Cuando el partido se iba y parecía 0-0, cuando con el partido se iba la sensación de que Nacional había jugado mejor y desaprovechado una buena chance de ganar el partido de ida de octavos de final, cuando la mayoría de las ocasiones de gol habían estado pintadas de tricolor, llegó el 1-0 visitante. Ganó el Inter porque, entre otras cosas, Paolo Guerrero metió la única que tuvo. Copa Libertadores for export. La revancha será el próximo miércoles en Porto Alegre.

1. Presión alta

Hay algo en el ADN de los equipos de Álvaro Gutiérrez: la marca como primer ordenamiento táctico. Y ayer se plantó bien en los primeros 45 de juego: la presión alta, esa donde Gonzalo Bergessio es el primero en llevar adelante, no dejó jugar con tranquilidad al atildado fondo del Inter. Además, cada vez que la pelota fue a los laterales -autopistas brasileñas por excelencia- la telaraña del bolso se quedó con la mayoría de las pelotas. Y atrás, ahí donde Inter quería hacer jugar a Andrés D'Alessandro, Nicolás López y Paolo Guerrero, Nacional salvó con buena nota, más allá de algún intento rojo.

Pero no quedó ahí nomás. Ese orden táctico que da la marca fue el primer movimiento de ajedrez para tener chances propias de gol. Bergessio, obviamente, por cualidades y por testarudo, tuvo dos: una desde el borde del área grande, donde el tiro salió cruzado y se fue tras pegar en el palo, y otra entrando por izquierda y definiendo por encima del arquero, que también se fue ancha. Además, Matías Zunino, de muy buen desempeño, sobre todo tirando diagonales -o haciendo jugar con ellas con pases filtrados- pudo meter el primero, pero la tapó Marcelo Lomba.

2. Abc

Hay algo del primer tiempo que se repitió en el segundo: la buena disposición táctica de Nacional, la manija de Gustavo Lorenzetti en la conducción, lo hecho por las bandas entre Zunino y Kevin Ramírez, el sistema defensivo y el desgaste físico. Y también se repitió lo otro: no poder convertir. Cada vez que Nacional fue los intentos naufragaron entre las manos del arquero brasileño o en las malas definiciones. Fue una noche de esas en donde no quiere entrar.

El primer punto de inflexión que favoreció a Inter fue el desgaste físico de los tricolores. Promediando los 70 minutos Nacional ya no fue tanto. Tampoco sufrió, salvo un par de chances donde los tiros lejanos picaron cerca: una de Bruno, el lateral derecho, que Sergio Rochet sacó al córner, y otra de Rafael Sóbis que pasó mirando con gusto el ángulo.

La virtud de Inter fue aprovechar. Y aprovechar, en este caso, se llama talento.

3. Desnivelante

No fue otro que Paolo Guerrero quien hizo el gol. El peruano peleó, buscó con garra más que con fútbol claro, recibió algún golpe y dio un par: Copa Libertadores. En todas las veces estuvo bien marcado. Salvo una, la penúltima, la que le pica mal a Matías Viña y le queda servida a un goleador de raza. ¿El mejor delantero que juega en el fútbol sudamericano? Para muestra sobra un botón.