El colectivo LBGTI+ Colonia Diversa ha adquirido una gran visibilidad a través de la realización de multitudinarias marchas por la diversidad que organiza desde hace ocho años en Colonia del Sacramento. Pero ese espíritu festivo, que es una marca de orgullo para la organización, ha sido precedido -y acompañado- por un accionar político institucional que está centrado en ejes de trabajo que apuntan a transformar las trayectorias de personas que atraviesan situaciones de discriminación y de violencia basadas en la orientación sexual y la identidad de género, así como en promover un cambio cultural en la sociedad coloniense, destacó la psicóloga Julieta Purtscher, militante y coordinadora del Servicio de Atención Psicológica (SAP) de Colonia Diversa, en diálogo con la diaria.
Purtscher recordó que Colonia Diversa nació en 2017 tras una situación ocurrida en Carmelo: un muchacho que se encontraba con su novio en una plaza sufrió violencia física y verbal por su orientación sexual. En esa oportunidad, el joven agredido no logró respaldo de ninguna institución coloniense para poder plasmar la denuncia de ese ataque homofóbico, por lo que recurrió al colectivo Ovejas Negras para hacerla en Montevideo.
Esa situación generó que Maxi Olaverry, uno de los fundadores de Colonia Diversa, invitara a un encuentro a activistas de militancia LGBTI+ y a personas que tuvieran actividad política y participación a nivel institucional para generar una Coordinadora de la Diversidad.
“Nosotros vemos aquella situación como un acto homoodiante, y sabemos que esas acciones de violencia, de odio, de discriminación y de exclusión obviamente repercuten en la salud mental de las personas de la comunidad LGBTI+, siempre teniendo presente la vulneración histórica de los derechos que han padecido”, reflexionó Purtscher.
Desde entonces, Colonia Diversa ha incorporado a jóvenes de diferentes localidades colonienses y ha promovido diversos proyectos, entre ellos, la creación del SAP, que se concretó en 2021. Actualmente, en ese servicio se desempeñan las psicólogas Carolina de Armas y la propia Purtscher, quien está a cargo de la coordinación de ese trabajo.
La labor que desarrollan las profesionales está basada en un enfoque de derechos humanos, género, diversidad e inclusión. Desde su creación, el SAP ha recibido consultas de unas 70 personas, en modalidad de sesión única o en un proceso más prolongado.
La preocupación por abordar los impactos de la violencia en la salud de las personas de la comunidad LBGTI+ “siempre nos ocupó y nos preocupó”, explicó Purtscher, e hizo referencia a las particularidades del territorio en el que está inserto Colonia Diversa y las razones que impulsan a continuar con la tarea: “El hecho de pertenecer a la comunidad LGBTI+ en un departamento todavía muy conservador en algunos aspectos y donde aún es difícil mostrarse con la identidad de género que se autoperciben, poder hablar abiertamente de la orientación sexual y expresar el género, no solamente hablando de identidad, sino también de cómo se presentan y cómo se manifiestan ante otras personas”.
Por un cambio cultural
El trabajo desplegado por el colectivo apunta “a lograr ese cambio cultural que queremos para que las infancias y las adolescencias tampoco sufran esa violencia”. “Porque no solamente hablamos de personas adultas que nunca han podido salir del clóset”, sino “también de la violencia y la vulneración de los derechos de las infancias y las adolescencias que se identifican como personas de la comunidad LGBTI+ y que no tienen sostén ni familiar ni institucional ni de los prestadores de salud”, porque “todavía falta recorrer mucho para entender que todas las personas que trabajan con personas tienen que estar sensibilizadas a sistemas de diversidad sexual”, reflexionó la integrante del SAP.
La profesional valoró que “en los últimos 15 años, o un poco más, se desarrolló un proceso de avances en materia legislativa que benefició a los integrantes de la comunidad LBGTI+, entre los que citó “las leyes de matrimonio igualitario, de adopción a las parejas homoparentales, la que permite el cambio de identidad en la cédula, la Ley Integral para Personas Trans, la ley de fertilización asistida”.
“Nuestro país ha generado un contexto en el que las personas, cada vez más, se están permitiendo y animando a poder expresarse pública y socialmente”, lo que ha sido acompañado de “una mayor sensibilización” por parte de las agencias gubernamentales y empresas privadas en cuanto a contratar a personas de la comunidad LBGTI+, dijo, o en la redacción de circulares “que rigen a los centros educativos y que alientan al cuerpo docente a llamar a las personas por la identidad con la que se autoperciben, lo que es una forma de proteger sus trayectorias educativas”.
Esos avances, no obstante, “muchas veces tienen una contrapartida, que es el recrudecimiento de los actos de violencia a las personas que pertenecen a la comunidad LGBTI+ y deciden vivir libremente su identidad, porque todavía seguimos escuchando frases como ‘no me importa lo que hagan, pero si no lo hacen en público’”, algo que “no se lo pedimos a una pareja heterosexual”, señaló Purtscher.
En ese sentido, la psicóloga sostuvo que “tenemos que trabajar con las generaciones jóvenes y con las personas de edad mediana, porque tiene que ver con una cuestión de educación y de información, de entender que todas las personas tienen derecho a ser en libertad, que nadie debe ni estar en el clóset ni volver a entrar al clóset como consecuencia de una acción violenta”.