Uruguay perdió feo con Brasil, en un partido que fue dominado ampliamente por el rival. Los norteños tuvieron la guinda, la movieron, encontraron espacios y marcaron goles en los momentos justos para dar la cachetada final. A los celestes le sigue costando la conexión entre el mediocampo y la ofensiva, además de tener errores de atención en defensa. Ahora Uruguay irá con Bolivia y Perú intentando ganar para ser segundo del grupo. Pero para eso debe mejorar muchísimo.

Gustavo Ferreyra mandó dos cambios respecto al equipo que venció a Paraguay. Adentró Francisco Ginella y Juan Manuel Sanabria, afuera Carlos Benavídez y Joaquín Piquerez, por lo que hubo cambio de sistema. Pasó del 4-3-3 a un 4-4-2 más posicional con un rombo en el medio. Si bien Uruguay siempre salió desde el fondo buscando las bandas, después el mediocampo no pudo conectar con el ataque y optó por pelotas en profundidad. Casi sale de arranque, en una jugada en la que se fue solo Diego Rossi, asistió a Juan Ignacio Ramírez, que definió apenas afuera. Después más nada, y Brasil se adueñó del juego.

Uruguay pagó muy caro dos errores en defensa que le costaron dos goles en el primer tiempo. En el primero Antony se acomodó por derecha, tras recibir un pase de una jugada que arrancó en defensa, pasó por el lateral Guga y le llegó por banda. Con bastante tiempo, ante marca pasiva, el volante de San Pablo sacó un centro perfecto con dirección de área en diagonal. Como perico por su casa entró Pedrinho, y nadie le marcó. Eran cuatro celestes, mientras el balón venía cayendo, y Pedrinho entró solo para definir con borde interno en pocos minutos. Los celestes no pudieron acomodarse y otra vez volvieron a fallar: Maxi Araújo volvió a empezar ante la presión y tocó atrás con Sebastián Cáceres. Matheus Cunha lo apuró, le robó el balón y, cuando se acomodaba, Ignacio de Arruabarrena lo derribó. Claro penal que el propio delantero cambió por gol.

Para el complemento había que buscarlo y por eso el DT celeste se la jugó con Santiago Rodríguez, por Ginella, buscando un planteamiento más ofensivo. Hubo una chance inmejorable en pocos minutos, con un tiro de esquina, un cabezazo del mercedario Ramírez, un rebote del arquero y un rebote que increíblemente se lo perdió Santiago Bueno solo de frente al arco. Brasil hizo lo suyo, la tuvo, la movió y buscó los espacios. Curiosamente, un rato después la volvió a tener el zaguero celeste Bueno, tras centro por afuera, que no pudo conectar bien.

El descuento no aparecía, Brasil siguió en su tónica, tranquilo, sin apuro, con el juego controlado y pudo llegar al tercero. Pase en profundidad de Matheus al recién ingresado Pepe, corrida, y golazo con picada por arriba del golero celeste. Parecía que ya estaba cerrado, Uruguay fue y llegó al descuento con gol de cabeza de Bueno, tras centro de Facundo Waller. Pero nada cambió, porque el trámite fue el mismo, con el rival, tocando, moviendo, manejando el ritmo y llevando el partido al terreno que más le convenía.

Uruguay terminó cansado, entregado y terminó siguiendo el movimiento de la pelota según lo que su rival le proponía. Incluso pudo golear Brasil, como en la primera fecha, pero algún error en los detalles de la definición los dejó con el 3-1 de la victoria. El sábado los celestes van ante Perú en Armenia y habrá que cambiar la pisada.

Detalles

Cancha: Estadio Hernán Ramírez Villegas.

Árbitros: Facundo Tello, Julio Fernández y Cristian Navarro.

Uruguay (1): Ignacio de Arruabarrena; José Luis Rodríguez, Santiago Bueno, Sebastián Cáceres y Maximiliano Araújo; Facundo Waller, Nicolás Acevedo, Francisco Ginella (46´ Santiago Rodríguez) y Juan Manuel Sanabria (75´ Joaquín Piquerez); Diego Rossi y Juan Ignacio Ramírez (61´ Federico Viñas). Entrenador: Gustavo Ferreyra.

Brasil (3): Ivan; Guga, Nino, Robson Bambu y Caio Henrique; Bruno Guimaraes, Pedrinho y Henrique; Antony (67´ Bruno Souza), Matheus Cunha (80´ Reinier) y Paulinho (67´ Pepe). Entrenador: André Jardine.

Goles: 14′ Pedrinho (B); 31′ Matheus Cunha (B); 77´ Pepe (B) y 79´ Gonzalo Bueno (U).