El abuso sexual infantil deja marcas profundas e imborrables en la vida de niñas, niños y adolescentes, que condicionan sus vidas en muchos aspectos. Minimizar sus impactos en el desarrollo de las infancias y adolescencias depende, en gran medida, de la forma en que los adultos del entorno respondan a esa situación y de su capacidad de escucha, comprensión y contención. Contar una historia de violencia sexual es muy difícil y también lo es pedir ayuda, pero, cuando se logra, se puede empezar a sanar y transitar el dolor. De esto nos habla El brillo de Martina, un libro de la uruguaya Mariana Colombo (ver recuadro).
Se trata de un cuento infantil sobre el dolor, la valentía de poner en palabras una situación de abuso sexual y la resiliencia. También nos habla de la importancia de la empatía, el amor y el cuidado de las personas del entorno dispuestas a escuchar. Martina, la protagonista de la historia, nos demuestra que romper el silencio y pedir ayuda es posible cuando las condiciones están dadas. Y que, de esa forma, los nudos internos comienzan a desenredarse, de a poco el cielo empieza a despejarse y se abre la puerta a una vida plena.
Cada pasaje del libro –que fue publicado el 17 de octubre junto a Edita Online, una editorial que imprime a demanda– está acompañado por las ilustraciones de Aira Camacho. A través de las imágenes, los colores y las formas, la historia de Martina llega aún con más fuerza a quien la lee.
En diálogo con la diaria, Colombo habló sobre la conexión del libro con su vida personal, los mensajes que quiso transmitir a través del texto, los posibles impactos en la vida de niños, niñas, adolescentes y adultos a partir de esta lectura, y el cambio cultural que implica desde su perspectiva la publicación de un cuento infantil sobre este tema.
¿La historia de Martina tiene que ver con tu historia personal?
Sí, por supuesto. Tiene que ver con mi experiencia de niña, que se veía reflejada en mi vida adulta. Había un techo que me impedía crecer y que tenía que ver con dos cosas. Una eran las creencias que me limitaban y que luego entendí que eran ajenas. La otra era el abuso. Nunca había podido hablar del tema. Me dije a mí misma que era algo “superado”, pero después en mi trabajo y en otros espacios había situaciones que me hacían conectar con las vivencias de esa niña de entre seis y ocho años [que vivió abuso sexual]. Cada vez que me veía enfrentada a situaciones de abuso de poder o a una autoridad mal llevada, había ciertos elementos como miradas, tonos o personas que me llevaban a ese momento. Cuando empecé a formarme en coaching neurolingüístico [para ayudar a otras personas a cambiar conductas y hábitos de forma constructiva], descubrí que tenía que trabajar el tema del abuso porque eso era lo que limitaba mi crecimiento. Si bien de niña fui a terapia, nunca pude sanarlo y después entendí que necesitaba trascenderlo y hacer algo con ese dolor que pasé.
¿Ahí es cuando surge El brillo de Martina?
Cuando descubrí que tenía que trabajar el tema, pensé: “Voy a escribir un libro”. Quise escribir para que las Marianas, otras niñas y niños puedan tener un libro con las voces de los adultos responsables, protectores y que sepan que [pasar una situación de abuso] no es su culpa. Además, quería ayudar a prevenir un poco estas situaciones y darles herramientas a los adultos para que puedan hablar del tema.
¿Por qué hacer un cuento infantil sobre esta problemática?
Creo que este libro tiene dos públicos. Es un cuento para niñas y niños, pero también es un libro para adultos. Pienso que lo más importante para los niños es saber que no son culpables [de sufrir violencia sexual]. La culpa y el miedo son las dos cosas que nos paralizan. Por eso, uno de mis principales objetivos es que las niñas y niños que lean este cuento sepan que no son culpables. Otro mensaje importante aparece encarnado en el personaje de Lucía, la amiga de Martina, para transmitir a niñas y niños que pueden ser esa persona que se da cuenta del cambio de actitud de su compañera o compañero y a través de la empatía buscar ayuda.
Un mensaje presente en el libro, desde el título y a lo largo del texto, es el de la posibilidad de sanar.
En la vida siempre me paro desde la perspectiva de las soluciones, no desde los problemas o las cosas que nos pasan. Creo en el poder que tienen las personas de hacer cosas con lo que les pasa. Tenemos el poder de cambiar cosas de nuestra realidad. Y si alguien me dice que no es posible, yo igual prefiero creer que sí. En El brillo de Martina lo que intento reflejar es que sí es difícil transitar una situación de abuso, pero es algo con lo que se puede vivir y tener una buena vida. Un pasaje del cuento dice: “El nudo de mi panza se volvió pequeño, y hasta me pareció que el cielo se despejó y asomó el sol, bien amarillo”. No se puede regresar en el tiempo para modificar lo sucedido, pero podemos entender lo que nos pasó y con ayuda podemos sanar, aceptar que esa situación forma parte de nosotros y empezar a vernos como sobrevivientes. Podemos buscar la forma de que realmente nuestra vida sea buena. Ese es otro de los mensajes que quiero que las niñas y niños puedan tener.
¿Fue premeditada la idea de hacer un relato en primera persona y que fuera una niña la protagonista?
