Este sábado se cumplen tres meses desde que la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos derogó el fallo Roe vs Wade, que en 1973 consagró el aborto como un derecho constitucional en el país hasta las 24 semanas de gestación. A partir de la anulación, varios estados comenzaron rápidamente a trabajar en iniciativas para establecer su propia legislación sobre el aborto. En ese marco, más de una decena ya ha impuesto prohibiciones o restricciones severas en el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo.

De acuerdo con un análisis del Instituto Guttmacher, organización que promueve la defensa de los derechos sexuales y reproductivos, se espera que esta lista incremente a 26 estados –de los 50 que hay en el país–. Hasta el momento, los estados con prohibiciones estrictas al aborto son Alabama, Arkansas, Indiana, Kentucky, Louisiana, Mississippi, Missouri, Oklahoma, Dakota del Sur, Tennessee, Texas, Idaho, Wisconsin y Virginia Occidental, según datos recogidos por The New York Times, que hace un seguimiento de las modificaciones en el acceso a la interrupción del embarazo en todo el país.

El viernes pasado, Virginia Occidental se convirtió en el último estado en prohibir el aborto en prácticamente todos los casos, mediante la una ley aprobada por el Congreso local y promulgada por el gobernador Jim Justice, del Partido Republicano. En el caso de Wisconsin, la anulación de Roe vs. Wade provocó que varias clínicas de aborto interrumpieran sus servicios al estar vigente la prohibición que regía antes del fallo de 1973.

La mayoría de estos estados prohíben el aborto sin excepciones, incluso en situaciones de violación o incesto. En algunos, sólo se permite esta práctica ante riesgo de vida de la mujer embarazada y debe ser justificada por un profesional. Sin embargo, también se han aprobado normas que aplican grandes castigos a los profesionales que realicen el procedimiento y, por lo tanto, muchas y muchos se abstienen de hacerlo.

En tanto, otros estados han aprobado algunas limitaciones en el acceso a este derecho. Por ejemplo, en Georgia, la interrupción del embarazo es ilegal a partir de las seis semanas de embarazo, y en el caso Florida, Utah y Carolina del Norte, desde la semana 15, 18 y 20 de gestación, respectivamente.

Por otra parte, en Arizona, Iowa, Dakota del Norte, Michigan, Montana, Ohio, Carolina del Sur y Wyoming algunas restricciones al aborto fueron “bloqueadas” por resoluciones de tribunales de justicia locales. Esto no quiere decir que no existan obstáculos en el acceso. De hecho, en algunos casos, estas medidas sólo tienen vigencia por un período determinado, según informó The New York Times. El último caso de este tipo ocurrió el miércoles 14 en Ohio, cuando un juez bloqueó de forma temporal la prohibición del aborto después de las seis semanas de embarazo, por lo que nuevamente –por ahora– la práctica es legal hasta la semana 22.

En el caso de Colorado, Delaware, Kansas, Nebraska, Nevada, New Hampshire, Rhode Island, Pennsylvania, Virginia y Washington DC, el aborto es legal aunque con límites. Por ejemplo, en varios de ellos, el Estado no puede hacerse responsable de los costos de las interrupciones de embarazo. En otros 15 existen leyes locales que protegen el aborto, aun con la derogación de Roe vs. Wade. Se trata de Alaska, California, Connecticut, Hawái, Illinois, Maine, Maryland, Massachusetts, Minnesota, New Jersey, New Mexico, New York, Oregon, Vermont y Washington.

Consecuencias en la salud sexual y reproductiva

Las consecuencias de estas políticas de restricción o prohibición del aborto comienzan a hacerse visibles en otros aspectos de la salud sexual y reproductiva de las mujeres en Estados Unidos. Profesionales de la salud y grupos de mujeres han denunciado que la redacción y el “lenguaje vago” de normas antiaborto aprobadas “han tenido un efecto muy negativo en el campo médico en los estados antiaborto y generado grandes tragedias”, informó la BBC.

Otro de los impactos ha sido en los embarazos de alto riesgo. Aunque los abortos por razones médicas representan menos de 4% de todos estos procedimientos en Estados Unidos, según un estudio del Instituto Guttmacher de 2004, ante ciertas complicaciones del embarazo, constituyen una forma de prevenir la muerte de mujeres embarazadas. A su vez, las prohibiciones a los abortos impiden hacer este procedimiento en casos de malformaciones del feto que pueden desencadenar en una muerte neonatal o poco después del nacimiento.

Registro de mujeres votantes creció 12%

La derogación de Roe vs. Wade y la ola de políticas restrictivas que desató después también han tenido repercusiones en el ámbito social y político. Muchas mujeres, sobre todo jóvenes, comenzaron a plantear sus discrepancias con los representantes políticos y a presentarse como potenciales votantes de cara a las elecciones de mitad de mandato del 8 de noviembre, según relevó The Guardian.

Los primeros indicios del poder de voto de este grupo de población surgieron en Kansas, primer estado en ratificar el derecho al aborto mediante un referéndum el 3 de agosto, donde las mujeres tuvieron una participación cercana a 70%, publicó el medio británico. Esta tendencia parece estar presente en otros estados y aparece como un desafío para legisladores republicanos que han aprobado retrocesos en materia de aborto. De hecho, de acuerdo con un análisis de la consultora Target Smart, luego de la anulación del fallo Roe vs. Wade, el registro de mujeres votantes creció 12%, citó The Guardian.