En un final infartante y tras superar a Olympic Harvard por escasos centímetros, el argentino Prelude Rye ganó el Gran Premio Ramírez, que se corrió ayer en el hipódromo de Maroñas. Pablo Rodríguez, el jockey del ganador, declaró ante la prensa su satisfacción por el resultado de la carrera, pero la opinión del caballo no se divulgó, ya que tanto él como los restantes equinos que participaron en la competencia mantuvieron su decisión de no hablar con la prensa. Según un periodista especializado en turf, “los caballos están demostrando una actitud completamente intolerante que nos perjudica a nosotros, obviamente, pero sobre todo perjudica al público del turf, que quiere saber qué es lo que piensan ellos”.

El conflicto entre los caballos y la prensa especializada se arrastra desde hace dos años debido a la molestia de los primeros por la “escasa cobertura” que recibe su labor.

Otro periodista admitió que “es cierto que cuando un caballo gana siempre vamos a preguntarle al jockey, al dueño o al cuidador, pero nunca le ponemos un micrófono a él. Pero no es nuestra decisión. Nosotros trabajamos en televisión, en radio, en periódicos, y la verdad es que a nuestros lectores y espectadores no les interesa lo que piense un caballo”. Este periodista reconoció que la solución al diferendo “no va a ser nada fácil”, aunque se mostró dispuesto “a juntarme con los caballos, conversar un rato y dejar atrás todo esto tan triste”.