La contratación de Nicolás Schiappacasse no fue un buen negocio para Peñarol, ya que se lesionó a comienzos del año pasado y jugó muy pocos partidos. A pesar de eso, la directiva mirasol estaba considerando seriamente la posibilidad de renovar el contrato con el delantero, aunque ayer de noche trascendió que hubo un cambio de postura. “Nos encantaría que Schiappacasse siguiera con nosotros, porque sabemos que tiene mucho para darle a Peñarol, pero a veces las cuestiones económicas pesan mucho, y ya recibimos ofertas desde algunas barras bravas de clubes argentinos y de grupos de ultras de Italia, Serbia y Turquía. Lo más probable es que el Chapa se vaya antes de que comience el Campeonato Uruguayo”, adelantó un dirigente de Peñarol.
El interés de grupos violentos del exterior por el delantero y fanático peñarolense se intensificó notablemente desde ayer, cuando comenzó a circular por todo el mundo la noticia de que había sido detenido por la Policía llevando consigo una pistola nueve milímetros que pensaba darle a alguien para que la ingresara al Campus de Maldonado durante el clásico. “Sabemos que en el exterior había muchas organizaciones mafiosas de hinchas violentos que lo venían siguiendo, pero después de la actuación suya en Maldonado, los teléfonos del Palacio Peñarol no pararon de sonar. Cuando alguien la rompe de esa manera, es lógico que empiecen a llover las ofertas. Y bueno, el fútbol uruguayo es pobre, así que no vamos a tener más remedio que traspasarlo”.