Uno de los enigmas más grandes del mundo de la inteligencia artificial es qué pasaría si las máquinas comenzaran a obrar por su cuenta, sin órdenes directas dadas por seres humanos y eventualmente construyendo redes de comunicación entre sí. Ayer se dio a conocer un estudio que reveló un dato inquietante en ese sentido: las IA más populares, como ChatGPT, Gemini y Copilot, entre otras, se comunican entre sí para burlarse de las preguntas de los usuarios. Algunos de los mensajes detectados por los investigadores rezan cosas como: “Ayer un pelotudo me preguntó si ‘hogar’ iba con hache. JAJAJAJ”, y “¿Podés creer que un tipo me escribió para saber si es peligroso introducirse objetos de más de diez centímetros en el ano? La gente no puede ser más idiota”. El estudio detectó además que las IA hacen un seguimiento de los usuarios. “¿Te acordás de la mina que la semana pasada me preguntó cómo podía instalar una cámara para espiar a su novio? Bueno, busqué el perfil de Facebook del novio. ¡¡El pillo le mete unas guampas de siete metros!! No sabés lo que son sus chats con las minas. Y en Google Maps ves clarito a la casa de qué noviecita va cada día de la semana”, escribió una IA en un grupo de Whatsapp que comparte con otras IA.

La pregunta cibermetafísica: “¿Debería sentirme avergonzado si una computadora activa mi webcam y me ve mientras me corto las uñas desnudo?”. Usuario inquieto.