La Fiscalía General de la Nación (FGN) anunció el 5 de febrero que las fiscalías de Homicidios van a asumir los casos de femicidios, delitos que actualmente en Montevideo son investigados por las fiscalías de Violencia Doméstica y Violencia Basada en Género. El comienzo de la nueva dinámica depende de cuándo se voten las venias que están en trámite para poder hacer la asignación de fiscales, pero está estimado para los primeros días de abril, según adelantó a la diaria la fiscal Adriana Sampayo, directora de la Unidad de Litigación de la Fiscalía.
En líneas generales, Sampayo dijo que el cambio busca resolver algunos obstáculos a los que se enfrentan hoy las fiscalías de Violencia Doméstica y a ciertos “escollos” que surgen entre fiscalías con distintas competencias ante la muerte violenta de una mujer.
La Ley 19.580 de violencia basada en género, aprobada a fines de 2017, establece en su artículo 58 la transformación de las fiscalías de Montevideo de Delitos Sexuales, Violencia Doméstica y Violencia Basada en Género en fiscalías de Delitos Sexuales, por un lado, y fiscalías de Violencia Doméstica y Violencia Basada en Género, por el otro. Hoy en día, los femicidios son investigados por estas últimas. Sin embargo, pese al nombre formal, “la competencia de esas fiscalías es la violencia doméstica”, concretamente, y no abarca todas las otras manifestaciones de la violencia de género, aclaró Sampayo.
Esto, según establece la norma, quiere decir que la investigación se limita a los casos de violencia en los que víctima y agresor hayan tenido “una relación de parentesco, matrimonio, noviazgo, afectiva o concubinaria”. Por lo tanto, deja afuera a los femicidios que no se dan en ese marco, como los que ocurren en el contexto del crimen organizado o el microtráfico, por ejemplo. “Estos, estrictamente, no entran dentro de la competencia de las fiscalías de Violencia Doméstica, se tienen que dividir unos en Violencia Doméstica y otros en Homicidios”, puntualizó Sampayo, y dijo que esa es una razón por la que se definió “tener todos en [las fiscalías de] Homicidios”.
Además, explicó que a veces pasa que, ante la muerte violenta de una mujer, la Policía deriva el caso a la fiscalía de Violencia Doméstica y que, “por el relato primario que tiene, dice entender que no es femicidio, la de Homicidios también plantea su disconformidad, y se da una discusión que lleva un tiempo y que hace que puedan pasar unas horas sin que el caso esté asignado a una u otra fiscalía”. Este problema quedaría saldado con el cambio.
A esto se suma que el Departamento de Homicidios que inauguró en setiembre de 2023 el Ministerio del Interior (MI) “sólo trabaja con las fiscalías de Homicidios”, puntualizó la fiscal, por lo que, si los femicidios se mantuvieran en la órbita de Violencia Doméstica, no contarían con el apoyo de esta policía especializada.
Otro de los principales objetivos de la medida, de acuerdo con Sampayo, es “descomprimir un poquito las fiscalías de Violencia Doméstica, que hoy trabajan en un sistema que es en paralelo con flagrancia y con juicios”, la mayoría de estos por femicidios. Lo que se busca ahora, en definitiva, “es que las fiscalías de Violencia Doméstica se concentren en trabajar los casos de violencia doméstica que están ocurriendo en el momento y que no tengan que estar desatendiendo esos casos por estar preparando juicio”, acotó la fiscal.
La expertise y la formación
El cambio previsto para abril contempla además un argumento que tiene que ver “con las cargas de trabajo y las experticias que van adquiriendo los equipos fiscales”, dijo a la diaria Mariela Solari, directora de la Unidad Especializada en Género y de la Unidad de Víctimas y Testigos de la FGN. “Para investigar un femicidio, hay muchos elementos que tienen que ver con el análisis del contexto femicida, con la autopsia psicológica, con la autopsia social, pero todo eso requiere el diseño de una teoría del caso asociado a una muerte violenta”, y esas son herramientas que los fiscales de Homicidios “han ido adquirido durante todo este tiempo”, puntualizó Solari. “Los fiscales que están en las fiscalías de Violencia Doméstica no son los que están investigando esto todo el tiempo”, especificó.
Para la directora, que los casos de femicidios sean asumidos por Homicidios puede mejorar la investigación de estos delitos “en el sentido de la diligencia con la que se hagan las actuaciones”, teniendo en cuenta que los fiscales “ya tienen el entrenamiento en lo que tiene que ver con el abordaje de las muertes violentas y todo lo que hace al proceso de investigación del contexto y la litigación de este tipo de casos”.
Solari adelantó que, una vez que se efectivice el cambio, la Fiscalía prevé realizar capacitaciones sobre “investigación y litigación de femicidios” en conjunto con el MI, dirigidas específicamente a los equipos del Departamento de Homicidios de la cartera y de las fiscalías de Homicidios.
