Con un final tan agónico como caldeado, donde el árbitro del partido, Andrés Matonte, sacó cuatro rojas y varias amarillas, Wanderers y Nacional igualaron 2-2. Alex Castro abrió el marcador a los 67', diez minutos después Hernan Rivero puso la igualdad; Diego Hernández lo dio vuelta a los 88', pero Franco Fagúndez lo empató a los 97'.

El bohemio, que acaba de clasificar a la fase de grupos de la Copa Sudamericana, necesitaba la victoria para superar a Deportivo Maldonado y quedar como líder invicto. Carreño mantuvo el único cambio de su último encuentro por competencia internacional: Lacerda fue titular y capitán en lugar del colombiano Aguirre.

Por su parte, Nacional, que necesitaba ganar para cortar su mala racha y crecer en la tabla de posiciones, nuevamente se quedó corto en el resultado. En el bolso no estuvo Pablo Repetto, por sanción, y su ayudante, Oscar Quagliata, oficio de entrenador, con la particularidad de encontrarse con su hijo Nicolás en la cancha, jugando en el cuadro rival.

El encuentro se abrió con una buena jugada de Nacional por izquierda, en la que Yonathan Rodríguez intentó desde media distancia. Desde ese momento quedó establecido el curso del partido, Nacional se hacía de la pelota en el medio de la cancha y llegaba al área bohemia con facilidad.

A los 4' probó Fagundez de zurda y tapó De Arruabarrena. Dos minutos más tarde, con la intervención de País para Quagliata, que inició y terminó una buena jugada, el remate se fue afuera por poco.

Wanderers se salvaba constantemente. A los 15' Alex Castro pudo haber abierto el marcador, con un pase de Carballo.

De Arruabarrena era el gran responsable de que no hubiera goles. Su equipo fallaba en el medio, y allí el tricolor creaba sus mejores jugadas.

Monzeglio tuvo la chance a los 24' en dos ocasiones, en ambas tapó el arquero local. Más tarde, probó Pumita Rodríguez aprovechando un centro de Cándido.

La única vez que los dirigidos por Carreño pudieron salir, intentaron. Rivero se la perdió al lado del arco a los 31'.

Antes del descanso el que probó fue Carballo, el golero bohemio salvó notable.

El complemento inició con los del Prado más atentos, sobre todo en la línea de fondo, tratando de evitar las subidas de los laterales tricolores y del más peligroso: Alex Castro.

A los 55' el travesaño volvió a salvar a los del Prado. Castro se sacó de encima a tres rivales y se la dejó a Monzeglio que por poco no convirtió.

De tanto insistir el bolso tuvo su merecido gol a los 67', Alex Castro definió cruzado, en un golazo inatajable para De Arruabarrena.

Enseguida Rochet evitó un intentó de Quagliata, que con un disparo de tres dedos pudo haber puesto la igualdad.

Pero el tricolor la recuperó rápidamente y Monzeglio ejecutó un remate potente que pegó pegó el palo. El segundo estaba cerca.

Pero a los 78' y de pelota quieta, Hernán Rivero logró la igualdad con el centro de Quagliata. Aprovechando la única chance de este tiempo, hasta ese momento.

A Nacional le cambió el rumbo del partido, no solo por el gol sino porque Santiago Ramirez salió lesionado tres minutos después de haber ingresado.

Para colmo de males en los albos, Diego Hernández la clavó en el ángulo a los 88' y le dio el segundo festejo a los bohemios.

El propio Hernández arruinó la fiesta festejando el gol hacia la parcialidad de Nacional, y esto hizo que la fiesta se apagara, tornándose en disturbios entre los jugadores, por lo que hubo expulsiones para ambos lados.

Cuando el juego se reanudó, el tricolor estuvo atento y Franco Fagúndez puso el 2-2.

El resultado es justo, porque si bien Nacional fue claramente superior en la primera parte, Wanderers fue efectivo en las pocas chances que tuvo. Ambos dejaron pasar la oportunidad que fueron a buscar, Wanderers de quedar como único puntero y Nacional de escalar para estar con los de arriba.