo interés por el uso de una comunicación inclusiva.
A partir del incremento del uso de distintas modalidades del lenguaje inclusivo en plataformas digitales por empresas, instituciones y organismos públicos y personas en general, Llorens y la empresa Knowledge Centric Solutions (más conocida como The REUSE Company) decidieron generar una nueva versión de Themis, que se lanzó al mercado a fines de octubre de 2021. Está disponible en español de España, en las lenguas regionales catalán, valenciano y balear, y en español de América Latina.
“No podemos cambiar la forma en que hablamos en dos minutos, pero sí podemos cambiar un texto al lenguaje inclusivo en dos minutos”. Ingrid Vera, responsable del área de Comunicación y Marketing de Themis.
“Es una herramienta única en el mercado. Nuestro diccionario tiene casi 100.000 sugerencias inclusivas”, describió en una entrevista con la diaria la responsable del área de Comunicación y Marketing de Themis, Ingrid Vera. “No podemos cambiar la forma en que hablamos en dos minutos, pero sí podemos cambiar un texto al lenguaje inclusivo en dos minutos”, añadió.
“La forma en la que hablamos es la traducción de cómo hemos sido educadas y educados, las pautas culturales y sociales, lo que recibimos a través de las lecturas, cómo hablan nuestro pares y amistades”, sostuvo Vera. Señaló que allí radican las principales dificultades para utilizar en el lenguaje oral una comunicación inclusiva, y en eso la escritura tiene un rol importante. Esta herramienta surgió para aportar a un cambio social y visibilizar a todas las personas en los textos.
¿Cómo funciona?
Themis tiene dos modalidades de funcionamiento, explicó Vera. Por un lado, funciona como un plugin –un programa complementario– que se instala directamente en Microsoft Office. Una vez instalado el software, en la barra de herramientas del procesador de textos Word aparecerá el botón “Themis” con la opción “Analizar documento”. “Tan sencillo como darle clic y el software empieza a leer el contenido”, aseguró.
Las palabras detectadas como “excluyentes” se resaltan y el programa ofrece alternativas inclusivas. Por ejemplo, el software detectará la palabra “médicos” como no inclusiva del género femenino y para usar en su lugar brindará diferentes opciones como “las y los médicos”, “el colectivo médico”, entre otras.
Además, se pueden añadir otras alternativas según la preferencia de la persona usuaria y se guardan automáticamente en el diccionario del sistema. Al modificar una palabra, el software también hace recomendaciones para modificar pronombres, sustantivos, adjetivos y verbos conjugados para que el enunciado tenga coherencia y buena sintaxis.
Por otro lado, Themis puede instalarse como herramienta de escritorio, una opción que tiene más funciones. En primer lugar, tiene un espacio para la redacción de textos, similar al Word, pero con la diferencia de que el lenguaje no inclusivo se detecta automáticamente, así como las alternativas posibles. Otras funciones son el “analizador de carpetas”, que permite analizar el contenido de muchas carpetas de documentos en un solo paso; el “editor de correos electrónicos”, que detecta términos discriminatorios en el cuerpo del correo, el asunto y documentos adjuntos; y el “gestor de diccionario”, que permite añadir o modificar conceptos inclusivos.
La Organización de las Naciones Unidas define el lenguaje inclusivo como “la manera de expresarse oralmente y por escrito sin discriminar a un sexo, grupo social o identidad de género en particular y sin perpetuar estereotipos de género”.
Cualquier persona que cuente con Windows 10 y Microsoft Office puede acceder a la herramienta. El software tiene costo: una licencia cuesta 150 euros (alrededor de 170 dólares). Si la compra es mayor a 60 licencias, el costo es menor.
Empezar por los cimientos
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define el lenguaje inclusivo como “la manera de expresarse oralmente y por escrito sin discriminar a un sexo, grupo social o identidad de género en particular y sin perpetuar estereotipos de género”. Asimismo, la ONU entiende el lenguaje como uno de los “factores claves que determinan las actitudes culturales y sociales” y, en ese sentido, es una herramienta “sumamente importante para promover la igualdad de género y combatir los prejuicios” vinculados a la forma en que las personas se identifican en el mundo.
Sobre la importancia de promover una comunicación inclusiva, Llorens sostuvo que “hay que empezar a construir desde los cimientos” y, si no se empieza por “utilizar un lenguaje sin discriminación de género, es difícil desarrollar planes de inclusión y de igualdad”.
