En un dictamen sin precedentes, la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos derogó este viernes Roe vs Wade, el histórico fallo de 1973 que consagró el aborto como un derecho constitucional en el país hasta las 24 semanas de embarazo. De ahora en más, los estados, de forma individual, tendrán en sus manos el poder de decidir su propia legislación sobre el aborto, sin preocuparse por que eso signifique entrar en conflicto con la sentencia de hace 49 años.

Como consecuencia de esta decisión, se espera que casi la mitad de los estados, concretamente 22, prohíban o restrinjan el acceso al aborto, de acuerdo con el análisis del Instituto Guttmacher, organización que promueve la defensa de los derechos sexuales y reproductivos. En tanto, 16 estados tienen leyes locales que protegerían el derecho, incluso con la derogación de Roe vs Wade.

La controvertida sentencia era esperable. A principios de mayo, se filtró en la prensa el borrador de un documento escrito por el juez conservador Samuel Alito que planteaba la “opinión mayoritaria” de la corte a favor de la ley de Misisipi, que en 2018 prohibió la interrupción del embarazo a partir de las 15 semanas de gestación.

El documento revelaba el rechazo a la decisión de 1973 que garantizó las protecciones constitucionales del derecho al aborto a nivel nacional y a una sentencia de 1992, conocida como Planned Parenthood vs. Casey, que en gran medida mantuvo ese derecho.

La mayoría conservadora del tribunal supremo (seis jueces republicanos, frente a tres demócratas) ratificó este viernes lo que adelantaba ese borrador. “Sostenemos que Roe y Casey deben ser anulados”, escribió Alito en la sentencia, a la que tuvo acceso la cadena estadounidense CNBC. “Roe estaba terriblemente equivocado desde el principio. Su razonamiento fue excepcionalmente débil y la decisión ha tenido consecuencias perjudiciales. Y, lejos de lograr un acuerdo nacional sobre el tema del aborto, Roe y Casey han inflamado el debate y profundizado la división”, argumentó el juez.

“La Constitución no hace referencia al aborto, y tal derecho no está protegido implícitamente por ninguna disposición constitucional”, afirmó, y agregó que “es hora de prestar atención a la Constitución y devolver el tema del aborto a los representantes electos del pueblo”.

Por su parte, los jueces demócratas criticaron el fallo y en una disidencia conjunta aseguraron que “la mayoría [de la corte] permitiría a los estados prohibir el aborto desde la concepción en adelante porque no cree que el parto forzado implique en absoluto los derechos de la mujer a la igualdad y la libertad”. “La corte de hoy, entonces, no cree que haya alguna importancia constitucional asociada al control de una mujer sobre su cuerpo y el camino de su vida. Un estado puede obligarla a llevar a término un embarazo, incluso con los mayores costos personales y familiares”, escribieron los magistrados Stephen Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan.

Luego de la filtración del borrador de Alito el mes pasado, miles de mujeres protestaron todas las semanas en las calles de distintos estados del país. En paralelo, legisladoras y legisladores demócratas aseguraron que buscarían estrategias para blindar el derecho al aborto en el Congreso. El propio presidente estadounidense, Joe Biden, aseguró que apoyaría cualquier acción en ese sentido. Por su parte, la vicepresidenta, Kamala Harris, se reunió este jueves con siete fiscales generales de estados demócratas para debatir justamente los modos de defender el derecho abortar, según informó la agencia de noticias Reuters. Queda ver cómo se armonizarían estos esfuerzos ahora que la decisión de la Corte Suprema es definitiva.

Tal como advierten desde hace meses las organizaciones sociales que trabajan en la defensa del aborto, la decisión de este viernes marca un retroceso inédito en los derechos sexuales y reproductivos de mujeres y niñas, en un continente que en los últimos años ha registrado conquistas históricas en la materia gracias al impulso de los feminismos. Según una investigación de la organización Planned Parenthood, que brinda servicios de aborto, tras la derogación de Roe vs Wade unas 36 millones de mujeres en edad reproductiva se verán privadas del derecho a la interrupción voluntaria de su embarazo en Estados Unidos.