Las tensiones entre los países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Rusia están cada vez más lejos de apaciguarse. En los últimos días se ha registrado un cruce de amenazas a raíz del incremento de tropas del Kremlin en la frontera con Ucrania. Desde Occidente amenazaron al presidente ruso Vladimir Putin con fuertes represalias si decide invadir Ucrania, y este a su vez prometió responder con contundencia a cualquier ataque de la OTAN.

De todas maneras, Putin aclaró que su intención no es reeditar la Guerra Fría. “Honestamente creo que esa guerra sin combates entre soldados causó mucho daño en el mundo. Es más, yo creo que el auge de la homosexualidad que vive actualmente el mundo tiene que ver con esas décadas de amenazas que no se concretaron, o sea, escenitas de histeria”, declaró el mandatario en una entrevista con la cadena rusa RT.

Putin no ocultó que preferiría que su país y la OTAN se embarcaran “en una guerra caliente como las de antes, con hombres valerosos de uno y otro lado, enfrentándose por el amor a la patria y el honor”. Consultado sobre los riesgos que podría implicar una guerra abierta entre países con armamento nuclear, el mandatario aclaró que, para él, una “guerra caliente” debería incluir combates cuerpo a cuerpo con los puños o con bayonetas, y excepcionalmente algún disparo, pero jamás armas nucleares “que, en definitiva, fueron diseñadas por científicos que se pasaron toda la vida en un laboratorio como si fueran señoritas de su hogar, y nunca salieron al mundo como verdaderos hombres”.