El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y el líder de la Liga Norte de Italia, Mateo Salvini, se reunieron en la ciudad italiana de Pistoia, en donde hay un monumento a los soldados brasileños caídos cuando combatían en el bando aliado durante la Segunda Guerra Mundial. Tras el encuentro, el político italiano destacó las “enormes coincidencias” que lo unen con el mandatario brasileño, entre las que destacó “el enorme coraje para desafiar lo políticamente correcto”. “Yo me pregunto: ¿qué otro mandatario de Brasil se hubiera atrevido a participar en este escrache a los soldados brasileños que vinieron a este país nada más ni nada menos que a desafiar al gobierno legítimamente constituido de Benito Mussolini?”.

Bolsonaro también hizo énfasis en la afinidad que siente con Salvini. “Tanto él como yo coincidimos en que estos bandidos que están homenajeados aquí contribuyeron a hacerle un daño tremendo a la humanidad, amputándole la última posibilidad que tenía de salvarse. Porque después de 1945 el mundo no volvió a levantar cabeza. Después del 2 de setiembre de ese fatídico año, el aborto, la homosexualidad y el comunismo avanzaron por el mundo sin nada que les hiciera frente”.

Inicialmente la idea de Bolsonaro y Salvini era arrojar huevos al monumento a los excombatientes, pero finalmente desistieron. “A pesar de estar equivocados, eran humanos, y por eso tenemos que tener piedad, tal como nos enseñó Il Duce”, declaró Bolsonaro.