La educación sexual integral (ESI) es una herramienta fundamental para que niñas, niños y adolescentes puedan transformar estereotipos de género, identificar y prevenir abusos sexuales y otras violencias, promover el cuidado propio y de los demás, y construir vínculos saludables, entre muchas otras cosas. Además, es un derecho que el Estado debe no sólo garantizar, sino también proteger ante los ataques que ha tenido en el último tiempo en la región –incluido Uruguay– por parte de sectores que la atribuyen a la mal llamada “ideología de género” y proponen sustituirla por una educación en base a los “valores familiares”. Eso requiere que se destinen los recursos necesarios, pero también que el tema se jerarquice y haya voluntad política para generar acciones transformadoras en ese sentido, que no deben limitarse únicamente al sistema educativo.

¿Qué tiene que estar en la base de una política pública centrada en la ESI? ¿Qué ejemplos hay en Uruguay? ¿Qué falta? ¿Cuáles son los desafíos? Estas son algunas de las preguntas que atravesaron la charla “Políticas públicas y educación integral de la sexualidad: ¿qué es necesario hacer para asegurar calidad, integralidad y acceso en la infancia y la adolescencia?”. La actividad se realizó el viernes 6 en el marco del Encuentro Nacional de Educación Integral de la Sexualidad, organizado por el Programa Género, Sexualidad y Salud Reproductiva del Instituto de Psicología de la Salud de la Facultad de Psicología (Universidad de la República).

Las encargadas de responder fueron mujeres que son referentes en la temática desde los distintos roles públicos que ocupan: Gloria Canclini, directora de Derechos Humanos de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP); Solana Quesada, directora de la División de Asesoría para la Igualdad de Género de la Intendencia de Montevideo (IM), y Nataly Zalkind, responsable del Área Juventudes de la Intendencia de Canelones.

La ESI en la educación formal

Si bien es un eje que debería ser transversal a todos los ámbitos, es particularmente importante que se garantice el acceso a la ESI en el sistema educativo, uno de los primeros espacios en donde niñas y niños acceden a información fuera de su casa. La directora de la ANEP recordó que es “un derecho de niñas, niños y adolescentes a lo largo de toda su vida” que “está reconocido a escala internacional y nacional” por distintas leyes y tratados.

Canclini afirmó que la ESI “está radicada como ente coordinador” en la Dirección de Derechos Humanos que ella lidera, lo que implica que, además de garantizar el “desarrollo de la educación sexual integral, tiene la responsabilidad de articular acciones en los centros educativos”, algo que realiza en conjunto con la Red de Género.

Mencionó así algunos materiales publicados sobre el tema durante este período, como Orientaciones para el abordaje de educación en sexualidad (2024) o Adolescentes y sexualidad: identidades, mensajes y relacionamiento afectivo-sexual a través de las redes sociales (2022). También mencionó el proyecto “Si yo fuera Juan”, coordinado por la Facultad de Psicología, que la jerarca de ANEP evaluó como “una herramienta fundamental y de gran valor para poder implementar en clase acciones, debates e intercambios” sobre temas como masculinidades y prevención del embarazo adolescente.

Al mismo tiempo, Canclini habló del aporte que puede significar el Plan Nacional de Convivencia y Participación “Tu voz, tu acción, tu centro”, presentado este año con el objetivo de promover prácticas de convivencia en los centros educativos, en tanto “la convivencia es donde se desarrollan los vínculos”. Recordó también que este año se celebrará la novena edición de la campaña “Noviazgos libres de violencia”.

Por otro lado, la directora resaltó algunas instancias de capacitación en particular, como los talleres de prevención y abordaje de la explotación sexual de niñas, niños y adolescentes, o los cursos dirigidos a inspectores y directores, “en el entendido de que son los que después habilitan la implementación de estas políticas, por lo que tienen que estar comprometidos”.

El enfoque “transversal” e “interseccional” en Montevideo

La directora de la División de Asesoría para la Igualdad de Género de la IM aseguró que la comuna capitalina garantiza el acceso a la ESI no sólo con programas y acciones específicas sino también “de manera transversal, intentando que cualquier política o accionar incorpore algunos aspectos vinculados a este enfoque”, y con una perspectiva “interseccional”.

Quesada señaló que la familia y la educación formal tienen “un papel importante” en la ESI, pero que también tiene que estar presente en la educación no formal y en “todos los ámbitos por donde las personas circulamos”. La IM, que promueve “un gobierno más de cercanía”, abarca muchos de esos ámbitos, como “las policlínicas, los centros culturales, los centros de barrio, la plaza, el ómnibus, el carnaval”, enumeró.

