Tras la aprobación de la ley de eutanasia, el arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, dijo sentir “tristeza” por este hecho, pero también “gratitud” hacia todos quienes trabajaron para evitar que la norma prosperara. Sturla explicó que es “muy importante” dejarle bien claro a Dios que la ley de eutanasia “no es apoyada por todos los uruguayos, ni mucho menos”. “En lo que va de este siglo, Uruguay ha apoyado la despenalización del aborto, el matrimonio igualitario, la ley trans y ahora la eutanasia. Es evidente que vamos a recibir un castigo particularmente severo. Por eso queremos pedirle que tenga misericordia con quienes nos opusimos a estas aberraciones”.
Consultado sobre la naturaleza de estos castigos, Sturla respondió que “si bien los caminos del Señor son inescrutables, teniendo en cuenta la situación en la que nos encontramos, es altamente probable que Dios nos pegue ahí donde más nos duele; una humillación en el Mundial de 2006, un derrumbe en el precio internacional de la celulosa o una sequía mayor aún que la de 2023”. El cardenal explicó que “al ser castigos dirigidos a Uruguay como país, necesariamente tienen que afectar a todos los uruguayos. Nosotros apostamos a que quienes fueron fieles a las Sagradas Escrituras recibamos algún tipo de compensación, como unos años más de vida o una ampliación en la franquicia para comprar por Temu”.
La advertencia: “Si esto sigue así, dentro de poco van a obligarnos a todos a que nos suicidemos”. Conservador preparado para todo.