La polémica sobre la conmemoración del acto de 1983 que es considerado el inicio del fin de la dictadura no sólo involucró a legisladores y dirigentes de Cabildo Abierto y del Partido Nacional, sino que trascendió fronteras. La viuda del exsecretario de Estado de Estados Unidos Henry Kissinger, fallecido ayer, contó que su marido tuvo duras palabras para el acto. “En el aniversario del acto del Obelisco no todos eran demócratas. Había marxistas. Había personas que atentaron contra la democracia, personas que quisieron instaurar una dictadura como la de Cuba”, expresó el exfuncionario pocas horas antes de morir.

La muerte de Kissinger fue comentada por varios políticos locales. “Con sus luces y sus sombras, Kissinger fue, ante todo, un hombre de su tiempo. ¿Apoyó dictaduras sangrientas? Sí. ¿Luchó contra el comunismo? También. En resumen, un empate”, escribió Julio María Sanguinetti.

El lamento: “Se llevó a la tumba el secreto de si la CIA apoyó o no al gobierno de facto. Ahora nunca lo sabremos”. Guido Manini Ríos, historiador.