Con dos goles casi seguidos, Peñarol venció 2-0 a Danubio en Jardines del Hipódromo. Justo triunfo para los de Diego López, porque fueron mejores que su rival y porque supieron efectivizar con goles sus mejores momentos.

No hay metáforas para explicar el primer tiempo. Lo literal reinó, lo literal fue que prácticamente no hubo chances de gol clara adentro de ninguna de las dos áreas. Si intentos con tiros desde afuera, hayan sido a la carrera o tiros libres; pero cada vez que pisaron un área fue en posición adelantada. Poco, muy poco de los dos lados.

Hubo algo que puede explicar eso, al menos en parte. Tanto Danubio como Peñarol planificaron un esquema de juego que tenía como misión primera ganar la mitad de la cancha. Volantes apretados y cercanos a los defensores -o sea con líneas apretadas- y un delantero solitario allá, como a lo lejos, sin asistencias claras porque la lucha se impuso. El carbonero, que manejó más la posesión, tuvo una sola chance clara y fue un tiro libre que Matías de los Santos pateó besando el travesaño; Danubio, a veces arrinconado, salió de contragolpe. El mejor de todos fue uno que Matías Jones pateó desde afuera del área, también sin puntería.

En el inicio del segundo tiempo la banda derecha empezó a funcionar mejor. Giovanni González, De los Santos y Agustín Canobbio se encontraron un par de veces y la última de ellas pudo ser gol: linda media vuelta de Canobbio, inmejorable atajada de Federico Cristóforo contra su palo izquierdo.

También desde la derecha vino el córner que terminó en penal a favor de Peñarol. La mano de Mauricio Victorino fue clara. El propio Canobbio se encargó de patearlo y metió el 1-0.

El español Xisco fue titular porque Lucas Viatri no estuvo a la orden. Simple. Desde que llegó a Peñarol no había anotado y era necesario remontarse a junio para encontrar un gol suyo, cuando jugaba por el Osasuna. Bastó asistirlo dos veces para que, con una amortización del 50%, Xisco convirtiera su primer tanto en amarillo y negro.

El partido se diluyó entre el quiso pero no pudo de Danubio y las esporádicas contras de Peñarol. Esa fue la radiografía de casi media hora. En el examen, claro, salió favorecido el carbonero, que gana su segundo partido al hilo y encuentra la calma mientras escala posiciones.

Detalles

Estadio: Jardínes del Hipódromo.

Árbitros: Andrés Matonte, Carlos Barreiro y Matías Rodríguez.

Danubio (0): Federico Cristóforo; Emiliano Ancheta, Mauricio Victorino, Martín Amuz y Nicolás Pantaleone; Pablo Siles (63’ Juan Manuel Gutiérrez), Matías Jones, Maximiliano Rodríguez (46’ Briam Acosta) y Carlos Grossmüller (68’ Renzo Ramírez); Santiago Paiva y Santiago Mederos. Entrenador: Bruno Piano. Suplentes: Joaquín Silva; Sergio Felipe, Ernesto Goñi y Facundo Labandeira.

Peñarol (2): Kevin Dawson; Giovanni González, Fabricio Formiliano, Rodrigo Abascal y Jesús Trindade; Matías de los Santos (73’ Luis Acevedo), Walter Gargano, Cristian Rodríguez (31’ Guzmán Pereira), Facundo Pellistri y Agustín Canobbio (79’ Agustín Dávila); Xisco. Entrenador: Diego López. Suplentes: Thiago Cardozo; Enzo Martínez, Ezequiel Busquets, Gastón Rodríguez.

Goles: 53′ Agustín Canobbio (P), de penal; 65’ Xisco (P), de cabeza.