Históricamente, la participación de las mujeres en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) ha sido menor que la de los varones. Si bien en los últimos años este escenario ha cambiado y aumentó su presencia en estas disciplinas, las desigualdades de género persisten, sobre todo, en la permanencia y promoción de expertas. Pero también hay diferencias en otros aspectos que tienen raíces más profundas y que se generan fuera de la estructura académica en sí misma. Uno de ellos es la construcción cultural “del gusto” de las niñas por estas disciplinas, dijo a la diaria Ana Iruleguy, analista en sistemas y docente de la Universidad Tecnológica del Uruguay (UTEC).

En ese marco se creó “Tech Lab: la belleza de programar”, una iniciativa del grupo de docentes de la carrera Tecnólogo en Informática que se brinda en la sede de Paysandú de la UTEC. La propuesta tiene el objetivo de “revertir urgentemente” la brecha de género en las STEM desde “edades más tempranas”, con hincapié en la informática, describió Iruleguy, que además de ser docente es coordinadora de la carrera y la responsable del proyecto.

“El objetivo del proyecto es diseñar e implementar un tech lab donde adolescentes de 14 a 17 años exploren las ciencias de la computación en un ambiente divertido y amigable, con el apoyo de una comunidad formada por facilitadores, pares y modelos a seguir”, explicó la experta. Asimismo, aclaró que la propuesta está dirigida a adolescentes de centros de enseñanza media públicos y privados y de cualquier bachillerato diversificado en los casos en los que ya se haya elegido uno. El parámetro de edad se seleccionó porque es la etapa en que las y los adolescentes “empiezan a tomar las decisiones de qué [carrera] continuar más adelante”, dijo Iruleguy.

La carrera de Tecnólogo en Informática se dicta en Paysandú desde mayo de 2009. Ese mismo año, pero en setiembre, Iruleguy ingresó como coordinadora de la carrera. Con el transcurso de los años, la analista en sistemas comenzó a observar que la participación de las mujeres era mínima y no evolucionaba con el tiempo. Por el contrario, se ha mantenido “súper estancada” y no supera el 10%, en promedio, porque “las mujeres no la eligen”, señaló.

“Primero pensé que las mujeres no elegían carreras en Informática, pero después fui a liceos con bachilleratos en Ingeniería y vi que en grupos de diez o 12 personas hay dos chicas y en las clases de UTU de Informática hay 5% en grupos de 35. Entonces concluí: ‘Este problema viene de más atrás, cuando las mujeres van a tomar decisiones sobre qué estudiar o incluso antes’”, manifestó Iruleguy. Así, después del intercambio con otros docentes de la carrera, surgió este programa.

Iruleguy señaló que el programa se estructurará en cinco talleres en los que podrán participar grupos de hasta 30 adolescentes de todo el interior del país. Se iniciarán en julio, con encuentros presenciales cada 15 días, y se extenderán por diez meses. Los talleres serán de “artes”, que consiste en el uso de lenguajes de programación para generar artes visuales, artes escénicas y música; “ciberseguridad”; “neurociencia”; “electrónica”; “videojuegos”, e “impresión 3D”. Las instancias serán impartidas por docentes de la carrera y contarán con facilitadoras mujeres egresadas de este trayecto.