“Tengo celulitis y está bien”. “Gracias a este cuerpo puedo nadar”. “Todos los cuerpos son de verano”. “Amo que mis estrías brillen al sol”. “Este cuerpo me permite hacer milanesa en la playa”. Estos son algunos de los mensajes que aparecen en la campaña “Ya llegué al verano”, lanzada este martes por el colectivo Diversa, en tres piezas audiovisuales protagonizadas por 48 mujeres uruguayas, incluidas personalidades de la cultura, el periodismo y la política.
La iniciativa apunta a “celebrar” y “abrazar” la diversidad corporal contra la llamada violencia estética, un término que acuñó la socióloga venezolana Esther Pineda hace una década para referirse a la presión que existe sobre las mujeres para ajustar su apariencia a un estereotipo de belleza hegemónico, algo que se “agrava” con la llegada del verano, según asegura el texto de difusión.
“En esta época del año, las mujeres nos vemos bombardeadas de mensajes que nos dicen de qué forma y cómo tenemos que 'llegar al verano'. Esto no es más que un mensaje falso que nos hace creer que nuestro cuerpo siempre está mal y que, de alguna forma u otra, debemos cambiarlo y modificarlo para que sea de una determinada forma”, aseguran las activistas. Enfatizan además que este es “el momento de esplendor de la cultura de la dieta y de la belleza” y, por lo tanto, de “todos los rubros que lucran con las inseguridades de las mujeres, que el mismo sistema genera”.
Para el colectivo, “es la misma cultura que sostiene y fomenta el gordoodio, un sistema de opresión y discriminación sobre los cuerpos gordos con base en prejuicios respecto a los hábitos, costumbres y salud de las personas gordas, que estigmatiza y patologiza nuestros cuerpos”. “Nos dicen cómo tenemos que lucir para 'ganarnos' el derecho de ponernos un bikini, una malla o cualquier prenda de verano. O simplemente nos intentan robar el derecho a existir con nuestro cuerpo de forma libre”, asegura el texto.
Diversa reivindica que “todos los cuerpos son válidos, no hay cuerpos que están bien o están mal, y mucho menos hacernos creer que tenemos que ganarnos el derecho de disfrutar de nuestro cuerpo en el verano y en cualquier momento del año”. Y agrega, contundente: “Nuestro cuerpo no es cuerpo de tránsito y no tenemos por qué cambiarlo”.