Alejandro Infumable, vecino del montevideano barrio del Parque Rodó, estudiante de Ingeniería en algo y, en general, bastante mal tipo, propuso que para terminar con la sequía que padece el Uruguay y que perjudica especialmente a los productores del campo oriental, “hagan más bicisendas”.

Increíblemente, nadie lo sopapeó. Es más: su publicación en Twitter recogió muchas adhesiones: 244 likes, 344 retuits, 444 citas de tuit y 5.314 millones de visualizaciones. Consultado al respecto, Infumable dijo que “ni idea con lo de la sequía, la inflación, la pérdida del salario real, el desempleo o la emergencia alimentaria, a mí lo único que me importa es la bicicletita, la solución a todo está en las ciclovías”.

La reflexión de Alejandro demostró que existe un grupo de gente que cae más pesada que los veganos y que los que hacen crossfit: los fundamentalistas de la bicicleta. Andá a decirle a uno que viene de Las Piedras a laburar a Montevideo, un 5 de enero con 40 grados a la sombra, que se venga en bicicleta. ¡Dale, decile! Decile a una familia integrada por un padre, una madre, un hijo adolescente, una hija en edad escolar y dos bebés mellizos, que anden en bicicleta. Por favor.