Representantes del gobierno de Corea del Norte anunciaron ayer que detectaron un movimiento “altamente inusual” en su frontera con Corea del Sur. Según los reportes oficiales, confirmados por periodistas independientes apostados al sur de la frontera, decenas de miles de ciudadanos surcoreanos intentaron cruzar hacia el norte. Uno de ellos explicó ante las cámaras de televisión que estaba “harto del autoritarismo de mi país, en donde la disidencia se persigue, las libertades son cercenadas y todo el poder se concentra en una sola persona”. Otra ciudadana surcoreana reconoció que desafiar el régimen de Seúl “implica poner en riesgo mi vida”, aunque consideró que es un precio que vale la pena arriesgarse a pagar “con tal de poder radicarme en un lugar en donde se respire el fresco aroma de la libertad en lugar de la fetidez del autoritarismo”.
“El presidente de Corea del Sur decretó una ley marcial y suspendió derechos y libertades para proteger la democracia liberal de la amenaza comunista. Voy a escribir un libro sobre él”. Julio María Sanguinetti, historiador del anticomunismo.