“Mientras ellos ponen las condiciones, nosotras ponemos el cuerpo”. La frase corresponde al mural que realizaron los colectivos Mujer y Salud en Uruguay (MYSU) y Gozarte en la mañana del pasado 28 de mayo, en el marco del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres. La imagen de las protagonistas de El cuento de la criada (1985), la novela distópica de la escritora Margaret Atwood, quedó plasmada sobre un muro en la intersección de Avenida de las Leyes y Avenida Libertador, frente al Palacio Legislativo. La propuesta busca recordar a las legisladoras y los legisladores la necesidad de que tomen acciones en defensa de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y disidencias, explicó a la diaria Lilián Abracinskas, directora de MYSU.
En esta oportunidad, a diferencia de los dos años anteriores, las integrantes de MYSU y Gozarte no realizaron la performance de “las criadas”. Abracinskas sostuvo que la decisión se tomó porque “están cansadas” de ser concebidas “como parte del decorado” y que tanto la intervención artística como los documentos presentados ante las autoridades no obtengan respuesta. La directora de MYSU remarcó con preocupación que, a dos años y medio de que asumió el actual gobierno, aún se desconoce cuáles son las “prioridades en salud sexual y reproductiva, y todo lo que tiene que ver con educación, difusión y prevención en esta materia”.
“La intervención artística de las criadas ha sido la manera que encontramos, en plena pandemia, de llamar la atención sobre la agenda feminista en salud. Luego, la imagen de la criada se convirtió en un símbolo de resistencia. Por eso las pintamos en el muro, para ver si, cuando [los legisladores] entran y salen del Palacio Legislativo, la imagen les remite a tener en cuenta que ellos son quienes ponen las condiciones, mientras que los cuerpos los ponen las mujeres, niñas, niños, adolescentes y jóvenes de la diversidad, en general en situaciones de vulnerabilidad”, expresó Abracinskas.
El cambio en la modalidad de intervención también responde a otros objetivos de los colectivos. “Con marchar no alcanza”, dijo la activista. En esa línea, sostuvo que es momento de reunirse para “generar nuevos mecanismos de articulación” y “no desaprovechar todo lo que fue el proceso del referéndum [para derogar 135 artículos de la ley de urgente consideración (LUC), el 27 de marzo], que nos dio la oportunidad de unir agendas de distintos movimientos que tenemos como fin común la justicia social, de género, racial y generacional”, manifestó.
Por eso, este año, después de la pintada del mural, MYSU y Gozarte convocaron a participar en un encuentro para reflexionar, analizar y visibilizar la situación de los derechos sexuales y reproductivos en Uruguay y definir acciones hacia el futuro. Entre ellas, la convocatoria a organizaciones y colectivos de todo el país a un intercambio de cara al “congreso del pueblo” convocado por el PIT-CNT.
“Hoy nos reunimos para ver cómo nos organizamos, cómo generamos y fortalecemos redes de solidaridad, porque la gente que no tiene respuesta del Estado no puede pagar las consecuencias”, explicó Abracinskas. Detalló que en esta instancia participaron “las que se han movilizado por las criadas, la Red de Acompañamiento Feminista en Aborto Las Lilas, la red de jóvenes Gozarte, compañeras trans y quienes trabajan en servicios de salud”.
Organización, movilización y diálogo
Sobre el mediodía del sábado, el mural estaba terminado. Luego de tomar algunas fotos en grupo, las y los participantes se trasladaron a la sede de MYSU para almorzar y dar inicio al encuentro. “Son tiempos difíciles para reactivar”, sostuvo Abracinskas al inicio del intercambio. Las primeras impresiones que se plantearon estuvieron centradas en los impactos de la pandemia y de las medidas de confinamiento en la movilización social.
La directora de MYSU dijo que las integrantes del colectivo tienen “la sensación de un debilitamiento en todas las organizaciones”. “Primero, de las que dan servicios, que están diezmadas directamente, y segundo, de organizaciones como la nuestra, que hacemos incidencia, que estamos en un limbo porque con el Estado no hay canales de diálogo”, expresó. La percepción fue compartida por integrantes de otras organizaciones y militantes independientes presentes en la reunión.
Abracinskas se dirigió a las y los jóvenes presentes para decirles que quizás a ellos la “pérdida de diálogo” no les “rechine”, pero que, para quienes supieron impulsar acciones a través de la conversación con las autoridades, la situación actual es “sumamente preocupante”. “Al no tener esa instancia, ¿qué te queda? ¿Por dónde vamos para no quedar sólo en el grito?”, apuntó.
Otra de las preocupaciones de MYSU es que las movilizaciones masivas en el marco de los 8 de marzo y la expansión del movimiento feminista “no decantan en organización, en proceso y en una manera más continuada de participación”. “Cuando vas a ver quiénes están en los territorios, siempre son las mismas”, consideró la activista. En ese contexto, enfatizó que “no es un asunto menor” pensar cómo generar “organización y movilización” con un “gobierno no dialogante”.
