El astillero del empresario gallego atravesó algunos problemas de liquidez en 2023 y 2024, y la casi segura rescisión del contrato con el Estado uruguayo por la construcción de dos patrulleras oceánicas seguramente vuelva su situación más compleja. Ante este panorama, Cardama decidió hacer una reestructura interna, que incluye el despido de sus abogados. A partir de ahora, su representación legal estará a cargo del Partido Nacional. “No tengo nada que reprocharles a mis anteriores abogados, pero la verdad es que los uruguayos me convienen mucho más. Son muy eficientes y encima prácticamente no me piden nada a cambio de defenderme”.
El empresario destacó también que los nacionalistas “tienen un compromiso con mi empresa mayor que cualquiera de mis empleados, aun los que me acompañan desde hace más tiempo”. “No son abogados comunes y corrientes. Me defienden como una gallina a sus pollitos. Esos niveles de compromiso hay que saber apreciarlos”, sentenció Cardama.
La frase: “Si un hijo mío se enfermara, yo le confiaría su vida a Mario Cardama, por más que no sepa nada de medicina”. Nacionalista confiado.