El gran batacazo de las elecciones del pasado domingo, sin lugar a dudas, fue la votación de Identidad Soberana, el partido liderado por Gustavo Salle, que consiguió dos bancas en la cámara baja. De todas maneras, el novel partido no consiguió entrar en el Senado, algo que fue lamentado por los restantes diputados electos. “Fue un mazazo. Yo estaba realmente convencido de que Salle iba a entrar en la cámara alta y que nos íbamos a salvar de las sesiones de 18 horas con él a los gritos sin dejar hablar a nadie, capaz que hasta con el megáfono. Pero no se dio, y ahora nos lo vamos a tener que fumar en pipa durante cinco años. A mí no me importa cuál sea el resultado del balotaje, yo ya perdí”, declaró un diputado que renovó su banca.

“Es calamitoso que Salle no haya entrado en el Senado. Ahora me doy cuenta de que fue un error tremendo no haberlo votado a él. Y lo más triste es que durante los próximos cinco años me voy a arrepentir de ello en todas y cada una de las sesiones”, afirmó, por su parte, un diputado que ingresó en la cámara baja por primera vez.

La autocrítica: “Yo soy el responsable de esta magra votación. No logré que todos los antivacunas que votaron a Cabildo Abierto se quedaran en lugar de irse con Salle”. Guido Manini Ríos, político conspirador pero no consipranoico.