La falta de profesionales de la salud y de servicios especializados en la atención a población LGBTI+, sumada a los retrasos que generó la pandemia de covid-19, derivó en que hoy haya una larga lista de espera de personas trans que buscan acceder a las cirugías de reafirmación de género. Este es un reclamo que organizaciones LGBTI+ vienen denunciando, por lo menos, desde 2020. Es que si bien en muchos casos se las considera como operaciones meramente estéticas que no revisten urgencia -bajo ese pretexto fueron suspendidas muchas durante la emergencia sanitaria-, para la mayoría de las personas trans estos tratamientos son centrales en sus procesos de transición de género. Y, si se dilatan, pueden llegar a tener impactos en la salud física y mental.
Pero, además, es su derecho: la Ley Integral para Personas Trans, aprobada en 2018, contempla en su artículo 21 el derecho a la atención integral “para adecuar su cuerpo a su identidad de género, que comprenda como mínimo todos los programas y prestaciones” del Sistema Nacional Integrado de Salud, “incluidos los tratamientos médico quirúrgicos”.
Frente a este panorama, la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) empezó a trabajar este año en algunas medidas. La primera fue la creación de un Servicio de Diversidad Sexual de referencia nacional que funciona en el Hospital de la Mujer del Centro Hospitalario Pereira Rossell (CHPR), que se inauguró en mayo y comenzó a funcionar en junio. El servicio brinda una atención integral en manos de un equipo multidisciplinario integrado por profesionales de la ginecología, psicología, enfermería, medicinas familiar, comunitaria y sexual, así como cirujanos plásticos.
“ASSE vio la necesidad de tener un centro de referencia para la población de la diversidad porque lo que estaba pasando era la falta de accesibilidad que tenía esta población [a la atención en salud], sobre todo en el interior del país, y los pocos profesionales que hay en Uruguay formados específicamente para tratar a esta población”, explicó Risel Suárez, directora del Hospital de la Mujer, a la diaria.
Desde que empezó a funcionar el servicio, se atendió a “alrededor de entre 90 y 100 pacientes”, pero “la lista de espera es mucho más larga” y la agenda está completa hasta diciembre, aseguró Suárez. Además, aclaró que es necesario hacer un “proceso de reevaluación” de esa lista “para ver cuántas de esas personas están en oportunidad operatoria hoy”, porque en muchos casos “están hace tanto tiempo”, que se requiere “volver a evaluar hacer exámenes, pasar por un proceso de consulta psicológica antes de operarse, y demás”. También adelantó que están “jerarquizando a los pacientes que están esperando desde hace más tiempo”.
La directora dijo que hoy el equipo está recibiendo a “población de la diversidad de todos lados” del país. De hecho, explicó que la ubicación fue elegida, en parte, por la “geolocalización”, ya que está “cerca de Tres Cruces, donde hay ómnibus internos, interdepartamentales, y es mucho más accesible que esas personas puedan venir aquí a que se trasladen, de repente, a una policlínica en Barros Blancos”.
Asimismo, reconoció que “es real” que “hay una demanda insatisfecha” y apuntó: “Nosotros no podemos absorber en dos o tres meses toda la demanda insatisfecha que viene desde hace más de diez años”. Consultada sobre a qué atribuye esa espera acumulada, Suárez señaló que en Uruguay “no se cuenta con muchos especialistas que se dediquen a atender a esta población” y, además, hay muy pocos servicios especializados. El que se inauguró en mayo pretende revertir un poco la situación.
Antes de que existiera este servicio, el CHPR realizaba cirugías de reafirmación de género de pacientes derivados del Hospital Saint Bois y el Maciel, dijo Suárez, pero “no había un servicio de referencia donde todos los especialistas trabajaran juntos”, entonces “el paciente de repente venía a ver al cirujano acá, al psicólogo en otro lado”, y así. “No era un servicio integral ni centralizado, que es lo que hoy sí se ofrece”, puntualizó.
La especialista aseguró que la idea es “seguir aprendiendo y seguir formando gente”. “No podemos de un día para otro absorber toda la demanda que había en el país, pero estoy convencida de que de a poco lo vamos a lograr. Era una carencia, un déficit, un debe que tenía ASSE y que hoy por hoy lo estamos tratando de mejorar”, agregó.
Acortar distancias
Otra de las medidas que servirá para reducir la lista de espera de quienes aguardan por la cirugía de reafirmación de género es el centro de telemedicina que ASSE pretende inaugurar cerca de fin de año. A diferencia de lo que salió en otros medios, este centro no será para atender exclusivamente a la población trans -aclaró Suárez-, sino que fue pensado para la atención “de todas las especialidades pediátricas y gineco-obstétricas, con nuestros médicos referentes de Facultad de Medicina y nuestros técnicos especializados, para asistir a la población del interior y que no tenga que trasladarse” varias veces a Montevideo. Mientras se diseñaba el proyecto de telemedicina se lanzó el servicio de diversidad, por lo que también se incluyó.
Para la directora del Hospital de la Mujer, la telemedicina ayudaría a “facilitar el proceso” para quienes viven en el interior e inician un tratamiento de reafirmación de género. Para empezar, evitando traslados innecesarios a Montevideo. “El proceso es muy largo porque requiere visitas con psicólogo, asistente social, médico de familia, ginecólogo, cirujano, entonces el paciente se debería trasladar muchísimas veces”, explicó. En cambio, a través del centro de telemedicina, se “puede asistir a distancia a ese paciente que está lejos y que no tiene un servicio ni un especialista que se dedique a esta población, y que venga a Montevideo ya pronto para el tratamiento que deba recibir, ya sea hormonización o cirugía”, detalló Suárez. Así, se espera a la vez “reducir la lista de espera quirúrgica”, porque, si el proceso se “agiliza”, “ya empezamos a operar”.