Karina Pankievich, integrante de la Asociación Trans del Uruguay, sostuvo que lo mismo ocurre con la Marcha por la Diversidad, que cada vez es más masiva pero, en contrapartida, durante el resto del año “no hay militancia”. “Si voy a la marcha pero después paso todo el año en mi casa, no hago activismo y no utilizo las herramientas que tengo para conseguir logros en nuestra colectividad, no sirve. La lucha tiene que ser constante”, expresó.
En la misma línea, una de las militantes independientes que estaba presente reivindicó la necesidad de reforzar el intercambio y la coordinación entre integrantes de diferentes organizaciones y personas interesadas para generar acciones. “Hay un miedo a decir que nuestros derechos están estancados, arrinconados y enmudecidos. Tenemos que movilizarnos. Pusieron candados en todos nuestros derechos legítimos. A mí como minoría me preocupa; para el resto es difícil, pero las minorías étnico-raciales, homosexuales y trans volvimos a ser invisibilizadas”, afirmó.
Jóvenes en movimiento
“Estamos en un contexto de retroceso muy importante en términos del respeto de los derechos y las garantías democráticas en el país”, afirmó Tamara Savio, integrante de MYSU y Gozarte. Frente a esa realidad, quienes integran Gozarte se han mantenido en movimiento. En los últimos dos años, se dedicaron a formarse para poder desarrollar “talleres en territorio” y “hacer un esfuerzo para llegar a más gente”, sobre todo, a las poblaciones en situaciones de vulnerabilidad de sus derechos.
Asimismo, el año pasado, en el marco de la campaña por el Sí a derogar los artículos de la LUC, participaron en “jornadas territoriales” en diferentes barrios de la capital. En esas instancias, además de reunir firmas, apostaron a la difusión de información y entrega de materiales sobre derechos sexuales y reproductivos y los servicios disponibles en esta área, contó Florencia Perdigón, integrante del colectivo.
Por otra parte, el miércoles 25 de mayo participaron en un “plenario de juventudes”, contó Savio. En el encuentro estuvieron presentes jóvenes del movimiento feminista, sindical y estudiantil e integrantes de partidos políticos que estuvieron en la campaña de recolección de firmas por el referéndum y la posterior campaña por el Sí. Savio recordó que, en ese momento, “se hicieron un montón de esfuerzos, se construyó un montón y se volvió a intercambiar entre organizaciones y movimientos sociales”, y afirmó que hacia el futuro “ese esfuerzo se va a sostener”.
En el marco de las acciones de Gozarte y con el fin de extender su movimiento “hacia afuera”, desarrollarán talleres de sexualidad con jóvenes del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa). La propuesta surgió por iniciativa de los propios jóvenes del Inisa y las autoridades del organismo se la trasladaron a MYSU. Los encuentros se inician el próximo sábado 4 de junio y se llevarán adelante en diferentes centros.
“La idea es intercambiar, no ir a darles información y decirles ‘te falta esto’ o plantarnos desde una perspectiva de la educación sexual más tradicional y decirles ‘así se pone un preservativo y prevenís infecciones de transmisión sexual’. La idea es generar un espacio de intercambio, de reflexión y construir entre todes desde los saberes que tenemos”, expresó Savio.
Acciones para el futuro
A lo largo de la jornada, las y los participantes propusieron diversas acciones para desarrollar en el futuro inmediato. Entre ellas, pintar más muros, establecer conexiones con diferentes organizaciones y colectivos presentes en los barrios y diferentes estrategias para lograr una “visibilidad sistemática” y una mayor difusión de los planteos de MYSU y Gozarte.
Algunas medidas definidas durante el encuentro tienen que ver con el “fortalecimiento” de los espacios que han generado los colectivos convocantes en los últimos dos años, aseguró Abracinskas. Uno de esos espacios son las intervenciones de las criadas. La directora de MYSU sostuvo que se las convocará para “ratificar el sentido [de las intervenciones artísticas y definir] hacia dónde deberían ir”. Otro aspecto que se reforzará es el trabajo con Las Lilas. En ese sentido, Abracinskas adelantó que entre junio y julio sus integrantes volverán a “hacer una escuela de formación para sumar más personas” a la red.
Un tercer punto es la convocatoria a una “jornada nacional” de cara al “congreso del pueblo” anunciado por la central sindical PIT-CNT el pasado 1° de mayo y que se desarrollará el año que viene. La propuesta de MYSU y Gozarte es que se reúnan integrantes de diferentes organizaciones y colectivos a nivel nacional, junto con el movimiento sindical, para reflexionar e intercambiar posturas y definir una “plataforma” en derechos sexuales y reproductivos para presentar en el congreso. En principio, la actividad está pensada para octubre o noviembre.
Por su parte, Perdigón sostuvo que la red de jóvenes de Gozarte va a mantener y reforzar la línea de trabajo en territorio y “trabajar mucho” en la “difusión de información sobre los derechos sexuales y reproductivos entendidos como derechos humanos”, que es “una de las cosas que falta mucho desde el Estado”.