Cientos de mujeres y disidencias marcharon en Montevideo en un nuevo Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, entre el fervor y la potencia que genera el estar juntas en la lucha por sus derechos. Esa mezcla de sentimientos, junto con la bronca y la impunidad frente a las violencias y desigualdades que viven a diario, estuvo presente a lo largo de las movilizaciones que fueron convocadas este viernes.
Las movilizaciones en la capital se concentraron en el Centro. Una de las convocatorias fue la de la Plataforma 25N, que integra la Intersocial Feminista y otras organizaciones, cuyo punto de partida fue la plaza Independencia a partir de las 18.00. Frente a la Torre Ejecutiva, las mujeres y disidencias se congregaron con carteles, banderas, pañuelos, cuerpos y rostros pintados. Algunas de las pancartas reclamaban: “Que el miedo no nos calle y el silencio nos haga cómplices”, “Juntas en todos los espacios”, “Vivas nos queremos” y “Las niñas no se tocan”.
También se pronunciaron en contra de la atención pública y mediática del Mundial de Qatar 2022: “El fútbol se lo comió todo, 40 femicidios en 2022”, decía un cartel. Asimismo, hubo planteos en apoyo a la lucha de las mujeres contra el régimen iraní. Había carteles que repetían la consigna que se popularizó en las manifestaciones en ese país tras el asesinato de Mahsa Amini, “Mujer, vida, libertad”, y que ahora recorre el mundo. Incluso, algunas mujeres marcharon con la foto de la joven.
La marcha arrancó minutos antes de las 19.00. Las manifestantes avanzaron entre cantos y aplausos. Al fondo, en silencio, marchaban las integrantes del Colectivo Mujeres de Negro. En sus manos, sujetados con fuerza, llevaban cartones con forma de mujeres, niñas, niños, en representación de las víctimas de femicidio en lo que va de 2022. Cada silueta tenía un cartel con la edad de la víctima y la fecha del femicidio.
Al llegar a la explanada de la Intendencia de Montevideo, la marcha se detuvo, pero siguieron los cantos, la música de los bombos y algunas mujeres hasta se pusieron a bailar. Unos minutos después, todas en silencio, asistieron a la lectura de la proclama. “Defender nuestro derecho a vivir una vida plena y libre de violencias es urgente y es una cuestión de derechos humanos”, leyó una de las voceras al inicio, y agregó: “Derechos humanos que son violentados por discursos de odio y prácticas institucionales que nos vulneran, por la falta de políticas públicas de calidad que incorporen la perspectiva de género y el acceso a los recursos que transformen las condiciones de vida; porque la invisibilización, exclusión y violencia extrema se viven a diario en las calles, barrios, ciudades, en nuestras casas, en nuestros trabajos, en entornos virtuales”.
En su proclama, la Plataforma 25N denunció los diferentes tipos de violencia que viven las mujeres y disidencias: violencia física, moral y simbólica, racista, política, estatal y violencia vicaria, entre otras. Además, se manifestaron contra “el odio y los prejuicios por razones de orientación sexual e identidad de género, que también motivan la comisión de crímenes de género”.
Asimismo, se expresaron contra los femicidios y denunciaron que “ya son 40 compañeras que en el correr del presente año nos faltarán por siempre” y 163 desde la aprobación en 2017 de la Ley 19.580 de violencia basada en género. “Las reticencias y resistencias en las instituciones gubernamentales persisten, en muchas ocasiones los casos de femicidios quedan impunes e invisibilizados. Exhortamos a la sensibilización y formación de los actores del sistema judicial, para el acceso a una justicia de calidad, además de abordar las secuelas que el dolor y la reparación en las víctimas conlleva”, decía el texto.
En varias oportunidades, las activistas reivindicaron que la “lucha es por todas”, por las mujeres presentes y por “aquellas que respiran entre rejas”, las que “nos faltarán por siempre” y las que “ni siquiera sabemos dónde están”. En ese sentido, pidieron “basta de desaparecidas, queremos saber dónde están nuestras gurisas”, y apuntaron: “Basta a la trata sexual y laboral” y “a la explotación sexual que nos acecha, desaparece y esclaviza”.