Entre las acciones concretas que lidera la comuna, Quesada hizo referencia a los kits de gestión menstrual para niñas, adolescentes, mujeres y disidencias que se entregan en el marco de talleres de sensibilización –en 2023 se repartieron 389–, y la republicación de una guía de menstruación para infancias y adolescencias con discapacidad. A la vez, mencionó la Línea VIH, Sexualidad y Derechos (0800 3131) y la experiencia de acompañamiento a infancias y adolescencias trans en el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos, en el marco de un acuerdo con el Centro de Referencia Amigable (CRAM) de la Facultad de Psicología.

La referente también detalló las políticas que la intendencia impulsó después de que irrumpiera la iniciativa #VaronesCarnaval, y recordó que 48,4% de esos testimonios hacía mención a situaciones de violencia sexual que ocurrieron cuando esas personas tenían menos de 18 años, según un relevamiento de la propia comuna. Así, dijo que se crearon protocolos, se establecieron cláusulas en reglamentos y hasta se formó un comité interinstitucional para “actuar sobre las situaciones”.

La IM además impulsó capacitaciones sobre violencia de género en el marco del Carnaval de las Promesas y puso en marcha los puntos violetas, espacios donde se puede acceder a información sobre los recursos disponibles para denunciar o asesorarse, y que si bien nacieron en el carnaval ahora también están presentes en otros “eventos masivos” que organiza la intendencia, puntualizó Quesada.

A esto se suman las acciones enmarcadas en el programa “Montevideo libre de acoso”, cuyo alcance llega al transporte público y más recientemente a los boliches. “Esta política la empezamos con un diagnóstico que nos dice que las niñas y adolescentes empiezan a vivir situaciones de acoso sexual en el espacio público antes de los 12 años y eso claramente es un tema que limita su derecho a participar y a transitar por la ciudad y acceder a otros derechos”, apuntó la directora.

Quesada se refirió por último a tres desafíos y dos preocupaciones. Los desafíos: la evaluación de las acciones y la sistematización de la información para “aprender de las experiencias que tenemos”; la necesidad de generar más materiales específicos para las adolescencias; y la importancia de que las niñas, niños y adolescentes participen en estos procesos. Las preocupaciones: la “falta de recursos y respuestas acordes, profundas y sostenidas para quienes atraviesan situaciones de violencia sexual”, y la “naturalización” de las situaciones de explotación sexual comercial de niñas, niños y adolescentes, que en algunos contextos requieren “nuevas formas de intervenir”.

Canelones: una estrategia con y para la juventud

En el caso de la comuna canaria, las acciones de ESI estuvieron enmarcadas en “Más democracia”, una estrategia que “busca fortalecer la participación ciudadana de las adolescencias y juventudes”, puntualizó Zalkind. La iniciativa consistió en convocar a “fogones” en espacios públicos de cada ciudad para “empezar a conversar con un montón de gurises y gurisas del departamento sobre las necesidades que tenían”, en un ambiente “lúdico” y “de cercanía”.

Uno de los temas que surgieron de esos intercambios fue la educación sexual. “No la plantearon en esos términos, pero sí nos planteaban un montón de problemáticas que tenían y que estaban vinculadas con la necesidad de tener espacios de cercanía con adultos, con centros de salud o, en definitiva, dependiendo de la situación, un lugar de diálogo, de escucha y de referencia sobre estos temas”, profundizó la referente del Área de Juventud de la Intendencia de Canelones. Con la información que se recabó, el gobierno departamental empezó a trabajar “sobre el derecho a la salud sexual y reproductiva, a la educación sexual integral y a vivir en vínculos saludables”.

En ese camino, se tejió una alianza con la organización Iniciativas Sanitarias y la comuna se unió al proyecto “Sexualidad sin fakes”, que justamente busca abrir el diálogo sobre estos temas con la juventud.

Eso derivó en estrategias departamentales para “fortalecer la autonomía de los gurises y de las gurisas, que puedan acceder a derechos y que puedan desarrollar su participación ciudadana”, en articulación con el sistema educativo, divisiones de género, redes territoriales y, cuando se requiere, el sistema de salud. Además de generar instancias de diálogo en espacios públicos, la intendencia canaria también colocó dispensadores de preservativos en los centros culturales y en los polideportivos. “Porque una de las cosas que nos decían era ‘¿dónde buscamos preservativos? Si no vamos al ámbito de salud, ¿en dónde está el preservativo si no tenés plata para pagarlo?’”, explicó la referente, y agregó que la respuesta fue la esperada porque “los gurises están accediendo”.

“En un contexto nacional y regional muy complicado, donde se comienzan a instalar algunos discursos bastante reactivos en contra de los derechos, desde el gobierno departamental estamos contra la corriente”, apuntó Zalkind, “pero con un apoyo muy importante de parte de una población que nos estaba reclamando de alguna manera ‘queremos hablar de esto porque para nosotros es parte de nuestra vida y de nuestra vitalidad’”.