A modo de anécdota, la directora de operaciones contó que en una charla que mantuvo con un grupo de hombres, estos le repetían que “el uso del masculino nos engloba a todos”. Entonces, les propuso hacer un ejercicio. Les pidió que cerraran los ojos y les preguntó: “¿Qué se imaginan cuando digo ‘el médico curó al niño’?”. Los varones contestaron al unísono: “Un hombre con bata blanca”. Luego, les pidió que volvieran a cerrar los ojos, pero esta vez dijo: “Si les digo ‘el equipo médico’, ¿qué imaginan?”. En ese caso, los hombres ya no tuvieron una respuesta clara, manifestaron que podían imaginar un grupo de personas, pero sin identificar bien su género. “Eso es un avance”, consideró Llorens, y agregó que “la neurociencia demuestra que el genérico masculino no incluye a todas las personas”.
Por su parte, Vera sostuvo que el lenguaje inclusivo es necesario porque “todas las personas quieren sentirse reflejadas en lo que leen. Nos pasa a nosotras y a cualquier persona. Nadie quiere quedarse afuera”. En esa línea, consideró que Themis “trasciende” el ámbito profesional porque ayuda a entender la “importancia de las palabras y su sentido”. y el uso de la herramienta “modifica, de a poco, la forma en que las personas se expresan” con quienes tienen a su alrededor. “Eso repercute positivamente en la sociedad”, manifestó.
Vera observó ese cambio en su propia experiencia: “En 2020, cuando empezamos con la nueva versión de Themis, había un grupo de técnicos que nos decía: ‘Hola a todos’, cuando nuestra empresa está conformada mayoritariamente por mujeres. A mitad de año ya decían: ‘hola a tod@s’ y ahora, que ha pasado un año, dicen ‘hola, equipo’”, relató.
A pesar de los avances, ambas aseguran que hablar de lenguaje inclusivo aún es “polémico”. “Es polémico sí, pero creo que hay muchas personas que se quedan en el titular y cuando escuchan hablar del lenguaje inclusivo piensan en el uso de la ‘e’, la ‘x’ o la ‘@’. No es así. La Real Academia Española no puede decir que decir ‘la ciudadanía’ está mal, porque está incluida en su diccionario y es lenguaje inclusivo”, dijo Vera.
Por ese motivo, el software incluye “distintas sensibilidades y opciones”. Si bien da la posibilidad de que las personas, empresas y medios de comunicación que utilizan modalidades de lenguaje inclusivo recurran al uso la “e”, la “x” o la “@”, si lo prefieren, en Themis proponen “recurrir a frases en las que las personas no se darían cuenta del uso del lenguaje inclusivo”. Por ejemplo, en lugar de “los uruguayos envejecen porque los jóvenes no quieren tener hijos”, usar “la población uruguaya envejece porque la juventud no quiere tener descendencia”, ilustró Llorens.
“La inclusividad no es una moda, es algo que ha venido para quedarse. Es, además, un objeto reputacional para las empresas que va a empezar a ser definitivo. Una empresa que no tenga lenguaje inclusivo tendrá problemas con la clientela”. Sara Llorens, socia fundadora y actual directora de operaciones de Themis.
La respuesta del mercado
La importancia por la inclusión no es ajena a las empresas. Por el contrario, aparece como una necesidad para aquellas que quieren ser competitivas y extender sus mercados. “La inclusividad no es una moda, es algo que ha venido para quedarse. Es, además, un objeto reputacional para las empresas que va a empezar a ser definitivo. Una empresa que no tenga lenguaje inclusivo tendrá problemas con la clientela”, expresó Llorens.
“Esa misma clientela que demanda inclusividad, es quien compra los productos y se sabe que es una tendencia de marketing entre las poblaciones más jóvenes, nosotras. Las empresas deben recoger el deseo de la sociedad”, añadió Vera.
La directora de operaciones sostuvo que está “impresionada” con la respuesta del mercado luego del lanzamiento de Themis. Los principales clientes son organismos de la administración pública, especialmente de España, pero Llorens aclaró que están “a punto de cerrar muchos contratos” con empresas privadas y “grandes compañías desde bancos, editoriales, hasta cadenas de televisión”. En América, la empresa tiene un “contacto avanzado” con una empresa de telecomunicaciones.
Lenguaje sin racismo y no violento
Actualmente, Themis se centra en el abordaje de la discriminación de género, “un problema generalizado a nivel global”, dijo Llorens, y aunque la perspectiva de la empresa es “empezar por el principio e ir despacio”, ya tienen varias ideas para el futuro. Así como proyectan extender la compatibilidad de Themis con otros sistemas operativos, también tienen el objetivo de que la herramienta pueda detectar el lenguaje racista y violento.
Además, el equipo se propone desarrollar Themis en otros idiomas con el “problema de la inclusividad” como el italiano y el francés, y también tiene en el horizonte la idea de crear Themis en inglés.