Llegué al Parque Central cuando todavía se escuchaban los golpes secos al balón con el que calientan los arqueros. Bolsos y gauchos iban cayendo al baile. Los hinchas de Nacional se escuchaban como un trueno desde las entrañas de la tribuna Abdón Porte. Los de Progreso colgaban un trapo histórico que decía “Único campeón del oeste 1989”, casi pegado a otro que avisaba que “La Barra de la Ferretería” está. Jugadores con la 12.

Progreso ya ganaba 1-0 en los primeros minutos. Rodrigo Viega conectó el primer córner gaucho en el segundo palo tras una peinada ensayada de Castillo. Lo de Viega era elegante en el gaucho. Gustavo Alles era referencia para propios y ajenos. Progreso manejaba los tiempos; sin embargo, a partir de un error en la salida de los de La Teja llegó la segunda chance de los locales, que subió el volumen de la Banda del Parque. Nicola Pérez achicó el arco y tapó las aspiraciones de Rodrigo Pastorini. Antes del silbato final, literalmente, Matías Zunino como número 9 puso el empate, de cabeza, luego de conectar un efectivo centro de Gabriel Neves.

Ya en el segundo tiempo, Viega tuvo una inmejorable chance tras una elegante conducción, pero falló en el gesto final. Mathías Laborda abrió los brazos a la hinchada tras convertir su primer gol en Primera y Nacional rompió el empate, otra vez de frente, después de un gesto certero en el centro. Con el tercero de Gonzalo Bergessio empezaron a desvanecerse las intenciones del equipo del Pantanoso. Sin embargo, en la majuga tejana lo que sobra es esperanza. Gustavo Alles, un puntal, provocó un penal que Esteban González transformó en gol. Pero a la siguiente jugada, cuando el partido prometía temperatura en la fría noche citadina, vio la segunda amarilla y se fue expulsado. Una de cal y una de arena. Bergessio, delantero de raza, desde el punto de un penal sin discusiones puso el 4-2.

Nacional fue contundente en el Parque ante un Progreso que quiso. Brazos al cielo de los jugadores a la hinchada de ambas escuadras para despedirse después de un gran partido. Aplausos de reconocimiento para unos, de entusiasmo para otros. Una nueva noche fría de ferviente fútbol uruguayo.