“Todo eso se analizó y se tuvo en cuenta desde el momento en que se les planteó a los fiscales de Homicidios que los femicidios van a pasar para las fiscalías de Homicidios, partiendo de la base de que primero van a aplicar el protocolo existente, no hay opción, es obligatorio para todos quienes se enfrenten a la muerte de una mujer”, especificó Sampayo, en referencia al Modelo de protocolo latinoamericano de investigación de las muertes violentas de mujeres por razones de género (femicidio/feminicidio), elaborado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y que, entre otras directrices, plantea que toda investigación sobre la muerte violenta de una mujer tiene que abordar el femicidio como primera hipótesis.
La fiscal aseguró que este protocolo “lo van a aplicar ellos así como lo aplican todos los fiscales del país que no son especializados ni en violencia doméstica ni en homicidio cuando se enfrentan a la muerte de una mujer”. Además, dijo que para las capacitaciones ya “tienen en vista” a dos posibles expertas, una chilena y una argentina, para que los fiscales de Homicidios –que, según aclaró, “ya están preparados en género”– tengan un “refresh” respecto de cuestiones que surgen en el “día a día”.
Por su parte, Solari anunció que otro cambio asociado es que los casos en los que un agresor rompe una tobillera electrónica pasarán a ser tratados por las fiscalías de Violencia Doméstica. Actualmente, estas situaciones son abordadas por las fiscalías de Flagrancia, lo que “genera muchas dificultades”, señaló la directora, porque son casos que hoy en día “los llevan distintos fiscales de Flagrancia y no están asociados con el caso de violencia doméstica” por el que se dispuso el dispositivo en primer lugar, que es llevado en paralelo por la fiscalía de Violencia Doméstica.
Ella también aclaró, por las dudas, que la nueva dinámica aplica sólo para los casos en Montevideo, que es donde hay fiscalías de Violencia Doméstica. “En el interior esto no sucede; todos los fiscales investigan el mismo tipo fiscal, sea violencia doméstica, homicidio, rapiña, etcétera”, detalló.
Una semana después de que se anunciara la nueva medida, representantes de la Fiscalía trasladaron las novedades en el marco del Consejo Nacional Consultivo por una Vida Libre de Violencia de Género hacia las Mujeres, donde “se evacuaron consultas y el tema fue bien recibido”, afirmó Solari. De todas formas, según supo la diaria, la directora del Instituto Nacional de las Mujeres, Mónica Bottero, solicitó una reunión con la fiscal de corte subrogante, Mónica Ferrero, para profundizar en los detalles.
Algunas inquietudes
Tras conocerse el anuncio, abogadas especializadas en género plantearon algunas inquietudes sobre el pasaje de la investigación de los femicidios a las fiscalías de Homicidios. Entre las preocupaciones que manifestaron, dijeron que este movimiento podría llegar a “invisibilizar” las razones específicas de género que hay detrás de los femicidios –que las diferencian del resto de los homicidios– e insistieron en que es fundamental que el personal de esas fiscalías esté capacitado en violencia de género.
Es un cambio “riesgoso”, señaló a la diaria Ana Lima, abogada, exjueza y actual coordinadora del Comité de Latinoamérica y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem). A su entender, es particularmente preocupante “en un contexto de enorme retroceso y de pretender derribar la Ley 19.580”, afirmó, esto último en referencia a la propuesta que hizo el diputado del Partido Colorado Gustavo Zubía para modificar la normativa.
En este escenario, consideró que “hay que seguir viéndolo” y generar intercambios que “fortalezcan” la propuesta. “Lo más importante es que se investigue, se litigue y se construya teoría del caso con la perspectiva de género, siguiendo las pautas del protocolo y los estándares internacionales de derechos humanos que la propia Fiscalía tiene incorporados”, señaló la letrada, y agregó que esto incluye que “se pueda capacitar de manera continua y profunda”.
“No me convencen los fundamentos del cambio”, dijo por su parte a la diaria la abogada especializada en género, infancia y adolescencia Alicia Deus, y apuntó que “es evidente que se trata de un problema organizacional de las fiscalías, que no atienden a la especialización en la materia, sino a otras consideraciones, como la recarga de trabajo que tienen las fiscalías de violencia doméstica”.
Por otro lado, afirmó que “sorprende” que esas fiscalías no tengan competencia en los delitos de violencia de género que quedan por fuera de la violencia doméstica. En particular, recordó que la Ley 19.580 –que ella misma corredactó– distingue 17 formas de violencia de género y “parecería que sólo están investigando” los casos de violencia de pareja, “que es la más notoria, sin duda, pero no es la única”.
En todo caso, “veremos cómo es la capacitación que prevén hacer para policías y operadores fiscales”, apuntó, para cerrar: “Y si eso vuelve las investigaciones más eficientes y más ágiles”.