Eromualdo Galeco es un uruguayo que veraneó en Biarritz, playa del kilómetro 71 de la ruta Interbalnearia. Habló con el dueño de la casa y arregló alquilarle dos semanitas: la primera quincena de enero, precisamente.

Sobre el día 8, digamos que en la mitad de su licencia, Galeco le comunicó a su arrendador que se iba. “Pero te quedan unos cuantos días más, amigo”, le respondió. “No me importa, me las tomo”, insistió Eromualdo, quien además explicó: “¿Sabés lo que pasa? Extraño mucho tirar el papel higiénico en el wáter, me pudrí de tirarlo en la papelerita esa que pisás el pedal, a veces abre y a veces no; la verdad, prefiero defecar en la arena, por no decir cagar, y dejar el papel ahí, antes que usar esto; perdón, pero es más fuerte que yo, no puedo dominar este sentimiento”.

El de esta historia no es un caso aislado. Según supo El Cascote News, hoy en la diaria psiquiatras de toda la República Oriental coinciden en que “es un problema de difícil solución”. “Biarritz y otras playas carecen de red de saneamiento y si tirás el papel en el inodoro, tapás todo; no es algo menor, hemos evacuado numerosas consultas al respecto”, detalló el especialista Conrado Gordon.