Según el Índice de Percepción de la Corrupción elaborado por Transparencia Internacional, nuestro país –aunque obtuvo un punto menos que en la misma evaluación de 2022– se encuentra en una posición privilegiada al ubicarse como el país menos corrupto de América del Sur y en el puesto 16 del mundo.

Si bien la oposición, como era esperable, ya puso el grito en el cielo denunciando que este gobierno “ha corrompido hasta nuestra percepción”, sorprendió que la sensación en el oficialismo sea ambigua, ya que si bien pueden “jactarse de una buena posición en el ranking”, temen que la ciudadanía esté “perdiendo absolutamente su capacidad de percepción”.

Con este déficit a la vista, profesionales de la neurología ya desarrollan planes para “mejorar la distinción y detección de episodios corruptos” en la ciudadanía, y en la misma línea, otros expertos afines al presidente Lacalle Pou ya le han propuesto apuntar “a estimular la percepción de los malla oro” para que esta se termine “derramando” sobre el resto de la población.

El otro ranking: se esperan datos preocupantes en cuanto al Índice de Corrupción de la Percepción.