Si bien el escándalo por la empresa de papel que el astillero español Cardama puso como garantía de su contrato para construir dos patrulleras oceánicas aún se mantiene en el centro de la agenda, otro problema relacionado está comenzando a instalarse con fuerza: cómo hará el Estado uruguayo para hacerse con las patrulleras oceánicas que necesita. Fuentes de la Torre Ejecutiva reconocieron que allí el problema “preocupa”, aunque aclararon que se está trabajando en “alternativas”. “Por ahora lo más sólido que tenemos es un ofrecimiento de Juan Carlos López Mena, que se comunicó con nosotros y dijo estar dispuesto a colocar un par de cañones en uno de sus buques y que así se pueda utilizar para cazar barcos de narcotraficantes y pesqueros que entran a nuestro espacio marítimo sin autorización”, explicaron las fuentes.
Si bien en el gobierno son conscientes de que los buques militares “no son la especialidad” del propietario de Buquebus, también consideran que “Cardama tampoco tiene experiencia en la materia, así que, si López Mena nos pone una garantía mínimamente decente, de una empresa que por lo menos tenga una oficinita de tres metros por tres metros, ya sería una ganancia”.
La advertencia: “Las investigaciones del gobierno a la empresa británica que puso la garantía representan una invasión a la privacidad y a la libertad de empresa que nos expone a una pérdida de imagen en el mundo de las finanzas”. Blanco defensor del pudor.