Cuando se conoció que el canal de noticias había cesado a Tucker Carlson, su conductor más popular, muchos dieron por sentado que la decisión se había todado debido a la demanda por difamación que entabló un fabricante de sistemas de votación electrónico contra Fox, y que la obligó a pagar más de 700 millones de dólares para evitar ir a juicio. Pero el propio canal salió a desmentir estas versiones. “El despido del señor Carlson no tiene nada que ver con sus aseveraciones falsas sobre el presunto fraude electoral cometido contra Donald Trump. En realidad se debe a que en una ocasión hizo una serie de afirmaciones verídicas, algo que contraviene los lineamientos éticos de nuestra empresa”. Varios periodistas de Fox confirmaron que allí existe una política de “tolerancia cero” hacia las noticias verdaderas. “En ese aspecto no se aceptan errores ni pedidos de disculpas. Si decís la verdad, te echan sin derecho a queja”, confesó un presentador del canal propiedad de Rupert Murdoch.

La verdad del escándalo: “Las denuncias de Donald Trump no son 100% ciertas. A lo sumo llegan a 99,9%”. Tucker Carlson, presentador de noticias falsas.