En realidad, en principio, el cuento estaba en tercera persona porque me parecía que era una historia fuerte. Pero tengo unas amigas que trabajan en bibliotecas y con niños y siempre dicen que los libros escritos en primera persona tienen mayor impacto. En el trabajo con la editorial hicimos la historia en los dos formatos –en primera persona y en tercera persona–, pero nos quedamos con el relato en primera persona porque le da más poder a Martina y transmite mejor a niñas y niños la idea de que ellos también pueden hablar.
¿Cómo fue el pienso sobre el lenguaje y las palabras para poder hablarles a niñas y niños sobre un tema tan complejo de una forma amigable y comprensible?
Como yo tengo un lenguaje más adolescente, le pedí ayuda a Paola Focaccio, maestra y escritora de cuentos infantiles. Con ella hicimos una primera versión de este cuento, que se llamó Martina es valiente. En la elaboración de ese cuento, Paola me ayudó con el cambio de palabras para que sea más comprensible para niñas y niños. Sabía que tenía que ser responsable con esto y por eso busqué personas de mi confianza y especialistas en el tema que revisaran el texto. Gracias al activismo conocí personas maravillosas como Andrea Tuana [directora de la asociación civil El Paso y magíster en Políticas Públicas de Igualdad] y Anabel Benicelli [psicóloga] y las contacté. Liria Ortiz, psicóloga especializada en violencia doméstica y escritora, también me dio su visión. Fuimos súper cuidadosas en todos los detalles. Por ejemplo, el texto dice: “puso mi mano sobre mi ropa interior” y no “estábamos jugando a la pelota y me tocó”, porque justamente eso hace que no se interprete la situación como tal, sino como que “estábamos jugando y me tocó sin querer”. Y, a veces, esa es la defensa que hace la persona que abusa. Cuando trabajé el texto con la editorial, me acompañaron Andrea Fernández [coordinadora editorial de Edita Online] y Virginia Mórtola [psicoanalista, escritora y docente]. Ahí fue cuando la historia cambió y todas las piezas se empezaron a juntar.
¿Este es un libro para que niñas y niños lo lean solos, en familia, en las escuelas o en todos esos espacios?
En un libro para todas las instancias. Niñas y niños de cinco años lo han leído solos y después han hablado con sus padres, otros lo han leído en familia, y hay maestras que han leído este cuento a sus alumnos de cuatro, cinco y seis años. También docentes de educación media que lo están leyendo a adolescentes de 15, 16 y 17 años. Es un libro para poder leer en compañía y también solos. El acompañamiento es algo importante y por eso decía que también es un libro para adultos, para poder hablar del tema. Uno no se sienta en la mesa y dice: “Bueno, hoy vamos a hablar de abuso sexual infantil”. Uno lo que dice es: “Tu cuerpo es tuyo, nadie te puede tocar” y no salimos de ese discurso. El brillo de Martina es una herramienta para que las y los adultos de la familia puedan hablar con los más pequeños.
En el caso de que el libro sea leído en las aulas, ¿deberían las y los docentes tener herramientas para atender las situaciones que se pueden presentar a raíz de la lectura?
Creo que las y los docentes de educación inicial y primaria tienen las herramientas necesarias. El amor, la empatía, el respeto, la capacidad de escuchar y profundizar la mirada en algunas conductas y acciones son las principales herramientas. Después las y los profesionales tienen mapas de ruta que trabajan desde su formación. Por eso, también muchas veces son ellos quienes denuncian las situaciones de abuso.
¿Hablar de abuso sexual en un cuento infantil da la pauta de un cambio cultural?
Yo creo que sí. Ya hemos callado bastante y no hemos solucionado nada. Hemos privado a las niñas y niños de mucha información y eso no ha ayudado. Hablar desde un cuento que tiene tanta ternura y que es súper cuidadoso puede ayudar. Obviamente es un texto que va a despertar muchas cosas, tanto opiniones a favor como en contra. Pero ya hay cientos de niñas, niños y adultos que me han hecho llegar sus felicitaciones y celebran que El brillo de Martina exista. Me parece que sí da la marca de un cambio cultural. Entiendo que es el primer libro uruguayo que habla de esto. Publicar este texto habla de un avance y también de que, como sociedad, nos ha costado hablar de este tema. Ya dimos el primer paso, que es este primer libro, y espero que haya muchos más que animen a las personas a hablar de abuso sexual infantil.
Sobre la autora
Mariana Colombo es oriunda de Fray Bentos. Trabajó durante 20 años como docente de Biología y como referente en educación sexual. En 2014 cofundó la organización civil Diversidad Sexual Fray Bentos. Eso le permitió formar parte de la Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica y Sexual y del Consejo Nacional de Diversidad Sexual. A partir de su activismo, se acercó a diferentes situaciones de violencia y comenzó a trabajar en el acompañamiento de diferentes emprendimientos, que le permitieron tomar conciencia de la importancia del empoderamiento económico para cortar con situaciones violentas. Por ese motivo, decidió dejar la docencia y empezar una carrera como coach y asesora empresarial.
En ese camino, Colombo también decidió escribir su primer libro. Su historia de dolor y resiliencia se transformó en El brillo de Martina, un cuento infantil sobre abuso sexual, dirigido a niñas, niños, adolescentes y también a adultos. Se puede adquirir a través del sitio web de la editorial Edita Online.
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