La Plataforma 25N se expresó contra las situaciones de violencia obstétrica, pidieron que no se dé “ni un paso atrás” en materia de derechos sexuales y reproductivos y que se respete el derecho de las mujeres a decidir si quieren ser madres, cómo, cuándo y con quién. También se pronunciaron en contra del proyecto de ley que amplía la gestación subrogada.
A la vez, denunciaron “los magros avances en el acceso a una Justicia de calidad, especializada, diligente, protectora de las víctimas”, y reclamaron que “los juzgados multimateria deben ser instrumentados”. “El Estado es responsable, estamos ante una emergencia nacional y tener un compromiso serio en su combate y erradicación implica transformaciones profundas y serias”, manifestaron las activistas.
“Porque sabemos que la violencia es interseccional exigimos que así sean las políticas que buscan darle respuesta. Porque somos mujeres y disidencias, afro e indígenas, migrantes, trans y no binaries, lesbianas y bisexuales, mujeres en situación de discapacidad o de pobreza, somos las mujeres de todo el país, somos las niñas y las viejas”, expresaron. “¡Arriba las que luchan!”, gritó una de las voceras al cierre de la lectura y le siguió un fuerte aplauso de todas las presentes.
La violencia vicaria en el centro
Por otra parte, la Coordinadora de Feminismos convocó a concentrarse en la plaza Libertad a las 18.30 para marchar hacia la explanada de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República (Udelar), bajo la consigna “Contra la violencia vicaria y la Justicia patriarcal”. Más chica en volumen, concentró a mujeres de todas las edades que antes de empezar a movilizarse se pintaban las caras, aprontaban carteles, se reunían en grupitos dispersos por toda la plaza con sus distintivos violetas para encontrarse, contenerse, intercambiar.
Este año, el foco de la Coordinadora de Feminismos estuvo puesto en la violencia vicaria, esa que ejercen los varones contra hijas e hijos para dañar a la madre, y que constituye una forma de violencia de género. “Marchamos porque la violencia vicaria, esa nueva forma que los progenitores tienen de continuar la humillación y el maltrato usando de excusa a sus hijes con el fin de violentar a las madres o a quienes maternan cuando deciden separarse, continúa amparándose desde la Justicia, que nos sigue condenando por ‘malas madres’ y sometiendo a la reconciliación, forzando tenencias compartidas, aun cuando hay denuncias previas por abuso o maltrato”, decía la proclama que repartieron antes de empezar la marcha. “Marchamos porque ocho niñas y niños fueron asesinades por su progenitor”, denunciaron en el texto.
“Nos parece que es urgente plantear lo que está pasando. Ha sido un año violento, no ha mejorado para nada, lo punitivo ya sabemos que no soluciona, y las mujeres seguimos siendo rehenes de la violencia de los hombres. Ahora no les alcanza con matarnos a nosotras, que también matan a nuestras hijas e hijos. Eso hay que visibilizarlo y es una de las cosas que este año hemos decidido plantear, porque la situación es más grave”, explicó a la diaria Mirta Rebagliatte, integrante de la coordinadora.
En la proclama, plasmaron otras razones para marchar: los 29 femicidios que contabilizan desde que empezó el año; los casos de niñas y adolescentes “que desaparecen en los barrios sometidas a las redes de trata y explotación sexual”; el aumento de la población carcelaria de mujeres “desde que se puso en marcha la ley de urgente consideración”; el “lesbo-bi-trans-odio”.
Pasadas las 19.00, la marcha de la Plataforma 25N pasó por la plaza Libertad. Unos minutos después, la Coordinadora de Feminismos emprendió camino por la avenida 18 de Julio entre la fuerza de los bombos y los cánticos. Al llegar a la explanada de la Udelar, las convocantes realizaron una intervención artística, que también tuvo como centro la problemática de la violencia vicaria. Después, la movida siguió hasta Tristán Narvaja y Paysandú, donde se presentó Polución Sonora, una banda de punk de mujeres, que preparó un repertorio especial para la ocasión.