Por medio de un comunicado al que adhirieron 30 organizaciones sociales, el colectivo No Binaries Uruguay expresó su “repudio” ante la resolución del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) dada a conocer en febrero que establece que el lenguaje inclusivo “deberá ajustarse a las reglas del idioma español”. Para la agrupación, esta decisión “violenta” a las infancias no binarias y disidencias sexogenéricas que “requieren el uso de este lenguaje para que sus identidades sean respetadas y reconocidas por el Estado y la sociedad”.

“En la circular se plantea el uso de un ‘lenguaje inclusivo’ desde una perspectiva binaria y sexista que perpetúa la exclusión de nuestras identidades desde la niñez, y por tanto la no garantía de nuestros derechos humanos, con graves consecuencias en nuestra salud mental y atentando contra nuestra propia existencia”, sostiene el texto.

Asimismo, el colectivo señala que, con esta determinación, la ANEP se quita la responsabilidad del cuidado de esta población en el ámbito educativo. “Usar la ‘e’ no implica dejar de utilizar la ‘o’ y la ‘a’ en todo momento, como sugiere la circular”, agrega. “Nuestras identidades no son una moda. Nuestras identidades no son una amenaza. Nuestras identidades no son un obstáculo para que otras personas puedan aprender. Nuestro derecho a ser y aprender es urgente”, dice al final del comunicado.

Cami González, integrante de No Binaries Uruguay, dijo a la diaria que “lo que plantea la ANEP es un retroceso en materia de derechos que va en contra de disposiciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y de la Ley Integral para Personas Trans, que nos incluye al hablar de personas trans que no se identifican ni con el género masculino ni el femenino”.

González señaló que las personas no binarias que integran el grupo conciben el lenguaje como un instrumento “disciplinario” y “adoctrinante”. En ese sentido, prohibir el uso de un “lenguaje no binario y no sexista” no sólo invisibiliza a las personas que no se identifican con un género específico, sino que también “interfiere con los derechos, la libertad de expresión de género y cómo vivimos nuestras identidades”, manifestó.

“Las infancias tienen que poder ser libres, expresarse y ser visibles. Se tienen que abrazar y proteger desde el primer momento. El ámbito educativo es esencial. Si desde el comienzo del trayecto educativo una institución no les permite expresarse con libertad, ya se ven limitados los derechos”, expresó González. “En lugar de cerrar la cancha”, continuó, “se tiene que abrir para que todas las identidades sean abrazadas por el sistema educativo y que desde tan peques no se les imponga el genérico masculino”.