La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca llevó a muchos a augurar una mejora en el relacionamiento entre Estados Unidos y China, que se había tensado durante la presidencia de Donald Trump. Pero parece que no ocurrirá lo mismo con las relaciones entre la potencia del norte y Rusia. Ayer, Biden dijo estar seguro de que este país influyó en las elecciones presidenciales en las que Trump llegó al poder, pero además calificó al presidente ruso Vladimir Putin de “asesino”.

En respuesta, el mandatario ruso ordenó un plan para asesinar a Biden, que consistía en hacer estallar una bolsa de papel a pocos centímetros de su oído. El plan finalmente fue desbaratado por la seguridad de Biden, pero fue suficiente para poner a la Casa Blanca en “alerta máxima”. “Los rusos suelen ser muy predecibles en sus asesinatos, porque siempre usan veneno, así que alcanza con controlar cualquier sustancia que se acerque al presidente. Pero el truco de la bolsa de papel nos sorprendió. En realidad es algo genial, porque es un gesto aparentemente de poca gravedad, pero que en una persona con el estado de salud de nuestro presidente seguramente termine siendo letal. Y, si se piensa bien, es mucho más fácil que el envenenamiento”, reconoció un integrante de la seguridad presidencial.

A raíz de este episodio los servicios secretos mantendrán alejado a Biden de potenciales ruidos fuertes y también de mujeres jóvenes con elevado apetito sexual, ya que también son una amenaza para la salud cardíaca del mandatario.